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Que cada una de las dependencias de la Sede establezca, según sus funciones, el protocolo de información y a partir de allí determinar variables propias, es el principal desafío que tiene la Oficina para este segundo semestre.

Y es que una de las líneas estratégicas en el Plan de Acción de la Sede, es precisamente la Cultura del dato, o dicho en otras palabras, la toma de decisiones basadas en información; por lo cual se hace necesario que cada una de las dependencias y oficinas de la Sede tengan clara la manera en que se recolecta, cada cuánto y con qué fin.

“El Protocolo de Información es una herramienta que se trabaja colaborativamente con la comunidad administrativa de la Institución y nos permite de manera periódica consolidar datos para la posterior toma de decisiones, a la vez que nos arroja permanentemente indicadores de gestión para corregir en la marcha”, comentó René Iral Palomino, jefe de la Oficina de Planeación y Estadística.

Gracias a este Protocolo, las dependencias tendrán claro a quién se le puede dar información, de qué tipo y las maneras en que esta debe ser solicitada, tanto de personas externas como miembros de la comunidad, pues aunque la Institución es de carácter público, hay información que compromete la privacidad de personas o grupos poblacionales.

Por otro lado, la Oficina de Planeación y Estadística también trabaja en un modelo detallado que, asociado a variables socioeconómicas o demográficas y aplicándolo a cada uno de los estudiantes que ingresan a la Institución, se podrá clasificar en grupos o perfiles de riesgo su probabilidad de deserción.

“Lo que hace el modelo es tomar al estudiante, aplicarle las variables en las que hemos estado trabajando e inmediatamente este nos proporciona una probabilidad que determina el nivel y el tipo de riesgo en que se encuentra el joven, como por ejemplo, académico, socioeconómico, adaptabilidad, entre otras”, agregó el Jefe de la Oficina de Planeación y Estadística.

Esto permitirá generar alertas tempranas que pueden ser remitidas a la Sección de Acompañamiento Integral de Bienestar Universitario, para que con sus programas y proyectos prevengan oportunamente la deserción estudiantil.

Por último, la Oficina de Planeación y Estadística se plantea como otro reto, promocionar y posicionar dentro de la comunidad los gestores de información, los cuales pueden ser consultados de manera electrónica para obtener información detallada de procesos de las dependencias. La apuesta es que la comunidad se apropie y haga buen uso de ellos.

“Si no tienes información, difícilmente podrás hacer una buena gestión, por eso estamos comprometidos en que realmente la gestión de la administración se mida en términos de cifras, no con palabras, pues son realmente estos factores los que reflejan lo que se hace”, concluyó René Iral Palomino, jefe de la Oficina de Planeación y Estadística.

22 de agosto de 2017