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Pese a que la arquitectura verde genera gastos adicionales al momento de la construcción, a largo plazo esto se traduce en beneficios por el ahorro energético que representa. Edificio Ruta N. Foto cortesía. Tomada de: https://n9.cl/pp3l3.

La demanda de energía para iluminación, calefacción, refrigeración, y el equipamiento de las edificaciones aumenta cada año, al igual que los impactos ambientales negativos derivados de estas actividades. Ante esta situación, la arquitectura y la construcción sostenibles avanzan en la búsqueda de un consumo responsable de los recursos naturales y el bienestar humano en armonía con su entorno. Para el caso de Colombia, aunque se evidencia un crecimiento e impactos importantes en esta área, aún falta camino por recorrer para que estas prácticas se popularicen y contribuyan al desarrollo del país a través de beneficios ambientales, económicos y sociales.

El sector de la construcción fue el responsable del 34 % del consumo de energía mundial y del 37 % de las emisiones de CO2 o gases efecto invernadero, asociados al gasto energético en el 2021, según las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (2022). Estas emisiones corresponden a diez gigatoneladas de dióxido de carbono, que, en masa, podrían compararse con 100.000 portaaviones estadounidenses totalmente cargados, según cálculos de cambio climático global de la NASA.

Para mitigar o disminuir esos impactos negativos, la arquitectura y la construcción verdes, (como se les llama popularmente), se enfocan en la planeación, el diseño, la edificación, la operación y el hábitat de proyectos, que además de contribuir al aprovechamiento y cuidado de los recursos naturales, sean económicamente eficientes y aporten a mejorar el bienestar de las personas.

El profesor titular de la Escuela de Arquitectura de la UNAL Medellín, Jorge Hernán Salazar Trujillo, explica que, “este concepto ' verde ' inició como un adjetivo para distinguir aquellas edificaciones o proyectos comprometidos con el cuidado y el equilibrio ecológico, con un menor impacto ambiental. El calificativo verde era una manera de distinguirlo, no necesariamente se hace referencia a que este proyecto incluya o tenga vegetación, en la mayoría de los casos, se hace referencia al buen uso de la energía como el aprovechamiento de luz natural y otros factores que hacen que las llamemos edificaciones verdes”.


Desde este enfoque se tienen en cuenta factores como el confort térmico; la calidad del aire, los niveles de toxinas y la ventilación; el cuidado y aprovechamiento del agua; la comodidad acústica; la iluminación natural y mejora de la artificial; la optimización y organización de espacios con un enfoque humano; la generación de vistas internas y externas, y el uso de materiales vegetales y naturales, además de texturas, patrones y colores inspirados en la naturaleza.

“El objetivo principal de la arquitectura sostenible es reducir el consumo de energía en las edificaciones, a través de un análisis profundo de las condiciones del clima y de la capacidad de adaptación al mismo. En otras palabras, lo que empíricamente han hecho nuestros antepasados con la arquitectura vernácula, la cual ha demostrado una gran capacidad de adaptación que debería poderse lograr en las construcciones contemporáneas, garantizando el confort térmico desde el mínimo consumo energético, ya que es la única manera de disminuir el impacto ambiental. señala Manuela Marín Echeverri, docente Titular de la facultad arquitectura de la Universidad Santo Tomás de Medellín, quien actualmente trabaja en un proyecto de vivienda rural sostenible replicable en el municipio de Peque, en Antioquia.

La magister en ciudad y arquitectura sostenibles, señala que esta reducción de consumo energético se realiza a través de estrategias pasivas y activas, siendo las pasivas aquellas que no requieren consumo de energía para garantizar su funcionamiento, y las activas las que, a través de sistemas inteligentes, permiten que se pueda consumir menos energía en determinado tiempo del ciclo de vida del edificio.

“Es por esto que es tan importante tomar buenas decisiones, desde el diseño, con respecto al clima y el lugar de construcción, ya que una buena selección de materiales, puede marcar la diferencia, por ejemplo, el uso de materiales reutilizables como algunos concretos, vidrios o aceros”, indica Marín Echeverri.


Diseño biofílico o cubiertas verdes

El diseño biofílico hace referencia a la incorporación de elementos de la naturaleza en diversos espacios, que además de mitigar las emisiones de carbono y otras acciones de ahorro, buscan la estimulación sensorial y el bienestar de las personas.

Las cubiertas verdes son tal vez uno de los aspectos más conocidos de la arquitectura sostenible, consiste en el uso vegetación en las superficies externas de gran extensión y poca altura, según Jorge Salazar, experto en arquitectura pasiva, (encargada del diseño de construcciones para aprovechar las energías y el clima del entorno).

“Estos son los lugares que más reciben radicación, donde más fluye el calor al interior y donde más se pierde calor al exterior, como estrategia de ahorro energético, tener una cubierta aislada significa una reducción de la sensación térmica y, por ende, un confort térmico. También, en las cubiertas es donde más hay disponibilidad hídrica cuando llueve”.

De acuerdo con Salazar Trujillo, las edificaciones que incorporan vegetación en sus envolventes para que retengan la humedad en la fachada, “reducen el aporte de agua lluvia en los desagües de la ciudad; una parte se retiene y hay un retardo del tiempo en que la lluvia corre por las calles; por su puesto, esto no se consigue con un solo edificio”.

También contribuyen a la retención de cantidades importantes del material particulado, “aunque mueren sus hojas y se acorta su vida útil, las plantas operan un poco como filtros que además traen color y vida a las edificaciones como insectos, polinizadores”, agrega el profesor Jorge. Para el caso de Medellín, Ruta N y el Edificio Inteligente de EPM son una muestra clara de fachadas verdes.

Pese a estos beneficios, para la implementación de cubiertas verdes es necesario tener en cuenta el costo de la inversión, pues el sustrato donde se arraiga la vegetación representa una carga sísmica extra importante para la edificación comparada con una cubierta tradicional. Sin embargo, aunque es más costosa, representa diversas posibilidades positivas, como la tasa de retorno por el ahorro energético, además de tener un lugar más ameno que un techo o pared normal.

Para el experto, el clima donde está ubicada la fachada puede jugar en pro o en contra. “En Bogotá, por ejemplo, han pegado mejor este tipo de cubiertas, sin embargo, cuando hay abundancia de precipitaciones hay una presión hídrica extra, pero si el diseño está hecho de manera inteligente, se podría hacer un riego con esas aguas grises. Esa arquitectura vegetalizada puede mantenerse viva o sana sin necesidad de tener un consumo de agua potable y aumentar la presión hídrica sobre los territorios circundantes a lo urbano”, añade el arquitecto.


¿Qué tan sostenible es la construcción en Colombia?

De acuerdo con el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, CCCS, en los últimos 15 años con el establecimiento del mismo, se ha potenciado en el país el desarrollo de las construcciones sostenibles, para minimizar el impacto ambiental del sector y contribuir con los compromisos globales y nacionales en materia de desarrollo sostenible, en diversos tipos de proyectos, desde vivienda de interés social hasta grandes complejos. El Consejo enfatiza que los avances en la transformación del sector han sido impulsados por diferentes actores en el país.

“El gobierno ha aportado políticas de gran relevancia que involucran el desarrollo de reglamentaciones e incentivos. El sector financiero ha tenido una inmersión en el financiamiento climático ofreciendo créditos verdes con tasa reducida dirigidos a crédito constructor y a crédito hipotecario. Los fabricantes de materiales han trabajado en el desarrollo de materiales amigables con el ambiente y se han comprometido con la mejora de sus procesos productivos. Los diseñadores y consultores se han motivado por la incorporación de criterios de sostenibilidad en sus diseños. Los constructores y desarrolladores le han apostado al desarrollo de estos proyectos. Los operadores se han formado para operar de una manera más sostenible sus inmuebles. El sector privado ampliado ha empujado estos cambios con su liderazgo en su propia infraestructura”, destaca el CCCS en su página web.


En Colombia, la Política Nacional de Edificaciones Sostenibles, CONPES 3919 de 2018, busca impulsar la sostenibilidad en todas las etapas del ciclo de vida de las edificaciones. Por su parte, la Norma Técnica Colombiana NTC-6112 de 2016 Etiquetas Ambientales Tipo I. Sello Ambiental Colombiano – SAC, con criterios ambientales para diseño y construcción de edificaciones sostenibles para uso diferente a vivienda. A lo anterior, se suman incentivos tributarios en materia de sostenibilidad en las edificaciones, como la exención de impuestos.

Pese a los avances, los académicos destacan que hay soluciones con carácter más escenográfico que ambiental. “Con respecto a las cubiertas verdes, siguen siendo solo algunos puntos específicos como terrazas, fachadas, entradas o letreros. Pero no todas las edificaciones van enfocadas en esa tendencia verde, algunos lo hacen con plantas de plástico, que fingen el efecto, ponen el color, sombrean las paredes y dan la impresión de ser una arquitectura sostenible. Todavía estamos lejos de que sea un asunto masivo, hacen falta programas de incentivo de fomento o exigencias específicas, para que esta se trabaje masivamente”, puntualiza el profesor Jorge Salazar.

Por su parte, la arquitecta Manuela Marín señala que, si bien se ha avanzado en la construcción sostenible, en ocasiones estas se hacen con fines estéticos o por moda. “En la actualidad, los jóvenes y adultos jóvenes son más conscientes del cambio climático, y muchas constructoras se aprovechan de esto e incluyen en sus proyectos estrategias verdes que llaman la atención de la población, pero algunas lo hacen solo por las ventas y no por querer disminuir su impacto ambiental. De igual forma, bienvenidas sean las posibilidades de incluir aspectos bioclimáticos y sostenibles en los proyectos de la ciudad. Sin embargo, si se debería tener un mayor grado de consciencia en el momento de desarrollar este tipo de proyectos y más allá de eso considero que se debería regular desde la política pública ya que en muchas ocasiones se vende la idea de cuidar el medio ambiente, pero en realidad no se obtiene ningún beneficio para el mismo”.

(FIN/JRDP)

5 de junio de 2023