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Avispa parasitoideTrichogramma-platneri. El Trichogramma es un insecto parásito de huevos de plagas provenientes de mariposas. Foto cortesía: https://agroactivocol.com/.

Los enemigos naturales son un colectivo de organismos vivos depredadores de otros. De este grupo, hacen parte casi todas las especies de insectos, quienes por ser mayoría en número y diversidad en el mundo, son por excelencia cazadores de otros insectos, parasitoides (insectos en estado larvario que se alimentan de otros), y especies invasoras vegetales y de invertebrados.

Aunque estos granjeros de la Tierra han hecho esta tarea por millones de años, hace apenas unos 100 se explora el uso de algunos enemigos naturales como biocontroladores para la recuperación o el cuidado de cultivos, plantaciones forestales y cuerpos de agua. A estos insectos se les llama benéficos.

Para el director de Investigación de la Agencia Nacional de Ciencias de Australia (Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth, CSIRO), Raghu Sathyamurty, el control biológico es el componente de manejo de plagas más económico y efectivo probado en el mundo, lo anterior basado en la experiencia de Australia, uno de los países pioneros en el tema, y otras naciones como Estados Unidos y Nueva Zelanda.

El control biológico se usa para combatir insectos, parasitoides o malezas de manera respetuosa con el medio ambiente. Su objetivo es disminuir la población de la especie que está causando afectaciones por debajo del umbral del daño, a través de la liberación de un insecto o patógeno enemigo natural, que actúe como controlador.

“Es una herramienta para manejar bienes y servicios, naturales, agrícolas, socioeconómicos, energéticos, sanitarios, etc. Es una oportunidad para la cooperación global, es una ciencia bien regulada y aplicada, no es improvisada; está dentro de un marco legal y científico muy sólido, los costos y beneficios están siendo constantemente evaluados. Es un proceso muy sistematizado, detallado y controlado antes, durante y después de la liberación del agente que incluye el monitoreo y evaluación en las etapas”, señala el Dr. Sathyamurty.

El científico enfatiza que es necesario tener en cuenta que, aunque es más económico que las demás alternativas de control, el control biológico no es gratis y toma tiempo. “No es algo aplicable a hábitats que tienen disturbios frecuentes por manipulación humana o que van de estación en estación. Tampoco es algo que se hace una vez y luego se olvida o se desentiende, es un proceso largo que puede tomar muchos años. Es necesario demostrar que esto vale la pena. Económicamente hemos hecho el cálculo, en Australia por cada dólar invertido para el manejo de malezas, resultó un ahorro de 23 dólares”.

Controladores de especies introducidas, trasplantadas e invasoras

Mientras que en su hábitat generan armonía; en ambientes foráneos, las especies invasoras afectan el equilibrio de los ecosistemas. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, WFF, estas compiten con las especies locales por alimento, agua, espacio, e incluso hasta por vivir. “Tienen la capacidad de perturbar los ecosistemas, amenazar la vida de las nativas y provocar su extinción. Según el Informe Planeta Vivo 2020, esta es la tercera amenaza más grave que enfrentan las especies en todo el mundo”.

Antes de liberar un enemigo natural para combatir malezas, los investigadores deben entender la filogenia (el origen, formación y desarrollo evolutivo), la distribución de la especie, tanto de plantas como de insectos, y su relación con el ambiente.

Según Sathyamurty, experto en control biológico, una vez que se decide sobre qué maleza se va a trabajar, se estudia todo sobre ella, especialmente, los potenciales factores de control biológico o enemigos naturales que se encuentran en sus países de origen. Lo anterior, suministra información para evaluar el riesgo de introducir una especie en un nuevo ambiente para manejar la maleza.

“Queremos conocer la biología y especificidad de los insectos en cuestión, para saber cuál es el rango de plantas que ese insecto podría usar. En los viejos tiempos simplemente se iba al ambiente nativo, se buscaban enemigos naturales y esos eran los candidatos que se iban liberando; ahora se hacen estudios moleculares y genéticos para poder comparar el ambiente nuevo o invadido con el ambiente de origen y seleccionar los candidatos más adecuados. Además, se han desarrollado modelos que prevén, tanto para la maleza como para el agente, comportamientos en escenarios de alta probabilidad”, detalla el también coordinador de la investigación en Bioseguridad alimentaria: Plagas, malezas y enfermedades.

En el mundo se han liberado alrededor de 500 agentes de control biológico contra 175 plantas o maleza en 130 países. Casi la mitad de estos agentes vienen de Sudamérica, “somos donantes netos de agentes biológicos, pero casi no los usamos en casa”. explica Mariano Maestro, Investigador de la Fundación para el Estudio de Especies Invasivas FuEDEI, Argentina.

El Ojo poeta, aunque es una bella flor, en Colombia es una especie invasora que causa afectaciones al ecosistema; al igual que el Buchón de agua, otra especie invasora que afecta cultivos de arroz y cuerpos de agua, principalmente en represas y lagos. Según los científicos, ambas especies tienen prospectos altos de ser manejadas con control biológico.

“En Colombia hay una lista disponible de especies exóticas invasoras que son malezas. No todas las especies exóticas son invasoras, de las 170 que son exóticas, 30 se constituyen como invasivas y causan problemas. Son 24 terrestres, cinco acuáticas y una acuática y terrestre. Se identificaron en el país,10 plantas cuya posibilidad de controlarse de manera biológica es moderada, 6 con posibilidad alta y 14 desconocidas por falta de información. Existen plantas que, a pesar de ser exóticas y consideradas invasoras, son apreciadas por tener alguna característica económica u ornamental”, manifiesta el Dr. Raghu Sathyamurthy, de CSIRO-Australia.

Para iniciar un control biológico para maleza en el país, es necesario establecer un sistema de prioridades para ver a qué plantas se pueden controlar. “Parte de este sistema de prioridades es definir de antemano el objetivo, recordemos que no se trata de liberar al insecto, sino manejar la maleza. Cuando se toman este tipo de decisiones, se debe evaluar cuáles son los daños que está ocasionando la maleza, si hay un chance de controlarla, y cuál sería el resultado favorable esperado”, añade.

Guardianes de cultivos y plantaciones de bosques

Con respecto al uso de insectos para el control biológico de algunos invertebrados dañinos para las plantaciones forestales, en Colombia falta camino por recorrer. El profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, Alejandro Madrigal Cardeño, manifiesta que, las investigaciones al respecto se han realizado sobre la marcha para la atención de los problemas de plagas, con pruebas rápidas para evaluar diferentes tipos de organismos disponibles en el mercado de desarrollo agrícola y trasladarlos al ecosistema forestal.

“Habitualmente, no se llega a establecer un plan de trabajo, sino a apagar un incendio. Por esto es necesario mantener actualizado el inventario de las especies fitófagos dañinas (que se alimentan de materia vegetal), y los benéficos que los regulan, establecer el estatus fitosanitario de las plantaciones en cuento a qué especies dañinas hay, cuáles son los reguladores, la influencia de los factores ambientales, y qué recursos hay en el ecosistema forestal para el buen desempeño de esos enemigos naturales”, agrega el investigador en insectos forestales en Colombia.

En las plantaciones forestales y cultivos, son comunes las liberaciones de parasitoides de moscas del género Trichogramma, como controlador biológico. El profesor Madrigal señala, que, en bosques de 40 mil hectáreas, por ejemplo, en cualquier momento del año se inician brotes en algunas plantaciones, mientras que en otras el brote está colapsando. Por esta razón, se han desarrollado métodos de colecta y transporte de enemigos naturales de la plaga de los lotes donde hay colapso, para trasladar esos beneficios a las zonas donde son muy escasos.

El académico enfatiza que el primer objetivo del control biológico en este caso, es asegurar el vigor de plantaciones y de los árboles individuales, lo que implica una intervención integral. “El Manejo de biodiversidad es importantísimo, identificar cuál es la flora y especies vegetales que ofrece para el establecimiento de los benéficos. El control de las densidades de plantación, las cosechas, las podas oportunas para mantener un nivel de biodiversidad en el sotobosque, cuya biodiversidad es necesaria para el desarrollo y sobrevivencia de los enemigos naturales”, agrega Madrigal Cardeño.

Pese a lo anterior, en ambos casos (manejo de maleza y plagas forestales) a través del control con agentes biológicos, es necesario tener en cuenta que, introducir un enemigo natural específico, no erradica por completo la situación.

Con respecto a lo anterior, el investigador Mariano Maestro, argumenta que es necesario tener siempre presente que, si bien con el control biológico “se puede llegar a un equilibrio, jamás se revierte la situación ni se vuelve al punto inicial antes de la plaga o la maleza. El control biológico es una herramienta más, cuando se involucra tecnología o maquinaria el resultado es igual, solo que más caro. Para que esto sea exitoso debe mantenerse en el tiempo e involucrar a todos los actores sociales y contarle a las comunidades aledañas, en términos sencillos, lo que se está realizando para que conozcan y respalden las iniciativas”.

(FIN/JRDP)

4 de septiembre de 2023