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Lo plantea el profesor Ernesto Pérez González, del Departamento de Energía Eléctrica y Automática de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín. Como él, otros académicos y analistas hablan sobre esa posibilidad y mencionan que se puede prevenir el peligro de racionamiento con medidas que, incluso, se han tomado antes y han sido exitosas ante contingencias anteriores. Conozca los argumentos.

 

En Colombia, el servicio eléctrico depende del recurso hídrico, de ahí la alerta que genera el bajo nivel de los embalses. Foto de Jhon Alzate, tomada de goo.su/u1c8XL

 

Más del 65 % de la capacidad de generación de energía corresponde a plantas hidráulicas, el porcentaje restante, a las térmicas y otras tecnologías en menor proporción como la energía solar y eólica, según el profesor Pérez González.

En Colombia, el servicio eléctrico depende del recurso hídrico que ante las variaciones del clima se ve afectado. El fenómeno de El Niño ha repercutido en la disminución de los embalses, situación que ha sido alertada por XM, empresa operadora del sistema eléctrico, la cual advirtió, además, sobre la necesidad de tomar medidas para evitar el riesgo de racionamiento del servicio.

Al 4 de abril de 2024, los embalses del país estaban en un nivel bajo, aproximadamente al 31,4%, debido a los meses de sequía, le dijo a Blu Radio la gerente de XM, Nohemi Arboleda Arango, quien comentó que se han sobrepasado los mínimos históricos, pues el nivel más bajo se registró en 2020 cuando alcanzaron el 31,8%. Si bien en el país se han registrado lluvias frecuentes en los últimos días, la directiva mencionó que se requieren condiciones de alta pluviosidad, por lo que la recuperación de los embalses tomará tiempo.

Mientras tanto, también hay repercusiones económicas. Santiago Hoyos Velásquez, profesor de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Básicas de la Universidad EIA, explica que cuando el precio en la bolsa de la energía está incrementando, como ahora que ha alcanzado los mil pesos por kilovatio/hora, se da un impacto, aunque amortiguado, en el alza en las tarifas para los hogares.

“Incluso los usuarios de estratos 1, 2 y 3 salen afectados, porque los subsidios cruzados para pagos tienen ciertos umbrales. En todo caso, hay contradicción con lo que el Gobierno nacional plantea de no querer que suba la tarifa de energía y la propuesta de la CREG (Comisión de Regulación de Energía y Gas) de prender todas las plantas térmicas”, dice Jorge Barrientos Marín, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia.

¿Qué medidas tomar?

El Gobierno nacional anunció medidas de ahorro de energía en instituciones del Estado como la implementación de trabajo en casa, aprovechamiento máximo de la iluminación natural, instalación de sensores de movimiento, instalación de bombillas de bajo consumo, entre otras. Sin embargo, no son suficientes, de acuerdo con el docente Hoyos Velásquez.

Entre las recomendaciones urgentes para garantizar la operación del Sistema Interconectado Nacional están: campañas de ahorro para reducir de la demanda del consumo energético el cual aumenta por el uso de electrodomésticos de refrigeración ante las altas temperaturas; reducción de las exportaciones de energía a Ecuador, definir la meta de generación térmica y maximizar el uso de recursos.

Las medidas deben propender por proteger los embalses, de acuerdo con el profesor Pérez González, con miras a no tener que contemplar la posibilidad del racionamiento o de esquemas de desabastecimiento como lo es incrementar la generación térmica, que es una opción, pero aumenta los costos de energía.

Al respecto, el profesor Hoyos Velásquez llama la atención sobre los aspectos técnicos y económicos que eso puede acarrear, puesto que es más costoso porque el combustible requerido está supeditado a precios internacionales y debe haber disponibilidad tanto para producción como para transporte. “Además, porque las plantas térmicas son máquinas que tienen límites técnicos y operativos, incurren en costos reconocidos de arranque y parada que incrementan el precio, necesitan tiempos de calentamiento y de enfriamiento para funcionar correctamente. No pueden operar a plena carga de manera infinita”, dice. Están ubicadas principalmente en la costa Caribe y utilizan carbón, gas natural o incluso combustibles líquidos.

En relación a la exportación de energía se debe tener cuidado, en la opinión del profesor Pérez González, para quien el país vecino ha ofrecido su apoyo en suministro de energía eléctrica a Colombia en otros momentos de coyuntura. Por ejemplo, en 2016 cuando el fenómeno de El Niño tuvo gran impacto. “Quitar esa exportación sin un análisis detallado podría tener repercusiones hacia Ecuador, que también tiene dificultades energéticas”, afirma.

Por el lado de los ciudadanos, el académico recomienda implementar acciones sencillas para reducir el consumo, como usar los aires acondicionados a temperaturas no tan bajas para procurar el ahorro y no gastar las reservas existentes.

Otra medida del pasado y que podría funcionar, retoma Hoyos Velásquez, es implementar incentivos o castigos, como ocurrió con la campaña “Apagar paga” de 2016: por la reducción o aumento de los kW/h de consumo se obtenía un beneficio económico o se incurría en un mayor gasto.

En definitiva, ¿hay riesgo o no de racionamiento de energía?

“Es difícil decir con certeza si habrá o no racionamiento programado en el suministro de energía, pero sí hay un riesgo porque el balance entre oferta y demanda no tiene margen de maniobra”, dice Barrientos Marín. En su opinión, las consecuencias sobre la economía de la industria y de los hogares son delicadas. El apagón de 1992 tuvo un costo importante en términos de Producto Interno Bruto (PIB).

Para el profesor Pérez González “cuando escuchamos sobre racionamiento nos asustamos pensando que vamos a llegar a las condiciones de 1992, cuando hubo alta deficiencia de energía y es difícil que ahora lleguemos a ese nivel”. Le resulta claro: “No creo que haya un racionamiento inminente, hay que estar alerta, pero sin enviar mensajes de alarma”.

En 2014, la Comisión de Regulación de Energía y Gas publicó el “Estatuto para situaciones de riesgo de desabastecimiento” modificado en 2020, y para la situación actual los cálculos de nivel de los embalses y el precio ponderado de la energía en bolsa, la condición del sistema es normal, plantea el profesor Hoyos Velásquez.

Desafíos

En la década del 90, cuando se promulgó la Ley 142 de Servicios Públicos, el sector comenzó a prepararse para las variaciones climáticas, generando condiciones de mercado para superar estas situaciones que se están logrando manejar. La transición energética a la solar y a la eólica, expone el docente Pérez González, se empieza a trazar por otras causas y como alternativas complementarias.

El desafío real, para él, es cuando se necesite usar la máxima potencia, pues ni siquiera con la generación de energía a partir de tecnologías de biomasa, sistemas eólicos e, incluso, térmicos, se podría reemplazar la generación de todo el sistema Interconectado Nacional. Por ejemplo, en el caso de la energía solar, esta solo se obtiene en horarios diurnos y los consumos son en las noches. Teniendo esto en cuenta, el docente considera que es importante tener una matriz energética mixta y complementaria.

De implementarse la energía eólica y la solar se integrarían al sistema con tecnologías nuevas y formas de operar que hacen que el sistema deba implementar cambios en equipos para mantener el servicio con características de confiabilidad y eficiencia, según el docente de la UNAL Medellín.

En definitiva, el uso de las energías renovables no convencionales abarataría la generación de energía, como considera el profesor Barrientos Marín, pero tendría que haber entrado varios miles de megavatios que no han ingresado por diferentes motivos, pues cerca del 60% de los proyectos de renovables que debía entrar entre 2023 y 2024 presentas grandes retrasos, cuando no es que algunos se han cancelado.

Planeación a largo plazo

El reto más grande con respecto a la transmisión de energía eléctrica es que las líneas que se han proyectado están teniendo múltiples retrasos relacionados con temas sociales y ambientales en lo que tiene que ver con licencias o consulta previa. Las dificultades se han dado principalmente en La Guajira y han conducido a empresas a aplazar los proyectos o a abandonarlos.

XM ha comunicado que en Colombia hay energía para cubrir demanda hasta 2027. No obstante, para Hoyos Velásquez aún hay inquietudes que están por resolver, incluida la que tiene que ver con que, según él, “en unos tres años se va a requerir una cantidad de capacidad de generación de energía que no tenemos a la vista”.

Para Barrientos Marín, solo hay una manera de enfrentar cualquier posible problema en 2027 y son los nuevos proyectos de generación, nueva oferta de energía eléctrica, “para una demanda que crece constantemente”.

Lo que no va a cambiar, añade el docente Pérez González, es que habrá que seguir manejando esta situación, porque el fenómeno de El Niño seguirá ocurriendo en el futuro.

(FIN/KGG)

8 de abril de 2024