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A finales del siglo XIX la ciudad de Cali asistió horrorizada al crimen de un alemán, asesinado al parecer por un lío de faldas, a manos de un ciudadano estadounidense. Hacia 1940 una mujer sordomuda fue recluida en el Hospital Mental de Antioquia por cuenta de su incapacidad para comunicarse. Estas dos historias no tienen nada en común salvo el hecho de ser dos de los miles de expedientes custodiados por el Laboratorio de Fuentes Históricas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

El Laboratorio es un espacio experimental de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas donde se combinan de manera práctica disciplinas como la archivística, la historia y la restauración. Conformado por tres unidades, se ocupa de conservar, custodiar y poner al servicio del público importantes fuentes documentales. 

La Unidad de Memoria Histórica contiene fuentes digitales y microfilmadas de documentos manuscritos y prensa del siglo XIX que reposan en archivos históricos de Antioquia, Colombia y España. En la Unidad de Restauración de Documentos se realizan procesos de intervención básicos, se aplican unos primeros auxilios al documento original que favorecen su conservación y la disponibilidad para la consulta pública.

La tercera es la Unidad de Archivo Histórico, que ha servido para la construcción de múltiples tesis de pregrado, maestría y doctorado. Allí reposa un importante acervo de fuentes documentales originales entre las que destacan el Archivo Histórico Judicial de Medellín, con documentación producida en el marco de la administración de justicia de la Antioquia colonial y republicana entre los años de 1675 hasta 1974, aproximadamente; las historias clínicas que se produjeron entre 1903 y 1975 en el Hospital Mental de Antioquia; las historias clínicas de ginecología del Hospital San Vicente de Paúl. La última donación que recibió el Laboratorio fue el Archivo Familiar de Jaime Jaramillo Uribe, uno de los más importantes académicos del siglo XX en el país.

El Archivo Judicial, que es con el que nació el Laboratorio, llegó a la U.N. en 1985 producto de un comodato con el Tribunal Superior de Medellín, acordado por la época en que la dependencia se trasladó a la Alpujarra. Pese a su valor, hasta esa fecha la documentación estaba en el sótano del antiguo Palacio Municipal en condiciones inadecuadas para su conservación y consulta.

“Más o menos en el 2007 se constituyó el Laboratorio a partir de juntar áreas que estaban independientes: el archivo judicial y el de microfilmación y se crearon las tres unidades que hoy lo conforman”, explicó Diego Andrés Ramírez Giraldo coordinador del Laboratorio que, a su vez, se encuentra bajo la dirección del profesor Orián Jiménez Meneses.

“Del archivo judicial tenemos catalogados 16.222 expedientes, nos faltan unos 3000 por clasificar, y cada uno puede tener de uno a 20, 200, 500 folios. Tenemos más de 70 mil historias clínicas del Hospital Mental en proceso de registro y descripción para generar una base de datos. El de Jaime Jaramillo Uribe lo estamos organizando, son alrededor de ocho cajas que contienen cartas personales, intercambio con intelectuales nacionales e internacionales, diarios de viaje, cartografías, ilustraciones de su hijo Lorenzo Jaramillo, e información invaluable para comprender el desarrollo de las Ciencias Sociales en el país”, dijo el Coordinador.

Así mismo, Ramírez resaltó que el Laboratorio es un espacio valioso porque contiene documentación que no se encuentra en otros archivos y que permite analizar la historia desde su lado humano. “En la información del Mental, por ejemplo, más allá de encontrar cuentos sobre locos se puede comprender cómo la sociedad construye sus locos”.

Relatos de amancebamiento, de esclavos enamorados de sus señoras y esclavas sometidas por sus amos, de asesinatos, cartas de amor interceptadas entre amantes, historias humanas, de mujeres que se revelaron, de delirio y locura, configuran el Laboratorio de Fuentes Históricas de la U.N. Un cúmulo de acontecimientos cotidianos y complejos que quedaron registrados y que más allá de documentos fríos dan cuenta de la sociedad en diferentes épocas y permiten leerla y entenderla.

14 de agosto de 2017