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Los próximos comicios para elegir alcaldes, concejales, ediles, diputados y gobernadores serán el 27 de octubre. Quien resulte elegido como mandatario de Medellín tendrá que asumir importantes desafíos, muchos de ellos visualizados ya por expertos en temas políticos, ambientales y de movilidad.

Por el momento hay varios precandidatos, de diversos partidos y movimientos, el número de aspirantes hoy, es supera los 20 y buena parte de ellos espera llegar por firmas al tarjetón. Así que el panorama político no está tan claro como parecerían estar las necesidades.

Sin duda, la campaña y la administración de los próximos años en la ciudad y el departamento, estarán signadas por lo que ocurra con el proyecto Hidroituango. El profesor Édgar Ramírez Monsalve, de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín, insiste en que el megaproyecto repercute en las finanzas públicas:

“La solvencia que existía no la vamos a tener en estos próximos años. Se habla de un déficit de 3 billones de pesos. Total que la nueva alcaldía tendrá que dar un viraje a consultar otros actores y sectores de gran incidencia e importancia, porque nos quedamos anclados a lo que decía el Grupo Empresarial Antioqueño”, afirma.

La crisis ya tiene repercusiones en programas que se han aplazado, así como la inversión en algunas comunidades. Además al profesor le preocupa la opinión de algunos expertos que señalan que hay 60.000 personas desconectadas de servicios públicos. “Hay una brecha bastante notoria entre quienes no disfrutan de avances infraestructurales de ciudad y que por el contrario están sumidos en la miseria”, añade.

La desfinanciación también la padece el sector del medioambiente, directamente relacionado con la calidad del aire. En el valle de Aburrá se han presentado varias contingencias ante las que las autoridades han tomado medidas reactivas “que parecen pañitos de agua tibia”, según el profesor Óscar Sáenz Ruiz, del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia.

El aire es un bien común que no se puede privatizar y lo que hay, según el profesor Ramírez Monsalve, es una retórica. Para él, “reclamarse” ambientalista hoy es un tema de campaña interesante, pero lo importante es la sostenibilidad que se encuentre en las propuestas, la viabilidad que éstas tengan y la capacidad de construir un liderazgo colectivo.

Articulado a la calidad del aire está la movilidad sostenible, lo que representa también un gran reto, según el Profesor Iván Sarmiento Ordosgoitia, director del Grupo de Investigación en Vías y Transporte del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas de la Institución:

“Desde hace varios años se viene hablando de movilidad limpia y durante esta Alcaldía (de Federico Gutiérrez Zuluaga) se han dado algunos pasos importantes en ese sentido por las contingencias ambientales y la consciencia que se ha generado”.

El Metro, los metrocables, Metroplús y las escaleras eléctricas han posicionado a Medellín como ejemplo nacional e incluso internacional. Sin embargo, hace falta reformar flotas de camiones y buses contaminantes, vehículos antiguos de tecnologías obsoletas, de ahí el plan de la actual administración de Medellín de cambiar taxis de más de siete años por vehículos eléctricos.

La red de andenes es, para el académico, “deplorable pese a que se ha hecho el esfuerzo de construirlos sobre todo en el Centro”. Menciona que son 2.500 kilómetros de calles en Medellín, por lo que se necesitarían 5.000 kilómetros de senderos peatonales que además deberían estar acompañados de árboles para que las personas se sientan atraídas a caminar.
El desarrollo urbanístico, por su parte, requiere control y, para eso, expone el profesor Sáenz Ruiz, se necesitan “dientes jurídicos para dar herramientas a los tomadores de decisiones. Quien nos vaya a representar debe tener los pantalones bien puestos porque los gremios de acá son muy fuertes”.

La Sede ha adelantado investigaciones en asocio con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín que han permitido encontrar determinantes ambientales y ecológicos para blindar un suelo importante para la conectividad ecológica y para la protección como los cerros y las quebradas.

Y es que para muchos, en Medellín se ha confundido progreso con cemento. Una situación importante que debe tener en cuenta el electorado es que la ciudad no puede seguir trabajando bajo un modelo basado en intereses de unos pocos actores de la élite municipal.

Así que los concejales, los ediles y el alcalde, deben adoptar una visión incluyente con mayores sectores, participando en las decisiones de ciudad. En esa dinámica, los grupos juveniles, las organizaciones no gubernamentales y la academia debe ser escuchados para asumir de manera más eficiente los desafíos y los retos para los próximos años.

18 de marzo de 2019