Escudo de la República de Colombia
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Hace algunos años, no muchos, me encontraba ahí, en ese mismo lugar que ustedes están ahora, llegando de Ocaña, un pequeño pueblo a 12 horas de distancia en bus desde Medellín, y sin una visión o entendimiento claro de por qué estaba aquí y qué podría significar esto en mi vida.

Hoy lo primero que quiero decirles, es que es un honor estar aquí de nuevo, en la mejor Universidad del País, y viéndolo un poco del lado de ustedes, y para que quizás lo entiendan un poco mejor, eso significa que al frente tengo a los futuros mejores profesionales de todo Colombia y a sus familias (sientan orgullo). En la inducción y muchas veces escucharán decir que están en la mejor Universidad de Colombia. Les confieso que me tardé un poco en entender lo que puede significar estar acá hoy, algo que es difícil dimensionar y que les adelanto un poco, esto les cambia la vida y depende de ustedes tomar el camino que los lleve a que el cambio sea muy pero muy positivo y que logre un gran impacto en el mundo.

A partir de hoy comenzarán a asistir a la Universidad, conocer gente nueva, estudiar; podrán hacer esto muy bien y ganar todos los parciales en 5, sin embargo, en mi opinión hay pequeñas decisiones y acciones que pueden llevarlos mucho más lejos de lo que creen y que no solo depende de qué tanto puedan estudiar para un parcial, aunque, aclaro, esto último es fundamental.

Mi carrera estuvo marcada por pequeños momentos que me han permitido tener un factor importante y diferencial de éxito. La primera decisión que tomé, luego de dos semestres un poco mediocres, perder la materia en la que más confianza me tenía y de analizar lo que gastaban mis padres en mi educación y los sacrificios que esto les conllevaba, fue que me tomaría esto muy enserio y daría todo lo que estuviera a mi alcance para aprovechar la oportunidad que tenía de estar acá, más que por mí, tomaba la decisión por respeto a las personas que creían en mí, mi familia.

Dos semestres después tuve la oportunidad de ingresar a los mejores promedios y así tomé la segunda decisión: ingresar a un grupo académico, lo que me permitió fácilmente pasar a un grupo de investigación y adquirir conocimientos que nunca aprendería en mi carrera pero que eran totalmente complementarios y significativos.

Todo esto me ayudó poco tiempo después a ganarme un puesto en el primer equipo que representaría a la Universidad y a Colombia en la competencia Hydrocontest que tendría lugar en Europa, lo primero que nos dijeron es que debíamos construir un barco capaz de cargar 200 Kg de peso, andar a la mayor velocidad posible y volar, en serio, el barco debía volar. Aunque el reto estaba bien extraño y no sabíamos ni teníamos alguna experiencia en esto, 6 meses después estábamos cruzando toda la universidad cargando un barco para verlo volar en la piscina por primera vez a las 6:00 a.m., luego de una noche de pruebas sin dormir; y que en unos días estaría en un avión camino a la competencia en Suiza, junto a nosotros.

En serio, cuando te dicen que ingresas a la Universidad es difícil imaginar que un día vas a estar cruzando una calle de Medellín con un barco para hacerle pruebas y luego, estarás en Suiza compitiendo con las mejores universidades del mundo. Tampoco imaginaba que más adelante lograríamos ganar el premio al barco más innovador de la competencia y ahí fue donde mi mente descubrió todo, eso que nos decían de que podríamos ser los mejores profesionales del país no era verdad, además, limitante. La verdad era que podríamos ir mucho más allá si lo queríamos, podríamos llegar a ser los mejores del mundo, podríamos construir conocimiento y tecnologías avanzadas desde Colombia. Es bien importante que se metan esta idea en la cabeza, que no tengan límites que solo están en sus mentes y no en sus capacidades, acá están ustedes y estoy seguro de que les hablo a unos genios, sientan orgullo y sobre todo responsabilidad por eso, porque esto solo es el inicio.

De esta forma, habiéndome graduado de la Universidad y luego de todas estas pequeñas decisiones que me llevaron a cuestionar lo que podría lograr en buena manera, tomé la tercera decisión: fundar mi propia empresa, Solenium, una empresa de energías limpias. En paralelo radiqué mi primera patente que integraba cada uno de los conocimientos técnicos de mi carrera, los adquiridos en grupos de investigación y los adquiridos al hacer parte del equipo que representó a la Universidad y el país en la competencia; estos últimos aprendizajes fueron fundamentales porque más allá de aprender a controlar el motor y la dirección de un barco eléctrico, aprendí lo importante de perseverar para alcanzar, lo importante de el trabajo en equipo y el valor de la actitud como se asumen los problemas, que por cierto, son valores gratis y al tiempo valen mucho.

Aprendí además la responsabilidad que tenemos con nuestro país: tenemos la responsabilidad de mejorar sus condiciones y hacer una gran Colombia, esto no les corresponde a los políticos. Esta patente que fue resultado de las decisiones durante mi carrera universitaria y otra más durante mi carrera profesional, ahora, nos permite iniciar conversaciones para abrirnos a nuevos mercados en Latinoamérica e iniciar colaboraciones con el gobierno de Inglaterra para venderles tecnología.

Y no vine acá para hablar de lo que he hecho o logrado, lo importante acá es que comprendan como pequeñas decisiones y acciones en la Universidad crearon algo que hoy tiene éxito y que estoy seguro en unos años será inmenso.

Algo que me funciona para tomar esas pequeñas decisiones que pueden resultar en nada o en algo grande, es pensar en qué quiero para mi vida en 3 o 5 años sin límite, y cuando llega la hora de tomarlas no siempre te vas por lo que trae más dinero o te da más confort a corto plazo, a veces tomas decisiones difíciles que resultan en grandes hazañas en el largo plazo.

Hoy los invito a que crean en ustedes, en sus instintos, y a que cada día aprendan de cada decisión que toman, así sea poco, siempre avancen. Disfruten de esta Universidad que hoy les abre sus puertas, disfruten de todo lo que hacen y aunque otros digan que no se puede, crean que sí se puede porque hoy, estoy seguro, comienzan a escribir sus propias historias de éxito.


Muchas gracias

Por último, quisiera compartirles esta interesante frase del discurso inaugural de la Escuela Nacional de Minas de Medellín, hace 127 años, dictada en el año 1888 por Tulio Ospina a los futuros Ingenieros: "He aquí las condiciones que se necesitan para ejercer dignamente la profesión a que aspiráis. Aquéllos de entre vosotros que sintáis en vuestro pecho ánimo suficiente para luchar sin temor y sin descanso con las dificultades naturales y las preocupaciones sociales; los que hayáis heredado de vuestros padres la honradez, la energía y los hábitos de economía y de trabajo proverbiales en nuestra raza, da un paso al frente porque vuestro es el porvenir [...] Pero los que no llenéis todas estas condiciones haríais mejor en volver a vuestras casas, porque llegaríais con el tiempo a ser la deshonra de la Escuela, y sólo contribuirías a la ruina de nuestra querida Patria”.


27 de agosto de 2018