Las iniciativas en discusión en el Congreso reflejan una nueva realidad, donde los animales de compañía son reconocidos como merecedores de un trato digno y de cuidados especiales. Los proyectos de ley en curso buscan ofrecer un marco legal que garantice sus derechos y brinde tranquilidad a los miembros de las familias multiespecie, con medidas como la regulación de su transporte, la inclusión de licencias por luto, entre otras, que marcarían un hito en la protección animal.
El respeto de los derechos también aplica para los de cola, patas y plumas. Muestra de ello es la apuesta del país con propuestas de leyes que buscan la protección de los animales de compañía y el reconocimiento de su rol en las familias colombianas. Estas medidas, aún en debate, no solo establecen nuevos estándares para su cuidado, sino que además reflejan un cambio cultural en los últimos años en la forma en que la sociedad percibe, trata y se relaciona con los animales, donde la legislación evoluciona para adaptarse a esta realidad.
“Cada vez la sociedad es más consciente de la necesidad de respetar los derechos de los animales, de brindarles las condiciones necesarias de cuidado y salud que les permita tener una vida digna ya sea para compañía o para la producción como la lechería, la ganadería de carne, la porcicultura, donde cada vez más se implementan medidas en búsqueda de su bienestar. Igualmente, cuando están involucrados en procesos de investigación se vela porque se protejan sus derechos, su integridad, que no se sometan a situaciones estresantes, dolorosas, entre otras cosas. Es importante que se vele por el bienestar de los animales en todos los entornos”, comenta Giovanni Restrepo Betancur, presidente del Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales, (CICUA), de la Universidad Nacional de Colombia y profesor de la Sede Medellín.
En esas nuevas realidades y dinámicas con los animales, ha cobrado fuerza el término familia multiespecie para denominar los núcleos familiares donde alguno o varios de sus miembros o integrantes son animales de compañía. Sin embargo, para la autora del libro La familia multiespecie: perros y gatos compañeros, Myriam Acero Aguilar, “aunque actualmente se usan palabras como ‘perrihijo’ y otras expresiones, tanto el perro como el gato en un hogar debe ser considerado con sus particularidades y no como un humano más”, indica la docente de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la UNAL Bogotá.
En este tema de la llamada familia multiespecie, aunque no hay un proyecto de ley, hay que tener como precedente que la Corte Constitucional ha tenido varias audiencias en los últimos meses de carácter público, solicitándole opinión a expertos en la materia no solamente desde el contexto proteccionista, sino del contexto civilista del derecho y desde el punto de vista social para determinar o definir ese concepto, explica con Juan Luis Muñoz Guerra, profesor del Programa Sociojurídico de Protección Jurídica a los animales, del Consultorio Jurídico de la Universidad de Antioquia.
“Se vienen analizando una serie de problemáticas, porque si bien es cierto ya algunas personas ven a los animales de compañía como parte de su familia, es bueno que el Estado le de ese reconocimiento y que lo haga la Corte Constitucional. El concepto de familia multiespecie tendrá que abarcar unas consideraciones necesarias porque obviamente habrán varias posiciones como qué es considerado miembro de la familia y qué tipo de protecciones se le va a brindar a ese animal compañero, habrá que tener unos condicionamientos especiales y esperar la decisión al respecto”, resalta Muñoz Guerra, inspector de Policía Ambiental del municipio de Envigado.
La Cámara de Representantes de Colombia discute actualmente tres proyectos de ley. El primero, pretende regular el transporte de perros y gatos y prohibir que viajen en bodegas; el segundo, otorgaría una licencia remunerada por luto a los trabajadores que pierdan a sus animales de compañía; mientras que, el tercero, busca garantizar el derecho de los arrendatarios a tener animales de compañía en sus hogares. Desde el 2022, además, se radicó otra iniciativa para reglamentar las condiciones de bienestar animal en la reproducción, cría y comercialización de animales de compañía, en el 2023 tuvo lugar el segundo debate.
Estos proyectos de ley en marcha tratan “precisamente de la responsabilidad humana, de regular esas maneras de relacionarnos con los animales y esta regulación no va en el sentido de una humanización sino más bien de una animalización, de identificar los animales: ¿quiénes son?, ¿qué son?, ¿qué necesitan? Es positivo que las sociedades se preocupen por las condiciones de sus animales y que lo hagan desde la reglamentación”, enfatiza la médica veterinaria y doctora en salud pública, Myriam Acero.
No son transporte de carga
#NoSonEquipaje (como se promueve la iniciativa en redes sociales) busca regular el transporte aéreo, terrestre, marítimo y fluvial de perros y gatos domésticos en el país, para prohibir que viajen en bodegas salvo por razones específicas y certificadas. Aunque esta medida es importante y se ha evidenciado en casos donde se presentan muertes de animales ocurridas en bodegas de aviones y otros medios de transporte como buses, para el abogado y especialista en derecho del medio ambiente, Juan Luis Muñoz, a modo de crítica, a veces sólo nos preocupamos por los animales compañeros.
La expresión barcos de la muerte o cruceros de la muerte, hace referencia a la exportación de ganado en pie. En Colombia, esta práctica ha sido denunciada por distintas ONG animalistas nacionales e internacionales debido a la crueldad y las condiciones en que los animales de abasto son transportados, donde muchos pierden la vida después de días de sufrimiento.
“Esta medida desconoce muchas formas de transporte a otros animales como los de abasto, aunque el proyecto cuenta con artículos referidos a este tema, se tiene que partir de la dignidad del animal indistintamente si es o no para consumo y garantizar que el tiempo que viva sea tratado dignamente, así sea para transportarlo a otro país, que se haga con condiciones sanitarias y dignas. Viajan por días en un contenedor sin luz, sin agua, sin comida, de pie y en medio de su excremento. Si bien cuando lleguen a su destino lastimosamente serán sacrificados, no significa que en ese trayecto no se les pueda dignificar su condición como animal. Eso también debería reglamentarlo esa iniciativa, si nos enfoquemos solamente en los animales compañeros en realidad no estaríamos haciendo mayor cosa, ni teniendo un impacto positivo”, recalca.
Tiempo para superar la pérdida
La creación de una licencia remunerada por luto de tres días hábiles para trabajadores que pierdan a su animal de compañía doméstico, modificaría el código sustantivo del trabajo. Dicha licencia, estaría sujeta a la presentación de prueba de la muerte del animal, se reconocerá siempre y cuando el trabajador comunique oportunamente al empleador la existencia del mismo en su núcleo familiar, y se podrá solicitar hasta dos veces por año.
Al considerarse un miembro de la familia, la muerte del animal siempre traerá una situación de duelo, esta consideración es un avance valioso. Sin embargo, para el zootecnista, médico veterinario y doctor en Biotecnología, Giovanni Restrepo Betancur, hay que tener cuidado, pues de ser aprobada, podría ser aprovechada indebidamente.
“No somos ajenos en el país a muchos casos de maltrato, podría darse la posibilidad de que una persona pueda llegar al punto de sacrificar un animal o generar una situación indeseada buscando un beneficio particular o unos días libres para desarrollar otras actividades. Esto es muy desde mi apreciación personal, creo que es una muy buena iniciativa, es una necesidad real hacer el duelo, pero debe ser muy bien reglamentada y estudiada muy a fondo, sobre todo los medios de verificación y las formas en que estas situaciones puedan darse”, recalca Restrepo.
No se aceptan animales
De aprobarse este proyecto, el arrendador no podría rechazar a un arrendatario por el hecho de tener animales. Esta norma cambiaría la ley de propiedad horizontal, (reglamentación que tiene más de dos décadas en Colombia).
Algo polémico, pues según detalla el abogado Juan Luis Muñoz, implicaría la modificación al Código Civil frente a los contratos de arrendamiento de bienes inmuebles, que dicta las condiciones necesarias para celebrar un contrato. Además, es un tema donde se encuentran varios derechos fundamentales.
“Un contrato es un acuerdo de voluntades, el propietario de ese bien inmueble puede contratar con quien decida, eso es libre de desarrollo de la personalidad. De otro lado, tener o no voluntariamente un animal también es libre desarrollo de la personalidad, además del derecho a la intimidad. En ese sentido, prácticamente, a todas las personas que tienen inmuebles se les vulneraría el derecho a celebrar contratos de mutuo acuerdo con quienes deseen, lo veo muy difícil”, enfatiza Muñoz Guerra.
"Hipermercantilización de la vida"
Aunque la crianza y la comercialización de animales de compañía no es ilegal en el país, la reglamentación de esta actividad es urgente, pues se presenta una problemática grave de maltrato en donde perros y gatos principalmente, se crían en condiciones lamentables, recalca el profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín, Giovanni Restrepo.
“Desde mi ejercicio como médico veterinario, conozco muchos lugares donde los animales se entregan enfermos, infestados de parásitos y en desnutrición. Ese tipo de iniciativas buscan sobre todo regular la crianza poniendo condiciones, por ejemplo, en la edad de los individuos para entrar a la actividad reproductiva, el tiempo que pueden permanecer, la edad máxima para retirarse, y otros aspectos valiosos como cuál será su destino una vez terminen esa etapa de reproducción. La problemática es bastante real y hay un tema económico que hace que la gente tenga muy poca consideración, sobre todo con el manejo de los reproductores que están en muy malas condiciones, en jaulas y son contantemente maltratados”.
Por su parte, la profesora de la UNAL Bogotá, Miryam Acero, ve en esta iniciativa una oportunidad para ponerle freno a esta legalidad a estas fábricas de animales afectadas por el consumismo exacerbado. “
Ya sea con ellos mismos, con sus cuerpos, con lo que comen. Se produce una hipermercantilización de la producción y también del consumo de animales de compañía y de todos sus derivados alrededor de esta industria. ¿Por el hecho de comprar un animal tengo el derecho de ponerlo a criar?, ¿hasta dónde iremos con está hipermercantilización de la vida? Al parecer, ya no es suficiente con la huella ecológica que dejamos”, reflexiona la veterinaria y doctora en Salud Pública.
Los analistas coinciden que, si bien la legislación es importante, de ser aprobadas estas leyes, es necesario también contar con recursos e institucionalidad para operar dichas normas, además de la articulación con distintas entidades como la academia, para el apoyo a su ejecución y veeduría.
Durante los últimos meses, en Colombia se han tomado otras decisiones importantes: se prohibieron las corridas de toros; se aprobaron los proyectos de ley para la creación de los Centros Regionales de Bienestar Animal y la creación del Programa Nacional de Esterilización Quirúrgica de Gatos y Perros; entró en vigencia la ley que prohíbe la experimentación, fabricación, importación, exportación y comercialización de productos cosméticos que hayan sido testados en animales, y se modificó el artículo 687 del Código Civil para definir a los animales domésticos de compañía como un bien inembargable.
(FIN/JRDP)
7 de octubre de 2024