Además de involucrar las dimensiones económicas y sociales, cuando de trazar una vía y de planear la operación de este tipo de infraestructura se trata, se hace necesario adoptar prácticas sostenibles, incluyendo criterios culturales, ya que este es uno de los sectores que emiten más gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esta es la conclusión de una investigación que propone, para estos casos, la implementación del enfoque del pensamiento complejo, el cual permite visiones más amplias, adaptabilidad a sistemas dinámicos y apertura ante situaciones cambiantes.

Entre 1985 y 2011, los colapsos de puentes en Colombia se han debido, en un 41% de los casos, a crecientes y avalanchas, 35% a socavación, el 15% ha correspondido a deficiencias estructurales, el 7% a sobrecarga e impacto y el 2% a deficiencias en la construcción, de acuerdo con datos del Grupo de Puentes del Instituto Nacional de Vías (Invías).
Algunos colapsos recientes son los del puente Guayepo, ubicado entre La Mojana y San Jorge, en Sucre, en febrero de 2016; el Chirajara, en la Autopista al Llano, que se derrumbó en enero de 2018 y ocasionó la muerte de nueve personas; en abril del 2023 colapsó el puente El Alambrado que conecta los departamentos de Quindío y Valle del Cauca, con impacto en importaciones y exportaciones, y en abril de 2023 también colapsó el puente Los Grillos, conexión entre Boyacá y Casanare.
“No es que en los últimos años se hayan producido más colapsos de los habituales, solo que han sido más visibles. Es común, por lo menos a puentes que conectan pequeñas poblaciones o en sitios remotos, que no se hagan estudios hidrológicos rigurosos y, en la mayoría de los casos, sufren inestabilidades y socavaciones”, dice Edwin Giovanny Sepúlveda Concha, ingeniero civil y especialista en Ingeniería Sismorresistente de la Universidad Eafit y magíster en Construcción de la UNAL, quien realizó el análisis histórico y de sostenibilidad en la planeación de la construcción y la operación de este tipo de infraestructura.
Su interés en el tema surgió de su ejercicio profesional, de más de 20 años: “Cuando los grupos de especialistas nos reuníamos para determinar alguna tipología de puente o la localización de uno, me daba cuenta de que no había un criterio claro para definir cuál era la mejor tipología de las estructuras para ubicar en esos sitios”. Adicional a esa reflexión su motivación para llevar a cabo el estudio tuvo que ver con que la mayoría de los municipios del país son de sexta categoría y reciben menos recursos por parte del Estado, lo que, según el investigador, limita la contratación de personal suficiente e idóneo para la planeación y realización de estudios especializados para obras civiles, entre ellas los puentes.
Abordar la sostenibilidad le resultó imperante, teniendo en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ligados a los desafíos globales a 2030. Los pilares son ambientales, financieros y sociales, entendiendo los avances en políticas públicas e investigaciones aplicadas a proyectos de infraestructura.
La relevancia de los análisis y la planeación
Sepúlveda Concha indagó por los impactos asociados a infraestructura a lo largo del ciclo de vida hasta el post-uso e hizo evaluación sobre sostenibilidad a partir de una revisión documental en bases científicas de datos como Google Scholar y Scopus, y de sellos de certificación como Leed (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), EDGE (Excelencia en el diseño para mayores eficiencias), WELL Building standard, asociados a la aplicación en obras como Envision (Sistema de calificación para evaluar sostenibilidad de infraestructura civil en su ciclo de vida) y las normas ISO 14040 y 14044 que especifica ciclo de vida y requisitos para analizarlo. Para el procesamiento de la información usó software especializado.
El estudio lo realizó bajo la metodología del pensamiento complejo que, según la tesis, toma en cuenta la diversidad, la incertidumbre y la multidimensionalidad, lo cual permite una comprensión profunda y holística de la realidad y se emplea “para abordar problemas y situaciones que no pueden ser comprendidos completamente desde una perspectiva lineal o fragmentada”. Para esta investigación es útil, en la medida en que la planificación, la construcción y la gestión de obras civiles “implica una serie de enfoques y consideraciones interdisciplinarias y sistémicas que reconocen la complejidad inherente a este tipo de proyectos”.
A partir de estos métodos, el investigador identificó que en la planificación de los puentes es necesario realizar un trabajo teniendo en cuenta enfoques adicionales como innovación en materiales y mejoramiento de técnicas de construcción y cambio de visión en la forma de incorporar proyectos en comunidades que, además de ser consideradas como receptoras, deben ser priorizados como actores fundamentales durante la planificación, la construcción y el uso de los puentes vehiculares.
Todo esto es necesario para fortalecer el proceso de construcción de los puentes vehiculares desde la planificación, que hace falta: “Por lo menos en los puentes pequeños. Por ejemplo, el puente Pumarejo de Barranquilla es una de las obras más grandes e importantes de Colombia. Lógicamente hubo muchos profesionales, especialistas y análisis para determinar si era mejor que fuese atirantado, colgante o postensados, pero ¿qué pasa en un municipio de categoría 6 que no cuenta con esas herramientas, recursos y capacidad?: no hay una adecuada planeación”, afirma el investigador.
Casos de éxito
No todo está mal o es insuficiente. En la aplicación de metodologías y modelos de análisis de múltiples criterios aplicados a la construcción de puentes vehiculares también hay casos de éxito y Sepúlveda Cocha incluyó en su estudio a dos de ellos. Se trata del puente vehicular y de ciclomovilidad que se construirá sobre el río Sogamoso paralelo a la vía férrea La Dorada - Chiriguaná. En este caso, el investigador destaca en su tesis que la implantación del puente se hizo conforme a requerimientos multidisciplinarios entre los que se tuvieron en cuenta aspectos topográficos, predial, ambiental, social, de geotecnia, geológicos, de hidrología, hidráulica, estructural, socavación, entre otros. Además, incluyó análisis de valoraciones cuantitativas como la inversión inicial y de facilidad de la construcción.
El otro caso de éxito es la concepción, diseño y planeación estructural de16 puentes férreos del Tren de Cercanías del Valle, cuyo propósito es fortalecer la integración económica entre Cali, Jamundí, Yumbo y Palmira, en articulación con Pradera, Candelaria, Vijes, La Cumbre y Dagua, aprovechando el corredor del antiguo ferrocarril. De acuerdo con el investigador, algunos puntos a favor están asociados a que el proyecto tuvo en cuenta experiencias aprendidas y soluciones en el medio para los desafíos e hizo un análisis multicriterio para determinar la mejor tipología, estableciendo como ideales los puentes postensados y prefabricados y conformados por vigas de perfil I, es decir, de una sección compuesta por dos alas paralelas unidas por una central, que resulta útil para soportar cargas y distribuirlas a lo largo de una estructura.
De acuerdo con Sepúlveda Concha, estos ejemplos y los resultados del análisis muestran que la sostenibilidad debe ser un eje en la planificación de la construcción de puentes, pero destaca que debe ser también un tema importante a tratar en la academia y durante el ejercicio profesional de la ingeniería a fin de transversalizar el conocimiento con los asuntos sociales, culturales y ambientales, “porque el rigor técnico también es entender que las cosas se diseñan y se construyen para que sean usadas por personas”.
Se trata de ir más allá. A su criterio, “el Estado ha demostrado su incapacidad para darle un adecuado manejo a la infraestructura vial y ha sido más exitoso el manejo a través de las concesiones viales que son, básicamente, alianzas donde un bien público es operado por privados”. Por eso, para él, las políticas públicas al respecto también son necesarias, pues “no simplemente es hacer un mejor uso de recursos financieros, sino entender que el proyecto funciona alrededor de la gente y de las comunidades”.
“Generalmente los puentes vehiculares han sido construidos para pasar de un lado al otro, sin más preocupaciones de lo contextual, lo cultural, las comunidades, y eso se está repensando. Giovanny es muy teso y tuvo la osadía de aceptar esas recomendaciones. No hay cálculos ni matemáticas, sino reflexiones sobre la sostenibilidad integral. Esos son algunos de los aportes de su investigación”, destacó el director de la tesis, Carlos Mauricio Bedoya Montoya, profesor de la Escuela de Construcción de la Facultad de Arquitectura de la UNAL Medellín.
La tesis contó con el apoyo de Triángulo Ingeniería S.A.S.
(FIN/KGG)
20 de octubre de 2025