La agricultura está concentrada en municipios con puntuaciones rezagadas en calidad de vida. Foto: cortesía Carolina Guzmán

Los municipios ubicados a una distancia relativa de Medellín, de baja densidad vial terrestre y con mayores extensiones agrícolas son los que más influyen en la producción agrícola, lo que indica que la actividad económica mencionada está concentrada en áreas con indicadores sociales rezagados.

Así lo determinó una investigación cuantitativa que averiguó por la identificación de condiciones sociales que caracterizan a los municipios de Antioquia y cómo estas influyen en la agricultura del departamento.

Alexander Darío Bastidas Marulanda, docente del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, fue quien analizó las variables sociales que se agruparon y determinaron las características del desarrollo local de los municipios de Antioquia.

La investigación de Bastidas Marulanda empleó 21 variables que se seleccionaron a partir de la disponibilidad de datos por municipios. A la matriz de esa información se le aplicó un procedimiento estadístico de análisis multivariado con el cual se busca reducirla a fin de hacerla más concreta. Así se identificaron cuatro componentes que determinan características sociales.

El primero está asociado a condiciones de salud (afiliaciones, régimen), educación (número de instituciones) y a la importancia económica (producto interno bruto). Y el segundo, a áreas agrícolas, distancia de cada municipio con respecto a Medellín, la capital, y a las matrículas rurales (grado de escolaridad o inscripción en planteles educativos).

En este caso, según el profesor e investigador, destacó Turbo. Es un sitio distante de la capital antioqueña, con importancia agrícola principalmente en el cultivo de plátano y banano de exportación, “pero al mismo tiempo, presenta atrasos relativos en variables descriptoras del desarrollo como, por ejemplo, aquellas que se vinculan directamente con la medición de la calidad de vida de sus habitantes”.

El tercer componente tiene que ver con las viviendas rurales: la cantidad de las que fueron censadas en cada municipio y las presentes en unidades productoras agropecuarias. Lo anterior complementado con algunas características de sus poblaciones rurales como acceso al crédito rural (no necesariamente agropecuario) y el tamaño de su población rural, de acuerdo con el Censo Nacional Agropecuario de 2014 (edición más reciente).

La presencia de casas rurales en los municipios, dice el profesor Bastidas Marulanda, pueden indicar mayor densidad poblacional, lo que “lleva a pensar” que en esos territorios se está afectando el tamaño de los predios, porque son cada vez más pequeños, “y eso, de alguna manera, puede tener relación o afectación con la capacidad de desarrollo agrícola”.

El cuarto componente tiene que ver con la característica del sistema educativo de los municipios con respecto a la edad de los estudiantes por ciclo educativo. Cuando los alumnos superan ese umbral se presenta un desbalance entre la oferta y la demanda por educación, lo cual se midió con la variable cobertura neta para el caso de la educación primaria, secundaria y media, que identificó un atraso relativo de varios municipios.

El profesor Bastidas Marulanda explica que las puntuaciones negativas halladas para el último componente están vinculadas a municipios con coberturas netas relativamente bajas, característica presente en municipios no agrícolas como Sabaneta (del valle de Aburra), y relativamente agrícolas como El Santuario (Oriente).

Territorios con condiciones de vida baja tienen relación con la agricultura

Después de identificar las características sociales mediante los cuatro componentes, empleó el método estadístico denominado análisis de regresión por componentes principales. Con su uso se estableció que hay relación entre algunas condiciones del desarrollo y la producción agrícola, excepto en el tercero.

“Municipios con rezago en indicadores de la calidad de vida, distantes de la ciudad de Medellín, con baja densidad vial terrestre y sistemas educativos ineficientes, tienen relación con la agricultura. De esta manera, es que se afirma que la agricultura se desvincula del desarrollo”rezago en indicadores de la calidad de vida, distantes de la ciudad de Medellín, con baja densidad vial terrestre y sistemas educativos ineficientes, tienen relación con la agricultura. De esta manera, es que se afirma que la agricultura se desvincula del desarrollo”, comenta el docente.

Como investigador, al profesor Bastidas Marulanda, los resultados le dejan otras inquietudes y, sobre todo, una reflexión: “que los procesos de desarrollo locales se han emprendido sin tomar en cuenta la agricultura como una actividad clave en el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones. Ha sido considerada como la antítesis”.

En Colombia, según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de 2019, el 31,3% de los hogares en Antioquia se identifican como campesinos. En cuestiones de acceso a servicios públicos domiciliarios, el informe muestra que a esa fecha el 99,3% de las viviendas rurales contaba con energía eléctrica; 34,1 con gas natural; 75,3 con acueducto; 56,8 con alcantarillado y el 71,9 con recolección de basuras.

La estructura agrícola colombiana está compuesta por cultivos permanentes y transitorios. En Antioquia, de los primeros, los más importantes son el banano, el plátano y el aguacate. De los segundos, los principales son tomate, papa y yuca, de acuerdo con información de Perfiles Económicos Departamentales, publicada en febrero de 2023 por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

En ese sentido, para el profesor Bastidas Marulanda, la reducción de la agricultura como consecuencia del desarrollo, específicamente local, trae efectos negativos particularmente en los sistemas de abastecimiento y distribución de alimentos. La ausencia o aislamiento de la agricultura en los territorios, dice, implica que el suministro de alimentos requiere de circuitos largos de conexión entre la producción y el consumo. A su criterio, se requiere mayor intermediación y, sobre todo, transformación de los alimentos.

(FIN/KGG)

27 de marzo de 2023