Una profesora de matemáticas de bachillerato preocupada por el analfabetismo financiero del país, hace uso de las matemáticas en las aulas de colegios de Colombia para ofrecer a docentes herramientas y materiales prácticos con métodos de enseñanza alternativos que pueden ser usados con sus estudiantes. Lo anterior, a través de la investigación documental Perspectivas sobre la alfabetización financiera en las escuelas colombianas y su relación con la educación matemática, realizada en el marco de la Maestría en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la UNAL Medellín.
En Colombia, la alfabetización financiera presenta importantes desafíos que impactan a la población, especialmente en términos de manejo y comprensión de conceptos financieros básicos. La falta de educación financiera puede llevar a decisiones económicas poco informadas, lo que contribuye a problemas como el endeudamiento excesivo y la baja inversión en el ahorro que impactan también la economía del país.
La educación financiera está directamente relacionada con la reducción de la pobreza y los procesos de inclusión financiera, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, (OCDE). Tal vez, es por esta razón que Colombia ocupó el último puesto en las pruebas PISA que por primera vez evaluaban la alfabetización financiera, situación que en el 2012 causó tanto revuelo y preocupación en país que, años después, se promulgó la Ley 49 de 2014 la cual establece la enseñanza de la educación financiera en la educación básica y media en Colombia.
Sin embargo, esto no es suficiente, al ser solo una indicación que abre las puertas a que las instituciones educativas (IE) decidan, de manera autónoma, cómo incorporarla, explica María Fernanda Velásquez Flórez, licenciada en matemática y física y candidata a magíster en la Maestría en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la UNAL Medellín, quien, en una búsqueda por motivar más a sus estudiantes en el aprendizaje de las matemáticas y la educación financiera, emprendió un viaje exploratorio sobre este tema en el país a través de su tesis de grado.
“Los estudiantes colombianos no tienen las competencias financieras para tomar decisiones acertadas con respecto a un ámbito económico y financiero”, esta fue a una de las conclusiones a las que llegó la OCDE, luego de que el país ocupara el último lugar en los resultados PISA en el año 2012.
La educación financiera se define en la investigación como el desarrollo de la capacidad para administrar el dinero, hacer seguimiento a las finanzas propias, planear para el futuro, elegir productos financieros y mantenerse informado sobre estos asuntos para desarrollar habilidades en la toma de decisiones financieras.
“Colombia está ubicado en una situación compleja frente a la economía mundial, esto va muy vinculado al desconocimiento que tienen los jóvenes y que se ven más adelante en situaciones como el mal manejo de las inversiones, las pensiones, etc. Cuando empiezo a ejercer me doy cuenta de que efectivamente las finanzas están inmersas en nuestra cotidianidad, tanto de docentes como de estudiantes, de manera explícita o implícita la usamos. Noté que para mis estudiantes era muy complejo ser conscientes de esas situaciones financieras que pasan e identificar cómo deben enfrentarlas”, explica María Fernanda.
La profesora de matemáticas de sexto a once del Colegio Benedictino de Santa María de Envigado, Antioquia, comenta que el aprendizaje de las matemáticas para los estudiantes se vuelve un poco complejo, no porque estas sean complicadas en sí, sino porque en el entorno hay tantas cosas para las que usan e incluyen las matemáticas que a veces el desconocimiento lleva a sentir aburrición o frustración por este tema.
Por esta razón, en marco de su Maestría, realizó una búsqueda documental sobre qué se había hecho en educación financiera en Colombia para llevarlo a sus estudiantes y “de esta manera engancharlos más, pues para ellos es interesante cuando les explicas matemáticas con algún contexto que sea más cercano o verdadero y no solo desde la fórmula escrita y ya, es más atractivo”, afirma Velásquez Flórez.
En ocho capítulos, el análisis documental propone una alternativa para la articulación de la alfabetización financiera en la educación matemática, considerando el contexto colombiano y tomando como ejemplo algunas experiencias en Latinoamérica. También, indaga sobre cómo se ha incorporado la educación económica y financiera en las escuelas colombianas y el aporte de la educación matemática en la alfabetización en estas instituciones educativas, para luego proponer elementos teóricos para que los docentes de matemáticas del país puedan implementar proyectos de alfabetización financiera con sus estudiantes.
Cero en educación financiera, aún
“Encontré que hay muchas dificultades en finanzas, cuando veo esto más me animo a seguir explorando. Indagué por la legalidad que tenía este tema y qué se ha dicho en el marco normativo en finanzas de las escuelas colombianas, de allí me encuentro la preocupación de los bancos y la solicitud al Ministerio de Educación para incluir o incorporar el desarrollo de competencias básicas, por eso en el trabajo se habla de alfabetización financiera, porque esas son las competencias básicas”, manifiesta la licenciada en matemática y física.
La investigadora de la UNAL Medellín explica que las preguntas de las pruebas Pisa van vinculadas a cálculos o a una operación y, para dar alguna respuesta, se requiere de un proceso matemático previo.
“Los estudiantes no tienen claro cómo aplicar un descuento, cuánto es el dinero que les rebajan en una oferta y cosas tan pequeñas y básicas como ir a comprar algo en la tienda del colegio y saber cuánto les corresponde de devuelta. Todas esas bases les ayudan a formar el pensamiento matemático. Como profes tenemos que aportar para la construcción de una vida adulta. No están preparados para vincular una vida financiera óptima, dado que no saben cómo gestionar sus ingresos, cómo conseguir una vivienda, no saben abordar una situación económica desde las finanzas personales”.
Entre las principales conclusiones que recoge el estudio documental se destacan la importancia de la voluntad del profesor en vincular las finanzas con el proceso de formación en matemáticas. También, la necesidad de que el Ministerio de Educación ofrezca una gama de oportunidades a los docentes que quieren formarse en educación financiera y garantizar lo que implicaría esto.
Además, las IE deben contar con material específico para el aprendizaje de este tema, que permita hacer esa transición y una preparación de las clases. Aunque la investigación fue motivada por las necesidades de sus estudiantes “realmente está enfocada a los docentes, porque efectivamente somos formados en matemáticas, en física, pero no en finanzas. Para esta transformación se requiere brindar más herramientas para los profesores y así poder brindarlas a los estudiantes”, agrega Velásquez.
Esta búsqueda histórica de cómo ha sido la alfabetización y los contenidos de educación financiera son muy útiles para la población docente, comenta Duver Alexis Fernández Gallego, director de la tesis de María Fernanda.
“Hacer esos rastreos es darle a la comunidad educativa material para que tengan conocimiento sobre lo que se debe enseñar en educación económica financiera, que formemos estudiantes de primaria, básica o secundaria con habilidades financieras que contribuyan en su vida adulta”.
El candidato a doctor en Pedagogía y Didáctica, complementa que la educación financiera es una crisis global. Para el caso de Colombia, la Ley 49 de 2014 permite que las instituciones educativas aborden la educación financiera de manera independiente. “Si no hay una instrucción clara, queda a decisión de cada institución. En Colombia el sistema educativo no está muy atento a estos proyectos transversales, la mayoría de las IE no abordan esta temática”.
“El crecimiento económico trae consigo la necesidad de que las personas sepan cómo manejar sus finanzas personales y beneficiarse de los mercados financieros más desarrollados”, señala la OCDE en el documento “Principios y Buenas Prácticas en Educación Financiera”, 2015.
La invitación de la profe de bachillerato es a que sus compañeros vean las matemáticas más cerca de su cotidianidad, para concientizarles sobre la importancia de incorporar situaciones de la vida diaria a las clases, lo que conlleva a unos mejores resultados. “Cómo voy a realizar mis clases para que sean interesantes para mis estudiantes y los lleve al interés. Hay que darles algo que les sirva para su vida, a la final nos formamos como profes por la construcción de una mejor sociedad”.
“Este trabajo deja orientaciones abiertas a la población pedagógica para que las lean, se instruyan, y conozcan los proyectos a nivel nacional y las estrategias que se han abordado y se pueden adaptar en el país. Entender cómo puede desarrollarse la educación financiera y cómo se puede trabajar es formar una generación con conocimientos y más educada en este tema”, adiciona el director de la investigación, Duver Fernández.
El análisis documental
Para el análisis, la futura magíster usó distintos criterios en la selección de los documentos, como investigaciones de fechas recientes publicados o avalados por instituciones o entidades con prestigio académico.
Lo anterior, con el objetivo de describir las perspectivas de algunos autores sobre la alfabetización financiera en las escuelas colombianas y su relación con la educación matemática, para contextualizar y tener diferentes puntos de vista sobre el tema.
A través de un análisis de contenido y del discurso, la investigadora verificó la presencia de frecuencias verbales sobre el tema a partir de conceptos principales, como alfabetización financiera, educación financiera y educación matemática, e implementó un método de investigación documental que considera las diferentes fuentes de información para la obtención de documentos útiles para el estudio.
La tesis también contiene un marco conceptual que define estos términos y otro normativo que fundamenta la viabilidad de las recomendaciones de la investigación en Colombia.
(FIN/JRDP)
27 de mayo de 2024