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Un análisis de 14 muestras de agua (12 de consumo humano y 2 residual) recolectadas en los departamentos de Antioquia, Caldas, Chocó y Tolima, encontró que en un nacimiento de agua en Samaná (Caldas) se superan los límites internacionales establecidos de plomo-210, un material radioactivo natural cuyo consumo prolongado podría representar riesgos para la salud, especialmente para la población infantil. Los hallazgos de este estudio realizado por un egresado de la UNAL Sede Medellín, y único a la fecha en Colombia, evidencian la urgencia de crear leyes que establezcan límites para los materiales naturales radioactivos, como el plomo y el polonio, en agua de consumo humano, además de investigación y laboratorios especializados para un monitoreo constante y la toma de decisiones sobre este tema.

 

Las muestras de agua se tomaron en Nuquí, Chocó; Rioclaro y Yarumal Antioquia; distintos lugares de Samaná, Caldas y en pozos de agua de consumo humano en Tolima. Foto cortesía Mateo Londoño Osorio.

 

Con la investigación Medidas de Plomo 210 y Polonio 210 en agua de consumo humano y agua residual, el egresado de la Maestría en Ciencias-Física, Mateo Londoño Osorio, buscaba hacer un mapeo inicial sobre la presencia de materiales radiactivos de origen natural (NORM, por sus siglas en inglés), específicamente de plomo y polonio (210𝑃𝑏 y 210𝑃𝑜), en distintas zonas donde hay agua de consumo humano en cuatro departamentos de Colombia.

Lo anterior, motivado por la falta de investigaciones regulares y de normativas específicas sobre la existencia de estos materiales provenientes de la naturaleza y presentes en el agua, que evidencian un desconocimiento generalizado sobre la problemática en el país. Como resultado, además del análisis de diversas muestras de agua en el territorio nacional, el estudio establece una metodología para las mediciones de estos dos materiales en aguas de consumo humano y residuales.

 

El término NORM se refiere a materiales radiactivos naturales que se encuentran en la Tierra, producto de procesos geológicos. Estos pueden estar presentes y ser transportados en tuberías junto con los hidrocarburos, también en otras industrias y procesos como la producción de fertilizantes y la minería. La radiación ambiental proviene cerca del 80% de fuentes naturales y un 20% de fuentes artificiales, principalmente de aplicaciones para la medicina. Por esta razón, es de suma importancia el estudio de la exposición a fuentes naturales, dado que la radiación no se puede ver, es difícil evidenciar sus daños de manera inmediata a bajas dosis, aunque esto no implica que no los haya, detalla la investigación.

 

Se realizaron, en total, mediciones en 14 muestras de agua, 12 en agua de consumo humano y 2 en agua residual en distintas zonas de los departamentos de Antioquia, Chocó, Caldas y Tolima, para determinar la presencia, en este caso, de plomo y polonio (210𝑃𝑏 y 210𝑃𝑜).

De lo recolectado, la muestra tomada en Samaná, Caldas, presentó un contenido de plomo que supera el límite internacional fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 0.1 Bq/L. El Bq/L o becquerel por litro, es la unidad para medir la contaminación radiactiva ambiental producida, principalmente, por el uso de sustancias radiactivas naturales o artificiales.

La muestra M10 fue tomada en una zona que ya ha sido analizada anteriormente y considerada con anomalía radiológica, pues allí se ha identificado una mayor presencia de material NORM, según lo investigado en el proyecto COL9010 que desarrolla actualmente la Universidad Nacional de Colombia, en el que participa la Sede Medellín, a través de su Grupo de Investigación de Física radiológica, el Servicio Geológico Colombiano y el OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica).

En esta zona de Caldas se presenta una anomalía radiológica o reactiva, este es un término que se usa para hacer referencia a la presencia de altos niveles de ciertos materiales radiactivos NORM, en este caso el plomo, explica Mateo Londoño Osorio, ingeniero físico de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

“Es Importante esta muestra porque en ese punto donde se presenta la anomalía hay una fuente hídrica bastante grande, es un nacimiento de agua del que, de ahí para abajo, toda el agua también podría tener este material radiactivo. Es fundamental tener un rastro de cómo va avanzando ese punto, de ahí viene lo crucial de la investigación y que a futuro se pueda llevar un control de esta zona, para continuar con las mediciones para ver si está aumentando o si ha bajado la presencia de ese material radioactivo”, agrega Londoño.

Aunque se detectó alta presencia de plomo, todavía no se ha investigado qué está ocurriendo en este punto. “Puede haber minería cercana o que el agua al salir del nacimiento esté removiendo alguna roca que lo contenga, no se sabe a ciencia cierta de dónde viene. Lo importante es seguir investigando el por qué podría darse esa alta presencia de algunos materiales además del plomo y el polonio”, explica.

 

Según el estudio, el consumo prolongado de agua con altos niveles de plomo podría traer consecuencias negativas para la salud, como riesgo de cáncer, daño en órganos internos, entre otras, especialmente en la población infantil debido a que puede afectar la capacidad cognitiva y el crecimiento al depositarse en los huesos. Diferentes organismos, incluidos la Enviromental Protection Agency (EPA), señalan que los niños, bebés y fetos son los más vulnerables al plomo. Entre otras afectaciones que se podrían presentar se cuentan la anemia, problemas de audición, crecimiento tardío, entre otros.

 

En sus conclusiones, la investigación destaca que, aunque en Colombia existe normativa acerca del límite de contenido de plomo como la Resolución 12186 de 1991 y el Decreto 1076 2015, los cuales establecen el límite 0.01mg/L; no hay leyes que impongan límites para isótopos radiactivos del plomo como lo es el 210𝑃𝑏 en agua para consumo humano. Por ello, esta clase de estudios son importantes y útiles como base para futuras leyes que determinen estos umbrales para la presencia de estos en aguas de consumo humano y residuales.

Además, se requiere de laboratorios especializados con las herramientas y los equipos necesarios para más estudios de NORM, principalmente plomo y uranio, en diferentes tipos de muestra, sobre todo en agua, dado el incremento cercano de la explotación minera en el país.

“Cuando uno habla del plomo también se incluyen los radioisótopos del plomo, estos son los que más afectan el crecimiento de las personas. Como no hay ningún decreto o norma que hable sobre ese límite de radioisótopos plomo 210, a las empresas no se les exige un límite ni hay una normativa que los haga investigarlo, no lo hacen. Entre más estudios se realicen, más inversiones tendrán que hacer para ajustarse a la regulación vigente. Aunque la exposición a NORM es común y generalmente segura en niveles bajos, es importante entender cómo puede afectar la salud humana y el medio ambiente en niveles más altos y prolongados”, manifiesta el ingeniero Londoño Osorio.

 

Actualmente, se realizan varios estudios en el país relacionados con NORM, como el de la Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá, donde en 7 de 25 muestras de agua recolectadas fue detectado Uranio de origen natural.

 

“Aunque es común encontrar estudios sobre la presencia de NORM con diferentes detectores, en la búsqueda de aumentar la eficiencia, la técnica que se usó en la tesis para las medidas de plomo 210 y polonio 210 no es frecuente aquí, ya que se utilizaron resinas importadas que no se manejan en el país propiamente. Esta metodología es confiable y rápida, dependiendo del material de laboratorio se podría demorar entre 5 o 6 horas por muestra, sin embargo, puede ser un poco costoso”, expone el magíster en Ciencias - Física.

El investigador Mateo Londoño agrega que se buscó que este análisis fuera algo novedoso para que diera una pauta para seguir investigando al respecto. Con la metodología establecida y propuesta para las mediciones de estos dos materiales en aguas de consumo humano y aguas residuales, se puede medir agua de cualquier lugar de Colombia.

También apunta con este trabajo a que las personas “le quiten el miedo a escuchar la palabra radiación, porque la radiación, al igual que la energía, podría ser dañina, pero también tiene cosas benéficas. Existen los rayos X, las tomografías, los aceleradores lineales, un tipo de radiación nos ayuda a mejorar ciertas cosas en la salud”.

De acuerdo con la tesis, la radiación es energía que se desplaza de una forma que se puede describir como ondas o un conjunto de partículas y estamos expuestos a ella en nuestra vida cotidiana. Entre las fuentes de radiación más conocidas se encuentran el sol, los hornos de microondas y los radios musicales de los automóviles. Esta se clasifica en radiación no ionizante y radiación ionizante, para el caso de este estudio nos interesa la radiación ionizante, que es aquella capaz de arrancar electrones del átomo cambiando su configuración.

 

A medida que la conciencia sobre la radiación ionizante y su impacto en la salud y el medio ambiente ha aumentado, el manejo adecuado de los materiales NORM se ha vuelto cada vez más importante en el mundo, como ocurre en España, donde existe una normativa al respecto. Sin embargo, para el caso de la legislación colombiana, la respuesta aún no ha estado en sintonía con la comprensión de sus efectos nocivos.

 

 (FIN/JRDP)

5 de noviembre de 2024