Desde su casa algunos estudiantes y egresados de Ingeniería Física, Ingeniería Mecánica y Arquitectura realizan labores de logística y desarrollo de caretas para médicos que atienden la Covid-19. Los jóvenes hacen parte de una red que reúne a profesionales de varias áreas con el único fin de ayudar a proteger al personal médico durante la pandemia.
“Al conocimiento hay que ponerlo a trabajar porque este se adquiere para la gente y para hacer algo útil”, dice Camilo Bedoya López, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Mecánica de la UNAL Medellín y auxiliar en el Laboratorio de Fabricación Digital (Fab Lab), sobre la premisa de colaboración que realiza en la Red Hacer para Salvar.
De la Red, además de los miembros de la UNAL Medellín, hacen parte docentes, investigadores y emprendedores de varias instituciones y empresas, quienes en conjunto contribuyen en la elaboración y abastecimiento de caretas para el personal de salud que atiende pacientes contagiados por Covid-19. De ellas el sector médico en Antioquia necesita aproximadamente 2,5 millones, según el ingeniero físico Sebastián Restrepo Vélez, quien actualmente trabaja en el área de investigación y desarrollo de una empresa de insumos industriales.
La Red lleva unos 15 días de haberse conformado. La iniciativa funciona a partir de donaciones, surgió en redes sociales y, cuenta Camilo, en un grupo de WhatsApp al que se unieron amigos y conocidos con dos cosas en común: ganas de ayudar y alguna habilidad para solucionar un problema desde el diseño, la impresión 3D o la logística. En la lista inicial hay alrededor de 150 personas, según la médica otorrinolaringóloga Carolina Sepúlveda Rojas, también integrante de Hacer para Salvar.
Aporte a Antioquia
En Medellín se están generando diferentes iniciativas y uno de ellas es el desarrollo de moldes de inyección, en el cual comenzaron a invertir algunas empresas de la región a fin de producir caretas. Sin embargo, “así se elaboren uno, dos o tres moldes, el volumen es tan grande y se requieren tan rápidamente que no se alcanza a tener la cantidad esperada a tan corto plazo”, explica Sebastián. En ese sentido, Camilo agrega que la Red busca motivar a quienes tengan impresoras 3D, para que las utilicen en pro de fabricar estos elementos para sumar esfuerzos y aportar una solución.
Hay modelos de código abierto conocidos y aplicados en diferentes partes del mundo como España, Italia y Estados Unidos. Lo que han hecho los estudiantes de la UNAL Medellín y demás integrantes de la Red, es mejorarlos teniendo en cuenta consideraciones fundamentales como la protección de los médicos.
“Necesitábamos fabricar caretas cuyo modelo sea viable para elaboración optimizando el tiempo de impresión y la cantidad sin perjudicar las condiciones de comodidad, que no se les caiga a los médicos cuando las usen y que les proteja la mayor parte de su cara”, afirma Sebastián. Los materiales utilizados son resortes, acetatos y tres tipos de plásticos: PLA, ABS y PETG. Además, filamentos, que son la materia prima de las piezas; es decir, el equivalente de la tinta de una impresora convencional.
En el área metropolitana del valle de Aburrá son 11 zonas destinadas para la recolección de piezas que luego se ensamblan, y a las que se les realiza un proceso de asepsia y desinfección para donarlas a las instituciones de salud. Actualmente se trabaja también en la estructuración de la Red para que las entregas sean organizadas y que todos los involucrados tengan el menor riesgo.
Sin embargo, las donaciones de las caretas no se limitan exclusivamente al área metropolitana. Hasta la semana pasada se habían entregado unas 700 en la Unidad hospitalaria Doce de octubre, en las clínicas Las Américas, Bolivariana, Del Norte (en Bello), Del Rosario, León XIII, Medellín Sede Occidente; en los hospitales San Vicente Fundación Sede Rionegro, San Rafael (de Venecia), San Antonio (de Cisneros), Marco Fidel Suárez (en Bello), Corporación San Juan de Dios – Uniremington (en Santa Rosa de Osos), San Rafael (en Jericó); Metrosalud (de San Antonio de Prado), IPS Universitaria, entre otros.
Solidaridad
Los jóvenes esperan que la Red sea un ejemplo para otras regiones del país a fin de conformar alianzas entre profesionales de varias áreas o personas con distintas habilidades. En el caso de los miembros de la UNAL Medellín una ventaja que destaca Sebastián es que las carreras de Ingeniería Física e Ingeniería Mecánica de la Sede convergen en la formación en diseño, la organización de proyectos, métodos de manufactura, bases óptimas en el manejo de sistemas y técnicas de impresión 3D.
En el enlace linktr.ee/hacerparasalvar está disponible una guía técnica de impresión 3D, pues cualquier persona interesada en fabricar caretas puede acceder a los archivos que han creado. Mediante el sitio web también se pueden hacer donaciones de materiales o dinero, solicitar caretas mediante formularios e insumos para impresión 3D.
Carolina cree que hay dos tipos de personas: las que observan y las que hacen. Tiene la certeza de que, quienes conforman Hacer para Salvar son de las segundas. “Nos motiva ayudar porque no solo somos una comunidad, sino un país y más allá de eso: somos humanos; debemos hacer lo que nos gustaría que hicieran con nosotros”, asegura. Actuar es, para ella, clave en un momento difícil como el que ha significado la pandemia.
Sebastián también lo sabe y a él eso lo gratifica. Si bien la Covid-19 ha hecho sentir angustia e incertidumbre en el mundo, la situación también ha evidenciado iniciativas y personas gentiles, así que el de “salvadores” no es un término que solo se deba acuñar a los profesionales de la salud sino a redes como la de Hacer para Salvar, que, además, genera satisfacción personal.
Hacer para Salvar tiene dos cuentas de redes sociales en las que se puede conocer más sobre la Red. En Instagram aparecen como @hacerparasalvar y en Facebook como @HacerparaSalvar.
13 de abril de 2020