La Cuarta Revolución Industrial y el impacto que trae para nuestra vida cotidiana, es el tema central de la nueva etapa de la Cátedra Saberes con Sabor, que llega a la comunidad y a la ciudadanía a través de la virtualidad. Se trata de un tema que tiene gran sentido en Medellín, convertida, desde 2019, en uno de los escenarios mundiales para investigar, promover e implementar las grandes innovaciones tecnológicas que están cambiando nuestro planeta.
La segunda sesión virtual de esta etapa de la Cátedra que se realizó el 7 de mayo, giró alrededor de la revolución Fintech en el mundo y sus repercusiones en Colombia, con términos y procesos nuevos que están cambiando nuestra forma de relacionarnos con la economía. La invitada fue la Ingeniera industrial Juliana Carmona Giraldo, especialista en Gerencia de Proyectos, con formación de alto nivel en innovación y emprendimiento. Actualmente se desempeña como directora de Colombia Fintech. Para los legos, la charla de la ingeniera Carmona fue una introducción a un nuevo mundo: el escenario del crowdfunding, el blockchain, la insuretech, el regtech, el factoring y la BigData.
¿Qué es la revolución Fintech? Juliana Carmona la define de una manera sencilla: “un ecosistema compuesto por empresas que prestan servicios financieros a través de la tecnología”. Un ecosistema que no es del todo desconocido, pues, para gran parte de la población mundial, es cada vez más cotidiano el intercambio de dinero por medios digitales, aumentado a niveles insospechados a raíz de la crisis mundial generada por la pandemia del COVID-19. Pero esta es apenas la puerta de entrada a otros segmentos realmente novedosos del universo Fintech.
En su charla, la ingeniera Juliana Carmona nos llevó a un mundo fascinante y desconocido del ecosistema Fintech. Los créditos digitales, por ejemplo, son una gran novedad en la relación de la banca con sus clientes, pues mejoran ostensiblemente la flexibilidad y la velocidad de respuesta, con lo que se benefician los pequeños negocios, los trabajadores independientes y las personas naturales. Una disrupción que se suma al factoring, es decir, la posibilidad que se le brinda a los empresarios de ofrecer las facturas pendientes como garantía para acceder a créditos; al insuretech, que es la combinación entre temas de seguros y tecnología; y al regtech, que reúne los sistemas de identidad digital y las listas que validan o restringen la historia crediticia de las empresas y personas.
Pero la revolución Fintech va más allá. En su charla, Juliana Carmona entró también al enigmático mundo de las criptomonedas, los criptoactivos y el blockchain, que, literalmente, significa “cadena de bloques” (es decir, sistemas enlazados y cifrados para proteger la seguridad y la privacidad de las transacciones), sin olvidar los neobancos, escenarios virtuales que no tienen nada que ver con las ventanillas, las filas y los fichos. El nuevo mundo Fintech incluye, sin embargo, dos actividades que han acompañado por siempre a la humanidad, aunque han trasladado su quehacer al modo virtual: el comercio y el mecenazgo. Las ventas por internet llegaron para quedarse y la estrategia solidaria de “hacer vaca” se transformó en el crowdfunding, que mejora sustancialmente su eficacia gracias a los medios digitales.
Pero, ¿qué tan cercanos somos en Colombia a estos nuevos paradigmas? según Juliana Carmona, nuestro país es en este momento la tercera economía Fintech de Latinoamérica, después de Brasil y México. El 76% de la población digital activa de Colombia usa soluciones Fintech, lo que da cuenta, según ella, de un gran cambio en la relación de los usuarios con las entidades financieras: “los bancos tienen unos nichos mucho más específicos. Los bancos le prestan a los clientes más tradicionales, clientes con historiales crediticios, a empresas y a personas jurídicas, con tiempos mayores de constitución. La revolución Fintech se enfoca en otro tipo de audiencias: en personas naturales, en trabajadores independientes, incluso también en empresas y en pequeños negocios”.
Si bien la revolución Fintech ya venía dando grandes pasos, es obvio que la crisis de la pandemia ha acelerado su presencia y su impacto en todo el mundo. Uno de los efectos inmediatos que reitera Juliana Carmona es el aumento de las transacciones digitales: “es evidente que la disminución de la circulación del efectivo ya es una realidad. Durante este proceso de confinamiento hemos adoptado otros hábitos: la compra a través de procesos electrónicos, los pagos a través de medios electrónicos, las transacciones de servicios públicos, de impuestos, de lo que sea para el hogar, y ya la creación de ese hábito va a ser muy difícil que se reverse después de todo este proceso”.
En este sentido, la ingeniera Carmona es bastante optimista: “un poco mirando también hacia el futuro, si lo vemos desde el punto de vista de revolución tecnológica en general, van a surgir muchos nuevos modelos de negocios basados en tecnología. Algo que leí hace poco es que es el mejor momento para lanzar un producto digital, es el mejor momento para emprender y hacer un ejercicio basado en tecnología. Creo que hay muchos negocios tradicionales que se van a convertir o a reinventar, que es la palabra de moda, pero también van a surgir, seguramente, en los procesos de innovación, muchos modelos de negocio y de emprendimiento”. Incluso, va más allá, al considerar que va a surgir una Quinta Revolución Industrial, “que siga siendo basada en tecnología, pero es muy posible que ya sea un tema de tecnología con una narrativa orientada a temas de salud pública, a temas de cambio climático, y a temas en los que todo esto esté remasterizado dentro de las ciudades inteligentes”.
Y al hablar de ciudades inteligentes, no se refiere única y exclusivamente a la tecnología. Para Juliana, que se declara abiertamente “pro-tecnología”, una ciudad inteligente es la que considera y usa la tecnología como un medio para lograr mejor calidad de vida. Y, por tanto, las soluciones Fintech se ubican en ese concepto, porque “tienen un enfoque hacia el usuario, y han pensado mucho en las necesidades de las nuevas audiencias o de las personas no bancarizadas; han identificado nuevas demandas de servicios financieros. Es un concepto que nosotros hemos denominado la inclusión financiera digital”.
Las soluciones Fintech han permitido, por ejemplo, facilitar las transacciones financieras a personas o pequeñas empresas que no tienen una cuenta bancaria, con la introducción de las billeteras virtuales: “esto empieza a generar alternativas importantes para sectores especiales. Si vamos, por ejemplo, a las tiendas de barrio, esta ha sido una buena noticia para ellos, pues se les ha activado su movimiento económico. Pero, también, cuando tú vas a hacer un domicilio tú también necesitas alternativas de pago con ellos, que sean distintas al efectivo. Porque si ellos tienen estas alternativas de pago, pues van a poder llegar a más clientes”.
8 de junio de 2020