Escudo de la República de Colombia
A- A A+
Los calados son principalmente de cemento o arcilla. Foto: cortesía Angie Katherine Vargas Bustos.

 

Estudiantes de Arquitectura integrantes del Grupo de Investigación Energía, Medioambiente, Arquitectura y Tecnología (EMAT) exhibieron sus pósteres sobre estudio de calados en la versión 35 de la conferencia Passiveand Low Energy Architecture(PLEA), un encuentro en el que participan, en su mayoría, alumnos de posgrado.

Colombia es un país del Trópico andino con montañas que van hasta los casi 6.000 metros sobre el nivel del mar. Hay gran cantidad de personas viviendo en ellas y esa es una particularidad, por lo tanto, la bioclimática que se hace en la nación es como el café: de denominación de origen.

El país no solo se da ‘el lujo’ de tener una cordillera sino tres. Es único. Hay naciones que comparten particularidades con Colombia, pero no todas a la vez. En esas condiciones, “hacer arquitectura bioclimática en Colombia es un hecho singular en el mundo”, explica el profesor Ader Augusto García Cardona, director de EMAT de la Facultad de Arquitectura de la UNAL Medellín.

Durante varios años de estudios el Grupo ha detectado que las fachadas de las edificaciones tienen un rol importante y específicamente ha analizado cómo bloques con perforaciones elaborados en concreto o arcilla, llamados calados, dejan pasar el aire, la iluminación y controlar el ruido.

Este trabajo condujo al Grupo EMAT a elaborar una ficha técnica acerca de los materiales de los calados, algo que no habían hecho los fabricantes. Gracias a la caracterización, han encontrado que, según sea la forma del orificio, pasa más o menos ruido. “Eso es inédito, no hay ningún libro que nos dé esas pistas”, dice el profesor.


En evento internacional

Para llegar a esos resultados integrantes del Grupo modelaron y simularon los calados en programas informáticos especializados, trabajo del cual produjeron tres pósteres en los que registraron las evaluaciones y que exhibieron recientemente en la versión 35 de la conferencia Passiveand Low Energy Architecture(PLEA).

Por lo general los asistentes a este evento académico internacional son profesores y alumnos de posgrado. Aunque inicialmente estaba programada para ser llevada a cabo en La Coruña (España), para los estudiantes de Arquitectura de la Sede fue significativa la participación en la conferencia que por primera vez se hizo de manera virtual ante la pandemia por covid-19.

La experiencia, aunque distinta, fue igual de especial para Angie Katherine Vargas Bustos, estudiante de Arquitectura e integrante del Grupo de investigación, quien recuerda que a pesar de que en el chat pocas personas se atrevieron a hablar, quienes lo hicieron los felicitaron.

Además, dice, “fue bueno porque muchos no podíamos asistir si era forma física y gracias a que quedó grabado, uno puede acceder a las demás ponencias”.

Los integrantes de EMAT hicieron aportes desde el punto de vista de la historia del arte, cuenta Andrés Danovis Muñoz Ramos, “ya que había escasez de información con respecto a los calados en el Trópico, de los que no se tiene un conocimiento pleno. Ese es uno de los mayores logros”.

Cada año el PLEA tiene un tema específico. El de este año fue las ciudades poscarbono, entendiendo que se deben buscar alternativas a los combustibles fósiles. Integrantes del Grupo participaron en la categoría de tecnologías y aproximaciones a las construcciones.

Sobre los calados el profesor expone que hay unos elaborados con base bioclimática, pero son muy costosos, por lo que se hace inviable emplearlos en contextos de regiones apartadas o vulnerables, a donde quiere llegar EMAT.

“La idea es que un campesino lo pueda hacer en su casa o lo pueda comprar por muy bajo precio, y que las cualidades ambientales que le ponga a su vivienda o entorno sean medibles y verificables para tener mejoramiento de la calidad de vida de los menos favorecidos”, afirma el docente y dice que están innovando también con materiales reciclables como las botellas PET.

Para Juan Fernando Arango Restrepo, estudiante de Arquitectura y otro integrante del Grupo, la bioclimática tiene un componente poético desde el diseño arquitectónico, y un ejemplo es precisamente la iluminación, en el sentido en que deja de convertirse en un asunto meramente técnico para adquirir un carácter icónico.

“En la academia, por lo general, nos dicen que las fachadas y el componente técnico es lo más aburridor, pero no es cierto porque es lo que puede dar una riqueza increíble a las edificaciones”, asegura.

Además de la participación en el PLEA lo que tal vez enorgullece más a Vargas Bustos como a sus compañeros es el aporte que generan al conocimiento sobre un tema que, según ella, se cree erróneamente que es un lujo, “cuando es una necesidad que puede traer beneficios futuros en mejores rendimientos energéticos y en el beneficio tanto a los proyectos como a las personas que habitan en ellos, y al medioambiente”.

Lo que más valora el profesor, quien ha liderado EMAT y ha impulsado a los estudiantes a participar en el PLEA desde hace varios años, es el trabajo colectivo: “no es que uno sepa más que el otro. El empoderamiento del grupo hace que su rol sea fundamental y no falle”.

Para él, es muy diciente que los estudiantes de pregrado sean siempre los que asisten al PLEA.

(FIN/KGG)

21 de septiembre de 2020