La pandemia por covid-19 ha puesto en evidencia que los sistemas productivos no son resilientes ante cambios abruptos. La industria, según el profesor de la UNAL Medellín, tiene retos éticos, impuestos además por consumidores más conscientes.
---
“Cada acción conlleva a una reacción y acarrera consecuencias. Esto aplica a todos los ámbitos”, considera el profesor Ariel Tarazona, del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín. Él lo instauró en su vida personal y académica, dedicada al bienestar animal.
La producción animal ha sido asociada al impacto ambiental, la huella hídrica, los gases de efecto invernadero. Sin embargo, el profesor Tarazona Morales indica que “hay suficiente información para decir que esto no es del todo cierto y que podemos tener sistemas amigables con el ambiente, que mitiguen las emisiones o que en lugar de deforestar, ayuden al mantenimiento de la cobertura vegetal y de los árboles”, asegura.
La pandemia por covid-19 ha marcado, sin duda, un antes y un después. Manifiesta que “pensamos que solo afecta al ser humano, pero no. Aunque directamente solo lo ataca, todavía desconocemos cómo afecta a otras especies, pese a que hay reportes de huéspedes intermediarios que han prendido las alarmas en otros países”.
Queda, además, la pregunta de cómo ha afectado la covid-19 a los sistemas de producción. Aquellos que son intensivos y altamente industrializados no fueron resilientes ante el aislamiento social obligatorio inicial, según el docente.
El cierre de plantas de sacrificio y disminución de la operatividad en Estados Unidos, ejemplifica, hizo que se represaran unos 250.000 cerdos diarios en las granjas, donde los mataron de forma masiva, lo que genera problemas ambientales, además de los sociales y económicos. “Si lo vemos, es como una bola de nieve el problema de que los sistemas no estén suficientemente adaptados a los cambios repentinos”.
Está convencido de que tener sistemas más sostenibles es el desafío en la producción animal de la actualidad que, ante todo debe procurar por el bienestar. Algo tiene muy claro el profesor: que “si bien son respetables todas las dietas y tendencias de consumo, para la producción está el reto de demostrar que los productos de origen animal son sanos, inocuos y nutritivos, que no tiene ningún problema ético comer carne y que se pueden tener sistemas que no atenten contra el bienestar ni el ambiente. Lo que no está bien es que un animal tenga que sufrir para que lo consumamos”.
Otro de los retos es hacer una transformación más eficiente de la energía, pues expone que la que se disipa en los animales por el estrés repercute en que no ganen peso suficiente y esas cuestiones que inhiben el bienestar pueden ser prevenibles.
El concepto de bienestar va más allá de la salud, la nutrición y el ambiente, aspectos que han sido importantes para los productores. “El comportamiento y la sintiencia” también tienen cabida ahora. Pero esto solo es una parte del bienestar global, que incluye la rentabilidad de los sistemas productivos, así como que sea sostenible y socialmente responsable, criterios en los que se debe ser objetivos en la evaluación.
El planteamiento ético está conformado por una triada que finalmente se unifica porque argumenta que la salud humana, la animal y la del ambiente son una sola. En ella se incluyen características de lo que se consideran, por ejemplo, ecosistemas saludables: biodiversidad, suelos, agua y aire sanos. El bienestar global debe ser, entonces, el ápice que guíe y lidere los sistemas de producción no solo en Colombia sino en el mundo.
Al tema del bienestar animal el profesor Tarazona Morales llegó tal vez de manera inesperada, pero en ella se quedó. La promulga y tiene sus aliados, pues para las nuevas generaciones de consumidores, sobre todo, este es un aspecto fundamental en la alimentación, sujeta también a la ética y a las buenas prácticas.
Las reflexiones que se presentan en este texto son parte de la conferencia: Paradigmas del bienestar en la producción animal del siglo XXI que el profesor ofreció recientemente en Expofinca 2020.
(FIN/KGG)
30 de noviembre de 2020