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El estudio analizó los casos de 22 mujeres esclavizadas y concubinas. Foto: cortesía María Juliana Ramírez Vidal.

 

Una investigación indagó por las subjetividades de 22 mujeres que utilizaron el sistema jurídico a su favor. El estudio va más allá de una narración cronológica de hechos, explora las relaciones de poder, da cuenta de que la Historia no es estática y se realizó desde una perspectiva feminista. La tesis fue laureada.

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A la politóloga María Juliana Ramírez Vidal la pasantía del pregrado le dejó, como dice, “la esclavización y a las mujeres negras y mulatas en la cabeza”. Eso, combinado con ser sanandresana, impulsó su deseo por estudiar el tema, uno que la “atraviesa como investigadora y sobre todo como mujer de origen insular”.

La curiosidad de hurgar aspectos ligados a su procedencia la trasladó a la investigación académica, que fue lo que hizo la también magíster en Historia de la UNAL Medellín con la tesis Historias de mujeres ‘negras’, justicia de hombres ‘blancos’. Relaciones ilícitas y escándalo público en la provincia de Antioquia (1774 - 1810).

La nana de María Juliana, Guillermina Mancilla, es quien la crió, a quien está dedicada la tesis y la persona que la “inquietó por cómo la esclavización ha sido modificada en el tiempo y en los albores de la libertad en que vivimos hoy. Su historia de vida me atravesó y hoy creo que pude llegar a la investigación por las preguntas que me hice cuando era una niña”, cuenta.

Con una escritura prolija y una narración con la que parece quisiera establecer diálogo con el lector, la investigadora expone su estudio acerca de las relaciones ilícitas y el concubinato en el que las mujeres eran sujetos perseguidos y representados a partir de 1750, pero de quienes se comienza a expresar o a comprender su subjetividad desde 1778, cuando se empezaron a evidenciar cambios en la justicia metropolitana y colonial.

A partir de 1780 por orden del visitador Juan Antonio Mon y Velarde se incrementó el asedio a las relaciones ilícitas. Fue él quien solicitó la revisión sobre expedientes relacionados con concubinatos, adulterios y amancebamientos.

Pero fueron las subjetividades de las mujeres esclavizadas, el ámbito principal que le interesó investigar a María Juliana. Este estuvo marcado en el juicio y el destierro, la causa más utilizada como castigo a las relaciones ilícitas consideradas entonces como pecado y delito.

También tuvo que ver con la edad, si ellas eran libres, esclavizadas o libertas. Si eran madres o no, o si habían mantenido una relación de largo aliento con sus amos o con un hombre diferente. Incluso se relacionó con cómo eran representadas en los juicios, “que se les dijera que eran ladronas o que el diablo había tomado sus cuerpos”, por ejemplo, explica la investigadora.

Castigos crueles para mujeres y monetarios para hombres

Para el análisis María Juliana leyó y transcribió 26 expedientes judiciales que reposan en el Archivo Histórico de Antioquia, en los que halló los casos de 22 mujeres que utilizaron el sistema jurídico a su favor, 14 de ellas esclavizadas. Gracias a estos insumos encontró cuáles fueron los castigos que ellas recibieron.

El más común fue el destierro, que dice tuvo que ver con apartar a estas mujeres de los sitios, “como si fueran la causa del pecado, el desorden y el delito”. Asimismo con la expansión de las fronteras, de enviar mano de obra a lugares despoblados, como sucedió con María de la Cruz Zapata, María Zapata, María Antonia, Rita Franco y Teresa. A algunas las llevaron con sus maridos a San Andrés del Cauca como fue el caso de Juana Londoño.

María Juliana también encontró que se sancionaron tres mujeres con sujeción, a una se le negó la libertad de sus hijos y a siete casos no se les conservan los registros de los fallos. Si bien los castigos no fueron condenarlas a la hoguera, también fueron crueles. María Juliana expone que las autoridades coloniales las atacaron en todos los flancos y con ello intentaron lacerar sus subjetividades. Lo considera así porque “las sacaron del lugar donde construyeron un nombre, lograron resistir o tener algunas pertenencias como cerdos o joyas. Sacarlas de allí, lejos de sus familias era desmembrarlas”. Otro castigo fue venderlas.

Menos duras fueron las sanciones para los hombres que las esclavizaban y las hacían sus concubinas. Para ellos los castigos eran multas económicas y de acuerdo con su calidad ellos se beneficiaban. Tras una reconstrucción genealógica realizada a partir de varios expedientes la investigadora identificó un caso complejo que revela la vida de varias mujeres, sobre todo esclavizadas por Vicente Tamayo y sus hijos. “Él no era un señor cualquiera. Era blanco de origen noble”.

Las mujeres esclavizadas y concubinas se abrieron campo en un sistema que las ubicaba como culpables pese a que fueran representadas por las figuras de defensa colonial, que según la investigación fue ejercida por el defensor de menores y el procurador. María Juliana explica que eran los que iban creando “las representaciones, que casi siempre, cuando uno lee un expediente de esa época, estaban muy solapadas. Hay muchos diálogos al mismo tiempo, no se logra diferenciar quién habla y en qué momento”.

Un estudio desde la reivindicación del feminismo interseccional

“Yo siempre veía las tesis en Historia demasiado específicas, en un tiempo preciso, en las ferias y en las fiestas del pueblito tal, y me preguntaba ¿cuál era la utilidad? Y entre lo que me constituye como persona e investigadora está el feminismo, que lo hago explícito en la investigación. Hay una máxima que es ser útil a las mujeres”, asegura.

Desde un estudio académico e interdisciplinar, que se pregunta por la política de la Historia y las relaciones de poder, y que emplea herramientas del feminismo interseccional, encontró en las voces de las mujeres silenciadas, y esto a partir de expedientes que no fueron escritos por ellas. También la ayudaron a interpretar las posturas de varias autoras como Ann Twinam, Joanne Rappaport, Michelle McKinley, Asunción Lavrin y Verena Stolcke.

La tesis es útil “porque intenta llegar a las subjetividades de estas mujeres, es decir que no pretende leer representaciones o verlas como paisaje, sino la calidad de sujetos que tenían y entender, mediante la lectura y el registro, cómo vivían o cómo se da una voz, no solo a través de los hombres blancos sino de la ley que estos habían construido para perpetuar sus privilegios”, añade.

María Juliana vive en Medellín, y su nana aún reside en San Andrés. Fue hasta allá y le presentó la tesis. No se trató de una retroalimentación sino de una conversación. Le dijo: “mira, yo quise hacer esto y te lo quiero leer, porque Guillermina no sabe leer ni escribir”. Así la investigadora entendió la intención con este estudio, y es que da otros lugares dentro de la Historia: “Le da voz a mujeres que han sido silenciadas”.

(FIN/KGG)

18 de mayo de 2021