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Los índices de caminabilidad se redujeron en mayor medida en Manrique y Castilla. Foto: cortesía Andrés Felipe Mesa Martínez.

 

Andrés Felipe Mesa Martínez, ingeniero civil y próximo a graduarse de la Maestría en Estudios Urbano Regionales de la Facultad de Arquitectura de la UNAL Medellín, estudió la movilidad desde el punto de vista de los viajes que se hacen caminando. Identificó, además, que el estatus social es tenido en cuenta para elegir medio de transporte.

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A Andrés Felipe una investigación y una experiencia particular le cambiaron su forma de pensar, antes tan radical. Le reafirmaron, tal vez, la importancia de pensar en los otros y, sobre todo, le enseñaron a despojarse de prejuicios, en este caso, en materia de movilidad.

En un viaje a Valencia (España), donde realizó la pasantía, se hizo consciente de las distintas opciones de transporte sostenible. Allí se movilizaba en bicicleta, metro y tranvía. Le sorprendieron todas las facilidades que puede tener una ciudad en ese sentido y así a él, que estudió concretos durante el pregrado, le surgió el interés por la movilidad.


Caminatas

Andrés Felipe centró su tesis de maestría en un estudio para analizar la caminabilidad, un tema en auge y referido a mejorar las condiciones físico urbanas de las personas que caminan hacia distintos sitios, y definió tres corredores.

El primero: la Avenida Las Vegas, en El Poblado, entre las calles 10 y 2 sur. Este tramo, con 1.000m de longitud, conecta con una estación del Metro, universidades, centros médicos y comerciales, además de zonas residenciales.

El segundo, de la misma distancia y características, es en el barrio Manrique. Específicamente parte de la carrera 44, continúa entre las calles 77 y 86 y atraviesa los barrios Campo Valdés no. 2 y Las Granjas.

El último corredor fue el del barrio Castilla. Tiene 400m más que los dos anteriores. Inicia en la calle 91A entre carreras 67A y 73, y los barrios Alfonso López y La Esperanza.

Lo que encontró lo sorprendió, pues “a pesar de que (entre 2012 y 2015) se invirtieron alrededor de 30.000 millones de pesos en obras que promueven la caminabilidad, que fortaleció la seguridad, accesibilidad, el confort y la factibilidad de realizar los desplazamientos, no se registró aumento significativo en los viajes que conectaban con otros modos sostenibles, (es decir, diferentes al carro o a la moto particular)”, dice.

Para averiguarlo tomó en cuenta los resultados de la Encuesta Origen – Destino de 2012 y 2017, enmarcadas en el antes y después de la infraestructura. Las óptimas condiciones físicas no fueron suficientes para incentivar los desplazamientos caminando, puesto que se encontró que hubo una disminución en ellos.

La mayor reducción se dio en el corredor de Manrique, donde los viajes de origen se redujeron en un 29% y de destino, en un 24%, seguido de Castilla, donde fue de 16% y 22%, respectivamente. En la avenida Las Vegas la disminución no fue significativa: 0.35 y 1,5%.

Los resultados de encuestas aplicadas a 74 personas, y realizadas luego de que estas evaluaran los tramos a través del método de realidad virtual, muestran “contradicción acerca (de la percepción) de que, una mayor inversión para mejorar las condiciones de caminabilidad, hace que las personas caminen más. La investigación trajo a colación que esto no es tan cierto, por lo menos para Medellín”, asegura.


Una pregunta de una conversación lo llevó a una investigación

Cuando llegó de Valencia, la ciudad que de manera inesperada le despertó el interés por la movilidad, Andrés Felipe comenzó a trabajar como ingeniero civil en una obra de infraestructura en Los Balsos en El Poblado, en Medellín. Para desplazarse utilizaba su motocicleta, “pero veía a trabajadores de la construcción que caminaban. Les preguntaba por qué lo hacían y me decían que por ahorrarse cierta cantidad de dinero que gastaban en un integrado o en un bus”, cuenta.

Ahí se preguntó si en esos largos tramos que recorrían había condiciones adecuadas para los caminantes. Le fue inevitable responderse que, diferente a Valencia, en la ciudad colombiana “no hay suficientes andenes y los carros pasan muy cerca (de los peatones)”, cuenta. Le interesó, sobre todo, averiguarlo en el sentido de los cambios modales de transporte, y así surgió la idea.

“Es triste decirlo, pero la Encuesta Origen – Destino de 2017 (que es la última que se ha realizado) muestra que las personas que más caminan son las de estratos 1, 2 y 3, y lo hacen porque no tienen otra opción, por ahorrar dinero, aunque son viajes muy largos, de más de 5km”, dice. En ese sentido, afirma que la movilidad no es un tema aislado de los aspectos sociales y culturales.


El estatus social en la movilidad

Otro resultado del estudio de Andrés Felipe es que la mayor distinción o prestigio del vehículo particular, en especial el carro, no está dado para todas las clases sociales. Y es que, el análisis, también dio una mirada desde las ciencias sociales y a partir de fuentes como el reconocido sociólogo francés Pierre Bourdieu.

Andrés Felipe explica que estatus social de las personas está asociado a los capitales económico, cultural y social, además que, según el autor, dependiendo de la posición social, se piensa y actúa de determinadas maneras, y ahí está inmersa la movilidad.

“Identifiqué que las personas con estatus social más alto no consideraban que el vehículo particular les otorgara mayor distinción sino a los modos sostenibles como la bici y el bus, lo que resultó interesante. En los estratos más bajos sí creen que el carro da mayor distinción”, agrega.

Lo mejor, dice, es que “la investigación me sirvió para no ser tan radical en las posturas que tenía”. Él, que habita Manrique, afirma que ha notado que en el barrio es común que se tenga la idea de asociar el tener una moto, de una marca en especial, con el progreso y, específicamente, de jóvenes que se hacen profesionales.

Para el investigador la enseñanza, es en ámbitos académicos, “no universalizar las prácticas sino focalizar las necesidades de fondo y de los distintos grupos poblacionales”. Sin embargo, también tuvo otro aprendizaje para la vida diaria: tratar de ejercer la coherencia, por eso dejó de lado su motocicleta y ahora se moviliza en bicicleta.

(FIN/KGG)

6 de septiembre de 2021