El profesor Sergio Andrés Restrepo Moreno empezó su formación en el Kínder La Machaca, “una escuelita” adjunta a la Universidad de Córdoba, en la ciudad de Montería, donde su papá era decano de la Facultad de Ciencias Agrarias. Siempre estuvo rodeado del ambiente universitario.
Este Geólogo de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, doctor en Geología de la Universidad de Florida y posdoctor también de la Universidad de Florida y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, siempre se mostró evasivo a asumir cargos académico-administrativos pues dice tener una “reticencia heredada a los puestos de poder”. Por lo tanto, la dirección de Bienestar Universitario es el primer cargo directivo que ocupará.
“Básicamente acepté porque considero que puede ser ejercido sin poder; es decir, no como a partir de la gestión de un individuo que ocupa un cargo directivo, sino a partir de la gestión de un individuo que quiere hacerse parte de un sistema en el que están estudiantes, profesores y empleados, para intentar aportar ideas que fomenten el principio de gobernabilidad colectiva”, expresó el profesor.
En ese orden, también explicó que para él es fundamental abordar las ideas y proyectos desde la conversación fecunda, y que su nueva posición la entiende como una oportunidad de retribución a la Universidad desde una esfera valiosa e imprescindible: la que promueve el estar bien. “El bienestar es una condición sin la cual no es posible ningún proyecto de sociedad”, precisó.
Para el profesor Restrepo Moreno es importante aportar y apoyar procesos de cambio dentro de la comunidad universitaria que, si es posible, irradien más allá de la Universidad: “de pronto el bienestar puede tener una vía de penetración expedita y productiva hacia afuera de la Institución”, declaró.
Para el nuevo Director de Bienestar Universitario de la UNAL en Medellín, hay retos inmediatos y de largo plazo. Entre las tareas a atender pronto destaca lo relacionado con el área de Fomento Socio-económico para los estudiantes.
“Eso tiene que ver con una catástrofe moral y social y es el hecho de la disparidad económica y de la brecha que esta sociedad padece. A la Universidad llegan muchos jóvenes de estratos 1, 2 y 3 que, en su mayoría, enfrentan una desventaja perpetua en términos de la relación con otros ciudadanos porque no se alimentan bien, no duermen bien, no se recrean bien, no estudian bien y, además, son más proclives a disfuncionalidades en el orden familiar”, comentó. Es decir que el esfuerzo debe estar encaminado a compensar esos desbalances que contribuyen a la deserción.
“Hay otros problemas de largo plazo y, en ese sentido el propósito es abordar esas situaciones de una manera innovadora y concertada con la comunidad universitaria”, agregó el Director. A propósito, explicó con base en los planteamientos de escritor austriaco Iván Illich, que un individuo es saludable en tanto tiene prácticas cotidianas: deportivas, alimentarias, intelectuales, lúdicas, etc., que sean conducentes a la buena salud y que “en todas las esferas de la vida como fenómeno cotidiano hay oportunidades para constituir individuos que gesten su propia salud”.
Del mismo modo, recomienda comenzar a plantear “discusiones en el ámbito de lo psicológico y lo espiritual que nos den la tranquilidad que necesitamos para ser una comunidad que funcione en armonía del individuo consigo mismo y en relación con los otros”, concluyó el profesor Sergio Andrés Restrepo Moreno.
25 de junio de 2019