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El incremento de tarifa de energía alcanzó hasta un 40%. Foto: tomada de NurPhoto vía Getty Images / bit.ly/3Y1U8rX.

El incremento de la tarifa de energía ha sido tema noticioso en los medios de comunicación del país en los últimos días, dado que el kilovatio/hora ha tenido aumentos de hasta 40%. ¿Qué panorama se vislumbra para el 2023? Analistas explican qué puede darse y los desafíos que se deben asumir.

En cuanto al alto costo de la energía en el país se han dado distintas reacciones. Algunas han sido del presidente Gustavo Petro, quien pidió explicación y manifestó que asumirá el control de la regulación de servicios públicos y las de las agremiaciones: la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis) y Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) quienes sentaron su posición ante ese pronunciamiento y expresaron la necesidad de garantizar la seguridad jurídica, e incluso frente a las declaraciones de la exministra de Energía Belizza Ruiz, quien específicamente se refirió al riesgo de apagón en Bogotá.

Hace poco el gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Jorge Andrés Carillo, comunicó el rol activo que puede representar el reciente inicio de la operación de dos turbinas de Hidroituango, pues destacó que la tercera semana de enero el costo fue de 526 pesos y pasó a una cifra incluso por debajo de 200, con una reducción del 60%.

EPM actualmente genera cerca del 27.7% de la energía del país. Con las dos turbinas produce 600 megavatios, y cuando comiencen a operar en Hidroituango dos más, hacia finales del 2023, serán 1200 megavatios, respectivamente. Eso equivale a la generación, en menos de un año, de dos hidroeléctricas más grandes que la de Guatapé, como lo ejemplifica Germán Valencia, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia.

Sergio Botero Botero, profesor del Departamento de Ingeniería de la Organización de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín, dice que en el caso hipotético de que Hidroituango entre en funcionamiento total con las ocho turbinas, “se ayudaría mucho el sistema”. No obstante, indica que no es habitual que opere de esa manera sino, por lo general, con cuatro o cinco, a lo que técnicamente se le denomina factor de planta de una generadora.

¿Cómo funciona el mercado de energía?

El profesor Valencia explica que el comportamiento del mercado de la energía eléctrica, desde 1994, se da acorde con la oferta y la demanda. Al aumentarse la primera, se reduce el precio, y ese efecto, según él, se dará en esta ocasión, pero no pronto como lo esperan los usuarios, sino en unos meses y durante varios años.

En el mercado spot, expone, que es el que ofrece la energía para consumo diario y por hora, “a los primeros generadores de energía que ofrecen más barato son los primeros en despachársele. EPM casi siempre lo hace con cero pesos, porque vierte agua al sistema que deja aprovechar y solo puede ofrecer el 27% de la energía del país”. Los oferentes de energía térmica, por lo contrario, ofertan “muy caro”, dado que deben adquirir materias primas e insumos como gas, carbón y petróleo (que hoy presentan altos precios) para funcionar, “y son los últimos en comprársele, pero es precisamente el último y no el valor promedio el que determina la tarifa de generación de energía”.

El precio final al usuario: el costo unitario de servicio se forma de la suma de componentes de generación (suministro), transmisión, distribución y comercialización o pérdidas y restricciones, de acuerdo con la regulación establecida por la Comisión Reguladora de Energía (CREG), complementa Jorge Iván Ramírez Vásquez, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Medellín.

Precios

El componente de generación en el precio de energía por usuario es aproximadamente de un 35%, de acuerdo con el docente Botero Botero. “Se ha criticado que todavía haya precios altos si ha habido tanta lluvia”, comenta. “Lo que pasa es que la demanda ha venido creciendo y la oferta no, prácticamente se estancó. En este momento en el país, aunque estamos con los embalses llenos, a duras penas las hidroeléctricas la cubren. Es más, se necesita un poquito de respaldo de las termoeléctricas”, explica.

Agrega, también, que se debe tener en cuenta que hay que sumar la de Ecuador, país con el que Colombia está interconectado, al que le vende energía y que actualmente está en déficit del servicio.

Es normal que, en Colombia, entre el período de diciembre a abril haya menores aportes hídricos, y ante esa situación es lógico que los generadores, prevenidos ante la posibilidad de intervención de sus embalses, por la actual regulación del mercado, suban los precios de oferta, según el profesor Ramírez Vásquez.

Al respecto, el profesor Botero Botero expone: “Lo que me preocupa es que, en este momento político, que esa sea la disculpa para que el gobierno desmonte el sistema regulatorio colombiano, lo cual puede ser terrible y esa es la incertidumbre que hay. Si se ponen límites a los precios, en el largo plazo puede significar una mala señal para el mercado, no va a haber inversión ni nuevas fuentes”.

Hay, según el docente, discusiones acerca de cuánto debe ser el desequilibrio en esos precios. El académico cree que la distribución, con aporte del 38% en la tarifa, es uno de los más críticos, porque en algunas partes del país tiene costos muy altos, como en la Costa Atlántica. Sin embargo, menciona que se trata de fenómenos que se van corrigiendo con la transición de las economías con respecto a la inflación. Este año, añade, la regulación del costo no va a ser fácil y esa tensión se mantendrá.

Regulaciones y desafíos

El componente de generación (suministro), como lo explica Ramírez Vázquez, es negociado por los comercializadores, que atienden a los usuarios finales mediante dos mecanismos que son: compras en la bolsa de energía, en el que se forma el precio a corto plazo, y a través de negociación o compra de energía en contratos bilaterales, los cuales se hacen con antelación de dos o tres años, y normalmente se pacta con un indexador para actualizar dicho costo. En el mercado eléctrico colombiano, expone, las compras en bolsa representan como el 15%, mientras las compras en contratos alrededor del 85% en cantidad.

El indexador utilizado para los mercados de energía, indica, es una variable económica denominada Índice de Precio de Productor (IPP), el cual ha presentado “valores extremadamente altos en los dos últimos años. Del orden del 21% en 2021 y del 19% en 2022, acumulando en ese periodo un alza del 40%, y eso es lo que ha prendido la alarma de parte de la comunidad”.

“De parte del gobierno, del sector energético, se está mirando la posibilidad de cambiar el indexador y construir un actualizador de precios de contratos que esté más acorde con lo que es la dinámica y la realidad del sector eléctrico colombiano, porque este indexador, que es el de oferta interna, recoge muchos aspectos de la economía y no necesariamente recoge las particularidades del sector eléctrico”, aclaró.

En ese sentido y acerca de los desafíos para el 2023, manifiesta que deberán estar enfocados en ajustes a la regulación actual, pero respetando la legislación y las bases de contexto del mercado en el cual se ha desarrollado la prestación del servicio de electricidad en Colombia en las últimas tres décadas. Asimismo, otro punto que considera importante puede estar relacionado con que el gobierno actúe como mediador entre los desarrolladores de proyectos de generación y transmisión y las comunidades, a fin de obtener más rápidamente los licenciamientos de aquellos que ya fueron planificados y que actualmente presentan retrasos.

A esto mismo se refiere el profesor Botero Botero, pues considera que el sistema de energía se estabilizará más cuando comiencen a operar las demás turbinas de Hidroituango y las plantas de energía eólica en La Guajira, lo que no se trata de un proceso inmediato. También habla de un reto institucional que es el cambio en la estructura regulatoria: “en ese hay mucha incertidumbre porque el manejo que tiene el Ministerio de Minas y Energía no es claro”.

Si bien en general puede percibirse un panorama preocupante con respecto a los precios de la energía y a las posibles implicaciones, el profesor Valencia Agudelo, quien refiere que “el anuncio que hizo EPM acerca de bajar los precios de energía es cierto, pero no se hace de manera inmediata, incluso puede ser en los próximos ocho meses que se vea reflejado el valor de la disminución de la generación, que en nuestro territorio es el más importante de seis componentes. Además, será un efecto que dure por varios años”.

Para él, puede haber parte de tranquilidad en el sentido en el que “los colombianos no estamos perdiendo la plata, porque la hidroeléctrica pública está funcionando y porque el país tiene una matriz energética limpia. Además, se está aumentando la confianza en el sistema interconectado nacional, pues cuenta con más energía, situación que finalmente ha generado que el precio haya caído, por lo menos, en los últimos cuatro meses”.

Adicionalmente, recientemente el Ministerio de Minas y Energía informó del pago de unos 900 mil millones de pesos a las empresas comercializadoras del servicio de energía para cubrir subsidios de tarifas de los usuarios de estratos 1, 2 y 3, correspondientes al 2022.

(FIN/KGG)

6 de febrero de 2023