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El graffitour y las escaleras eléctricas de la Comuna 13 San Javier, son un referente de la industria cultural y creativa de la ciudad. Foto tomada de: https://acortar.link/jNov4N.

Desde la década de los 90, la capital antioqueña ha sufrido una serie de transformaciones importantes de índole social, económico, político y territorial, que la han llevado de ser un referente negativo en el contexto internacional, a un ejemplo mundial de resiliencia, arte, cultura, innovación y turismo.

Los sectores editoriales; audiovisuales; fonográficos; de artes visuales, escénicas y espectáculos; de turismo y patrimonio cultural material e inmaterial; de educación artística, creativa y cultural; de diseño, publicidad, contenidos multimedia, software de contenidos y servicios audiovisuales interactivos; moda; agencias de noticias y servicios de información, hacen parte de las industrias creativas y culturales en Colombia, también conocidas como la economía del arte, economía de la cultura o economía naranja, que le han dado una nueva cara a la ciudad.

Estas actividades creativas, artísticas y de entretenimiento, han tomado fuerza en los últimos años en Medellín y han diversificado su vocación económica; cuya actividad comercial pasó de ser principalmente textil durante gran parte del siglo XX, (con el surgimiento y concentración del aglomerado textil más importante del país), y que luego generó una profunda crisis industrial debido a su excesiva especialización, sumado al inicio de la liberación comercial en 1990, y al surgimiento del narcotráfico e incremento de una ola de violencia durante esa década como hecho aislado. Lo anterior, según la investigación La reinvención de Medellín (2013), dejó a la ciudad sumida en una profunda crisis urbana e inestabilidad institucional, reflejada en aspectos económicos, políticos y sociales.


La economía cultural y creativa es el conjunto de actividades económicas que combinan la creación, producción, representación, exhibición, comunicación, distribución o comercialización de contenidos de naturaleza cultural, o que sin ser culturales están protegidos por el derecho de autor y pueden tomar la forma de un bien o servicio, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, DANE.

De urbe estancada y violenta, a industria creativa emergente

Medellín dio un cambio luego de sus procesos de violencia en los 90, con respecto a la cultura y en términos generales, señala la profesora del Departamento de Estudios Filosóficos de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, Sandra Velásquez Puerta. “Incluso en la misma época, la cultura posibilitó espacios diferentes para salir de esa crisis por la violencia, esto ligado a la música, el grafiti, las artes escénicas, y una oferta diversa. La ciudad ha invertido en cultura, ha generado cultura, no solo para ser atractiva afuera, sino que ha creado en los ciudadanos un reconocimiento de la misma pese a todos los problemas que hay, de infraestructura, presupuesto, entre otros”.

La especialista en políticas culturales, señala que, la producción textil tuvo mucha fuerza y sigue teniéndola, sin embargo, se han trabajado desde instancias públicas, privadas y del tercer sector (organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro) en asuntos relacionados con la economía creativa, lo que ha generado alianzas, iniciativas y oportunidades.

“La ciudad ha hecho apuestas importantes por la cultura desde diferentes administraciones. Quienes hemos trabajado en el sector cultural hemos sabido que en muchos momentos el presupuesto de Medellín era superior al del Ministerio de Cultura y con una mirada no solo desde las expresiones artísticas o de las industrias culturales y creativas, sino también en el proceso de construcción de ciudad y de ciudadanía. Eso ha hecho desde hace muchos años un terreno fértil para el desarrollo cultural de la ciudad”, argumenta la docente.

La transformación de la capital antioqueña inició hace 15 años aproximadamente, como una apuesta liderada por sectores públicos y privados para posicionar a la ciudad con vocación de eventos, señala Ana María Palacio, gerente del Cluster Turismo de Negocios de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.

“Esto dio lugar a la creación del Cluster Turismo de Negocios, y a espacios como Plaza Mayor. Lo anterior permitió que en el exterior nos vieran como un sitio privilegiado para la organización de eventos por su economía, clima, cercanía con otros lugares y transporte.

Otro de los factores que incidió fue la transición de Medellín al pasar de ser una de las ciudades más violentas en la década de los 90, a una reconocida internacionalmente por su resiliencia y transformación social tan profunda”, agrega Ana María Palacio.

El primer cluster empresarial que se constituyó en Medellín fue en el 2006, llamado Energía eléctrica, conocido actualmente como Energía sostenible. Seguido de los clústeres de Moda y fabricación avanzada; Hábitat sostenible; Turismo de negocios; Medellín Health City; Negocios digitales, y el Cluster de Café Medellín y Antioquia. Actualmente, la ciudad cuenta con el Distrito Creativo Perpetuo Socorro, la primera Área de Desarrollo Naranja de Medellín que concentra a la industria creativa.

Los clusters fueron fundamentales para el surgimiento y posicionamiento de estas economías en la ciudad. De acuerdo con el secretario de Cultura de la ciudad, Álvaro Ósmar Narváez Díaz, estas “son una alternativa para que los productos artísticos como el arte gráfico urbano, la música urbana, el teatro y las diferentes manifestaciones creativas se sigan fortaleciendo. Ha sido necesario hacer inversiones de riesgo para dinamizar el sector creativo y formalizarlo cada vez más, ayudar a su transformación digital y a su conexión con el mundo. Es una de las alternativas más importantes de los jóvenes en Medellín”, indicó el funcionario a través de un comunicado.

La suma de estos factores fortaleció el turismo de eventos y recreativo en la ciudad. La profesora y doctora en Ciencias de la Información, Sandra Velásquez, manifiesta que todo lo que tiene que ver con lo artístico cobró fuerza y tiene una relación, especialmente con el turismo.

“Las ciudades han tomado una especie de marca, de hecho, se habla de la marca ciudad, desde la publicidad y el turismo, esto va condicionando a unos énfasis que implican la toma de decisiones en términos políticos, económicos, sociales y de diferente índole. Es muy difícil definir una única vocación para Medellín, así algunos sectores o actividades estén más privilegiados, puede haber la primacía de géneros musicales, de una industria, de unos actores, de unas dinámicas de relacionamiento con esos contextos; sin embargo, hay una diversidad de dinámicas presentes en la ciudad”, explica la profesora de la UNAL.

Las industrias creativas de hoy, tienen sus bases en aquellas que años atrás se establecieron como referentes en la capital antioqueña, entre ellas la moda, las artes, la pintura y la música. “Medellín fue un centro discográfico muy importante no solo para Colombia sino para Latinoamérica en los años 40 hasta los 60, Discos Fuentes, Todo Discos, Discos Victoria, eso hace parte de la historia de una producción discográfica fundamentada en lo análogo”. agrega Velásquez Puerta.

“Recientemente, Spotify abrió en este Distrito un estudio para grabaciones de artistas emergentes lo que nos pone en la mira de Latinoamérica como un sitio privilegiado para la grabación de discos y para la industria musical; sumado al éxito que están teniendo artistas antioqueños en el mundo”, indica la gerente del Cluster Turismo de Negocios de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.


Según cifras de la Alcaldía de Medellín y datos de la Cámara de Comercio de Medellín, al año 2020, en Antioquia existían 127 empresas dedicadas a las actividades creativas, artísticas y de entretenimiento, (106 de ellas establecidas en Medellín), generando 1.206 empleos en el departamento.

Cosecha de un legado social histórico

Pese a las alianzas y articulación entre actores y entidades, en el proceso de transformación de Medellín, la ciudadanía fue clave. El maestro en artes plásticas y uno de los fundadores del proyecto Culturizzarte, Maurizio Cortez, relata que esta iniciativa surgió hace 17 años en el barrio Belencito de la Comuna 13 de Medellín, debido a la falta de oferta cultural en el territorio y la poca presencia del Estado, con el objetivo de enseñar a los jóvenes artes plásticas, dibujo, pintura, escultura, literatura y música, técnica vocal, guitarra, batería y piano.

A la fecha, el proyecto ha formado a cerca de cuatro mil jóvenes y ha conformado tres bandas musicales, una de ellas es Los Capetos, que hacen cumbia y rock. Sin embargo, de acuerdo con Cortez, la iniciativa además de haber sufrido la violencia con la muerte de cinco de sus integrantes, amenazas y desplazamiento, ha sorteado obstáculos de financiación. “Ha sido lo más complejo, hemos estado solos pedaleando, nos ayudamos con proyectos y ONGS internacionales y otras corporaciones, esta ha sido la manera de sobrevivir en el espacio”.

El artista señala, que en la Comuna 13 se ha dado un boom de turismo cultural desbordado, que trae beneficios y perjuicios, por lo que es necesario realizar varios planteamientos de lo que significa hacer arte a partir de los territorios.

“La gente no estaba preparada para asumir esos retos, nadie planificó que esto se convirtiera en algo tan masivo, y se desbordó. Si bien son muchos los que se benefician con sus unidades productivas y esto es un dinamizador de la economía, tiene otras implicaciones en lo poblacional. Se interrumpe la tranquilidad del barrio, Muchos vecinos se quejan por la pérdida de la privacidad, que no pueden salir de sus casas sin que les tomen una foto, a esto se suma el incremento de las vacunas o extorsiones por parte de los combos y los empresarios que llegan a lucrarse sin ser habitantes del territorio. La parte histórica y cultural se han ido perdiendo por la parte comercial, ha quedado de lado la parte de la memoria histórica. Es increíble que haya personas que viven cuadras cerca a las escaleras eléctricas y aún no han tenido la oportunidad de conocerlas”, cuenta el artista plástico.

Para sortear estos obstáculos, “en Medellín y otros contextos, hay que trabajar mucho en la formalización, otras economías en plural para que la rentabilidad económica como prioridad no choque con las propuestas artísticas que no lo tienen como su principal fin y ahí es donde se genera una gran brecha”, especifica la especialista en políticas culturales, Sandra Velásquez.

“Hay un boom de la empresa musical y cinematográfica que beneficia a muchos sectores y nuevos artistas, es necesario buscar alternativas para integrar a los grandes con los pequeños, ser un puente de proyección para los nuevos artistas que están haciendo fila para ser conocidos. También es importante que las investigaciones de la academia no se hagan solo por cumplir requisitos, sino que tengan un impacto en el desarrollo de las comunidades. Nos potenciamos con un territorio turístico pero las iniciativas están muy sueltas, falta una especie de red”, sugiere Maurizio Cortez.


En Colombia, la Ley 1834 del 2017, conocida como Ley Naranja, contempla acciones para el fortalecimiento de las industrias culturales. En Antioquia, la ordenanza #42 de 2018 sobre economía creativa, busca generar herramientas para la protección, promoción y puesta en marcha de estrategias que fomenten la economía derivada de la creatividad, la cultura y todas las expresiones artísticas en cada territorio. Mientras que, para el caso de la ciudad, el Plan Intersectorial de Economía Creativa de Medellín 2018-2030 y la Política Pública de Desarrollo Económico, son los encargados de potenciar la economía creativa en la capital antioqueña.

(FIN/JRDP)

28 de agosto de 2023