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La navidad científica

 

¿Cómo podría Papá Noel entregar los regalos en una noche? Imagen de Freepik.es

 

Papá Noel necesita agujeros de gusano y teleportación cuántica para entregar los regalos a tiempo

Papá Noel cumple una jornada maratónica en su viaje desde el Polo Norte a los países de la Tierra. Debe entregar regalos a los niños aproximadamente entre 9:00 y 12:00 de la noche. ¿Le es suficiente para ser efectivo en la tarea, teniendo en cuenta todas las paradas que debe hacer?

Un avión jet, o específicamente un Airbus A320, alcanza una velocidad de crucero (velocidad constante alcanzada por una aeronave en condiciones normales de presión y temperatura) de entre 830 y 1 000 km/h a unos 10 km de altura y la Tierra rota a 1 000 km/h, así que para repartir los obsequios en solo tres horas, Papá Noel debería ser incluso más veloz. “Por decir algo, necesitaría ir a más de 9000 km/h para recorrer una sola vez Suramérica de norte a sur en una hora y, aún a esa velocidad de siete veces la del sonido, no todos los niños del mundo tendrían la alegría de destapar su regalo de navidad bajo el árbol”, explica el profesor Román Castañeda Sepúlveda, de la Escuela de Física de la Facultad de Ciencias de la UNAL Medellín.

Para moverse mucho más rápido como lo necesitaría, Papá Noel tendría que usar elementos de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y conocer los agujeros de gusano, que son portales de corta duración que conectan dos puntos del universo. Él, entonces, debería atravesarlos en su trineo de renos para hacer una entrega más eficiente. “Así podría estar casi que instantáneamente en diferentes puntos”, explica el docente.

Papá Noel, no obstante, tendría otra posibilidad para moverse incluso sin su trineo. Se trata de la teleportación cuántica, un fenómeno predicho a mediados del siglo XX cuando se desarrolló la Mecánica cuántica y cuyas primeras evidencias experimentales se dieron a inicios del siglo XXI. Consiste en que la información cuántica de un sistema de partículas es transferida de manera instantánea a otro idéntico al primero. Así “podría desaparecer de su casa en el Polo Norte e ir apareciendo en todos los sitios”, agrega el profesor.

Y aclara: “Pero si lo hiciera así, no podríamos disfrutar lo que se muestra en las películas y en las alegorías: el trineo de Santa Claus volando por el espacio”. ¡La Navidad tiene ciencia!... Y también magia.

Pólvora: colorida, potente y… mortal

En el muñeco de año viejo y en las celebraciones de año nuevo se ha utilizado pólvora, mezcla de polvos explosivos compuesta por sales como nitrato o clorato de potasio, además de carbón y azufre. Cada uno con un rol en la combustión, como proporcionar oxígeno a la reacción, ser fuente de energía y mejorar la estabilidad del material.

Voladores, papeletas y chispitas mariposas tienen efectos de trueno y de propulsión. Este último se da por el uso de un combustible y un oxidante para generar empuje corto y poderoso, o el fuego, según la Nasa.

Las reacciones de la pólvora dependen de la cantidad y proporción en la que se empleen los componentes, expone la docente Elizabeth Pabón Gelves, de la Escuela de Química de la Facultad de Ciencias de la UNAL Medellín, quien advierte sobre el riesgo de manipular el material, igual que lo han hecho campañas de sensibilización para desincentivar su uso.

La pólvora no solo acarrea riesgos para los seres humanos. El material particulado que emana su humo es un contaminante de la atmósfera y, por cuenta de esto, las aves pueden sufrir enfermedades respiratorias y alteraciones comportamentales y fisiológicas, según Gabriel Jaime Colorado Zuluaga, profesor del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Sede.

La fauna es más sensible al ruido y a la luz, y ante las detonaciones pueden desorientarse y volar descontroladamente y más alto. Estudios realizados con radios de seguimiento satelital muestran que, por ejemplo, los cisnes hacen vuelos más largos, “como si estuvieran haciendo migración en un día”. Eso les implica un gasto energético importante y la alteración del ciclo alimentario y de descanso.

La pólvora también puede ser mortal.Por eso hay que tener presente aquello que decía el astrofísico y divulgador científico Carl Sagan: "Nuestra lealtad debe ser para las especies y el planeta. Nuestra obligación de sobrevivir no es solo para nosotros mismos sino también para ese cosmos, antiguo y vasto, del cual derivamos".

Beben y beben ¿los peces en el río?

“Pero mira cómo beben los peces en el río. Beben, beben y vuelven a beber”. Es la letra de uno de los tradicionales villancicos navideños, pero, ¿es posible que los peces beban en el río?”.

Según la profesora Sandra Pardo Carrasco, de la Escuela de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Sede, la explicación surge desde la fisiología de estos animales acuáticos.

El agua tiene mayor o menor cantidad de sales y, a través de la osmorregulación, los peces regulan el equilibrio entre solutos y agua (que funciona como solvente) al interior del cuerpo.

Los peces de río o de agua dulce tienen menor concentración de sales que el agua de su medio. “Entonces, por la ósmosis, de forma pasiva, el agua les ingresa por las branquias y la piel, no siendo necesario beberla, sino eliminar el exceso con gran cantidad de orina muy diluida”, explica.

Lo contrario les sucede a los peces de agua salada o el mar. Como en el mar hay más sales que en los cuerpos de ellos, entonces pierden agua permanentemente; se les sale de forma pasiva por la piel y las branquias, por lo que la docente expone que sí deben beber agua para mantener el equilibrio, y de forma activa mediante glándulas deben extraer el exceso de sal.

Explica la profesora que “es por eso que el villancico está equivocado (desde la fisiología), porque los peces de agua salada sí beben agua por la boca, pero nunca lo harían en el río”.

 

El derroche decembrino

A los buenos deseos y a la alegría propios de esta época navideña y año nuevo se suma la abundancia de fiestas familiares y celebraciones que traen consigo el habitual derroche decembrino. Culturalmente, se enmarca en excesos: mayores gastos económicos, despilfarro de energía eléctrica y excesos en la alimentación.

Con estas pautas entregadas por profesores de la UNAL Medellín es posible hacerle frente al fenómeno de la navidad y “sobrevivir” a la desmesura decembrina. Entre las principales preocupaciones de los colombianos en año nuevo están los gastos que implica el inicio de la temporada escolar para los hogares.

Presupuesto para el bolsillo

Para Juan David González Ruiz, director del Grupo de Finanzas y Sostenibilidad de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, hay una herramienta muy útil para tener control del dinero que se puede usar todos los meses del año y es el presupuesto.

“Este permite determinar el nivel de gasto y ahorro de ciertas actividades, cuál es el flujo del dinero en cada periodo y cómo se va distribuyendo. Otra forma de ahorrar es eliminar los gastos hormiga, estos son fugas constantes de dinero, como comer en restaurantes constantemente en lugar de preparar los alimentos en casa o hacer compras que no estaban dentro del presupuesto”, enfatiza.

El experto agrega que hay un concepto en finanzas corporativas que aplica para las finanzas personales y es el de caja mínima, que consiste en contar con la cantidad de dinero necesaria para suplir las principales necesidades en caso de emergencia; lo anterior es posible cuando se prefiere “ahorrar más”, en lugar de optar por “gastar menos”.

Ahorro en la factura de energía

El consumo de energía depende del tipo de electrodomésticos que se tengan, sin embargo, los equipos que más consumen en el hogar son los de refrigeración o calefacción, señala el ingeniero electricista Ernesto Pérez González, profesor titular del Departamento de Energía Eléctrica y Automática de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín.

“Esta es una época, especialmente ahora que atravesamos el Fenómeno del Niño, en donde hay un aumento de temperatura y esto hace que los equipos de refrigeración necesiten mayor energía, como aires acondicionados y neveras. Para reducir el consumo de energía de estos hay diferentes estrategias, como no dejarlos encendidos en habitaciones desocupadas. También, cambiar el termostato, es decir, no dejarlos por debajo de los 20°, por ejemplo, sino entre 22° y 23° para que puedan mantener el confort pero con un consumo energético mucho más bajo”, enfatiza.

Otro elemento refrigerador es la nevera, agrega el profesor, de ser posible, se recomienda subir un grado en la temperatura, “sin afectar considerablemente los productos que se tienen almacenados. El refrigerador trabaja entre 3 °C y 5 °C, usualmente están ajustados a 4°C, se podría subirle un grado para ahorrar un poco de energía”.

Las luces navideñas adornan los hogares y las calles en diciembre, luego nos asustan en las facturas de energía eléctrica en enero. “Todas las luces navideñas elevan el consumo de energía, la recomendación es usar luces de última tecnología, como las LED, y, si es posible, temporizadores para evitar que estos adornos permanezcan encendidos más tiempo del deseado, como en horas de la madrugada. Ya hay elementos como los tomacorrientes inteligentes, relativamente baratos en el mercado que pueden costar entre 20 mil y 30 mil pesos y que permiten programar las horas de encendido y apagado, e incluso el encendido de manera remota”.

Los elementos que están permanentemente conectados, como los decodificadores de cable del TV, también representan un gasto energético. “Son pequeños, pero están 24 horas conectados, la recomendación es tener desconectados los decodificadores que se usan ocasionalmente. Estos pueden reiniciarse cuando se desconectan, por eso los operadores recomiendan dejarlos enchufados, sin embargo, desconectarlos representa un gran ahorro de energía”, sugiere el profesor Ernesto Pérez González, de la Facultad de Minas, UNAL Sede Medellín.

Ahorre en calorías

Una alimentación balanceada es fundamental siempre, explica Johana Xiomara Uribe, directora del Departamento de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Sede Bogotá.

Para la nutricionista y epidemióloga es importante mantener el balance, especialmente los días de celebración donde somos más propensos a comer grasas, harinas y dulces en exceso.

“Lo que pasa en navidad es algo temporal, lo que consumo normalmente en el último mes es propio de las fiestas. Durante el día puedo tener una alimentación rica en frutas, verduras, lácteos, carnes sin procesar y leguminosas, para ir solventando ese pecado y acompañar esa natilla y buñuelos con algo saludable, como una bebida hecha sin azúcar como un jugo espeso natural que tenga más fruta que agua, esa puede ser una solución”.

Dentro de las recomendaciones adicionales se destacan tener en cuenta el tamaño de las porciones que se consumen, la ingesta de agua potable y bebidas sin azúcar y preparadas en casa.

 

 

El mood de fin-inicio de año

Rituales navideños

Los rituales son parte de la cotidianidad y del relacionamiento social. Se hacen de iniciación, transición y cierre según el momento o episodio que se vive, como ocurre en Navidad. Manuela Vélez, artista plástica y estudiante de historia de la Universidad Nacional Sede Medellín, señala que “Navidad es una de las épocas del año más ritualizadas que tenemos, sobre todo en Occidente, y es bien particular porque es una cuestión que se repite año a año, recordamos y volvemos a performar ese mismo periodo”.

La artista plástica explica que los orígenes de los rituales navideños no son un fenómeno exclusivo de la cristiandad occidental, “es una cuestión que viene desde el Medioevo con las novenas de aguinaldos, por ejemplo, pero se ha transformando y adoptado con unos colores y matices muy particulares de acuerdo a la latitud y el lugar donde se experimenten”. A su vez, recuerda que en América Latina “es muy especial porque el primer puerto al que llegaron los españoles se llamó La Navidad, justamente llegaron en diciembre y era una cosa muy emotiva y necesaria para reflejar aquello que habían perdido. Ahí se inicia un proceso de sincretismo muy bello que tiene que ver con la relación y el encuentro de múltiples culturas que nosotros vemos y vivimos en nuestra navidad hoy”.

La forma como practicamos la Navidad, según la estudiante de historia, “tiene que ver con el encuentro y la reunión, no se celebra de manera individual, y empieza a atraer una cantidad de elementos como la música, la comida, los villancicos (primero), las preparaciones tradicionales de cada región y la forma como se celebra, le da, sobre todo, ese matiz de reunión y de encuentro que cuando se da es una cosa muy eufórica, muy animada, pero que también pesa un poquito cuando se celebra de manera individual porque no son rituales hechos para hacer en soledad”.

Manuela Vélez concluye que, en la contemporaneidad, las dinámicas decembrinas “tienen mucho más que ver con el capital y unas lógicas de consumo desaforado, pero tienen su raíz en esa noción de encuentro, en esa idea de celebración de ese momento tan cristiano de celebrar la llegada de Jesús al mundo”.

El sincretismo simbólico en la navidad

Cuando se acerca el fin de año, de los lugares más recónditos de los hogares, los centros comerciales y las ciudades salen las cajas y se abren las bodegas llenas de objetos de colores que generan el ambiente navideño.

Como señala la artista plástica y estudiante de Historia Manuela Vélez, diciembre “es una época cargada de rituales acompañados de símbolos que se leen en términos de imagen, semántica, lingüística y de todos los niveles de comprensión que tenemos para hacer, performar, ver y contemplar esa serie de rituales que se gestan alrededor de la Navidad” y agrega que “hay unas raíces culturales muy fuertes, como lo son la música y la alimentación, para el caso colombiano que sí bien tienen un origen español, aquí se transforman en términos de los ritmos y los ingredientes que se utilizan”.

Esta época del año trae consigo una carga emocional para las personas que participan de los rituales de inicio y fin de año. “El hecho de comer un buñuelo y una natilla en diciembre no es igual a comerlo el resto del año, entonces influye de una manera supremamente fuerte en cómo experimentamos estas cosas. Sin embargo, estos rituales en la época contemporánea están mediados por el capital y esas lógicas de consumo que nos ponen en otra dinámica que, claro, es una lógica de reunión, pero también nos obliga a tener que dar y consumir”. Agrega la estudiante de historia de la UNAL Sede Medellín.

En un principio, la novena de aguinaldos, argumenta Vélez, “se pensaba como ese momento de petición, de pedirle las cosas a la persona a la que le estás rezando en esos 9 días que representan los 9 meses de gestación de la Virgen María, y ya se ha convertido en una práctica de comprar, dar, recibir que nos obliga a pensar en otras maneras, pero haciendo uso de esa otra imagen ritual, emocional y sensible de la música, la novena y la comida, que se vuelven algo difícil de cuestionar”.

Para la artista plástica, los símbolos de la Navidad son interesantes por su calidad de ser “supremamente sincréticos”. Para la decoración del hogar y los diferentes espacios de tránsito y comercio es común encontrar la imagen de el pesebre y El Divino Niño, como “práctica cristiana muy occidental y local, pero que se mezcla con elementos como el árbol de Navidad, la estrella y las medias que es una cuestión un poco más americana venida de las dinámicas del consumo gringo que nos motivan y, digamos, siguen alimentando esa necesidad de comprar y de preformar de una cierta manera. Me parece supremamente especial que tengamos la posibilidad de ver cómo esas dos líneas o esas dos culturas se fusionan dentro de una misma”.

De la noche vieja al año nuevo

La transición del fin de año al nuevo que inicia puede generar cambios emocionales, principalmente para quienes al retornar a sus dinámicas académicas, laborales o rutinarias deben abandonar el acompañamiento familiar para enfrentar la cotidianidad en soledad.

la psicóloga Diana Soraya Palacio, de la Sección de Acompañamiento Integral de la UNAL Sede Medellín, señala que para afrontar ese “choque” de la euforia festiva y la alegría decembrina a la rutina del día a día se recomienda “entender que es un proceso y hay que vivirlo como todas las emociones, que no son buenas ni malas, y reconocer ese proceso e irlo transformando, por ejemplo, empezando a hacer deporte, teniendo buena alimentación y haciendo de nuevo el núcleo social. Si no se hace deporte, participar de una actividad cultural”.

La psicóloga destaca lo importante de “vivir las emociones, vivir ese momento de tristeza y el temor de estar solos y enfrentar otra etapa, pero lo importante es reconocer esta emoción y vivir el proceso”. En caso de requerir acompañamiento, la profesional Palacio invita a acudir al programa de acompañamiento integral de la UNAL.

 

(FIN/KGG, JRP y SRV)

18 de diciembre de 2023