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Protagonistas de la Feria de las Flores y del tradicional Desfile de Silleteros, también se han convertido en un componente ornamental presente en diversos paisajes. No obstante, desde el punto de vista científico, académicos invitan a conocer sobre sus particularidades, su importancia y potencial, con el fin de verlas y apreciarlas, más allá de su atractivo visual.

 

La cultura silletera fue declarada por el Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Foto de la Alcaldía de Medellín.

 

Con las flores se adornan los jardines y los hogares, se comunican sentimientos y, en Antioquia, además se exalta una cultura: la silletera. El desfile que le rinde homenaje surgió en 1957; sin embargo, antes de la fecha, las silletas no tenían la función de exhibición, sino de transporte y carga.

El silletero Óscar de Jesús Atehortúa, uno de los pioneros, contó en una publicación en el sitio web de la Alcaldía de Medellín sobre la historia de los silleteros, que ellos bajaban caminando de Santa Elena a la ciudad, muy temprano para llegar a la hora del amanecer, y se regresaban con el mercado, pues la mayoría de las ocasiones hacían trueques de flores por comida.

El antropólogo Édgar Bolívar indicó, en el mismo texto, que ver pasar a los silleteros era todo un espectáculo. De hecho, Atehortúa recordó allí que la gente salía a los balcones a verlos llegar a la ciudad. La belleza y el colorido de las flores llama la atención y que la Feria gire en torno a ellas también tiene que ver con el culto a lo femenino y a la fertilidad.

 

“Si se encuentran plantas y flores torpes o desgraciadas, no las hay que se hallen enteramente desprovistas de sabiduría y de ingeniosidad. Todas se aplican al cumplimiento de su obra, todas tienen la magnífica ambición de invadir y conquistar la superficie del globo, multiplicando en él hasta el infinito la forma de existencia que representan”.

La inteligencia de las flores (Maeterlinck, 2007)

 

Las especies de flores empleadas en las silletas se cultivan en Santa Elena, a la intemperie. Hay, entre ellas, las comúnmente denominadas claveles, agapantos, pensamientos, orquídeas, lirios, tritonas y tulipanes. Estas son plantas que crecen en ambientes tropicales, explica José Régulo Cartagena Valenzuela, profesor del Departamento de Ciencias Agronómicas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín.

También es habitual el uso de crisantemos, gladiolos, girasoles, margaritas, hortensias, y rosas, que tienen más interés comercial y son especies introducidas, según Dino Jesús Tuberquia Muñoz, profesor de los programas de Biología y Ecología de la Universidad CES, quien indica que un alto porcentaje de las cultivadas para su uso en las silletas se han adaptado bien a las condiciones de suelo y de clima de la zona, pero que, sobre todo, provienen de Europa y del Mediterráneo. Otras, de Brasil y de países asiáticos.

Teniendo en cuenta que Colombia es el país más biodiverso del planeta por unidad de área, “estamos muy lejos de mostrar esa biodiversidad en eventos como la Feria de Flores porque la mayoría de plantas que se cultivan en viveros y plantaciones comerciales son introducidas de otros países y las especies colombianas, por ejemplo, orquídeas o anturios, solo son utilizadas algunas de las muchas que existen”, afirma Norberto López Álvarez, biólogo y curador del Herbario del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, de Medellín.

 

“No tengo, es inútil decirlo, la intención de pasar revista a todas las pruebas de inteligencia que nos dan las plantas. Estas pruebas son innumerables, continuas, sobre todo entre las flores, en las que se concentra el esfuerzo de la vida vegetal hacia la luz y hacia el espíritu”.

La inteligencia de las flores (Maeterlinck, 2007)

 

Las plantas con flores, o angiospermas, aparecieron hace más de 100 millones de años. Según narra el artículo “La revolución terrestre de las angiospermas y los orígenes de la biodiversidad moderna”, publicado en la biblioteca en línea Wiley, su fisiología y anatomía les permite capturar energía y carbono más rápido que otras plantas. Indica, también, que, aparentemente “el surgimiento de las angiospermas impulsó una explosión de vida en la Tierra”; su enorme diversidad ha sido discutida desde antes de los estudios de Darwin y se ha atribuido a innovaciones como la dispersión de semillas, mayor flexibilidad genética, mecanismos más complejos para activar y reprimir genes y, en general, mayor complejidad de la flor.

Las flores permiten atraer polinizadores a través de mecanismos, como el lenguaje de colores y olores. López Álvarez explica que, no exclusivamente, pero a las flores amarillas se acercan principalmente las abejas, mientras que a las rojas las frecuentan más los colibríes. A las blancas, que emanan olores al atardecer o en la noche para complementar esas acciones que permiten la polinización, las visitan murciélagos o insectos nocturnos. A las flores moradas o de tonos azules las polinizan, sobre todo, las mariposas y polillas.

“La presencia de polinizadores es importante porque contribuyen a la formación de frutos y de semillas, pero con las modificaciones que ha tenido el clima, el incremento de la temperatura desestimula esa función y esas visitas se reducen”, expone el profesor Cartagena Valenzuela, quien menciona adicionalmente que el cambio climático puede incidir en la alteración del ritmo de crecimiento de las plantas, es así como la radiación puede ocasionar modificaciones morfológicas en el follaje con lo que se puede reducir la actividad fotosintética.

En general, lo que más afecta a los ecosistemas y a sus especies es el calentamiento local. Al cortar coberturas boscosas que funcionan como barrera para el viento, y las plantas, como organismos para la producción de agua en vapor, al desaparecer, se aumenta la temperatura, explica López Álvarez, quien llama la atención sobre los riesgos para las plantas, cuya sensibilidad es alta: científicamente se ha comprobado que tienen al menos 15 sentidos distintos.

Para hacer frente a los retos que impone el cambio climático, campesinos y agroindustriales cultivadores de flores han ido desarrollando estrategias para reducir en un 50% el uso de pesticidas químicos e incrementar hasta en un 600% el empleo de bioinsumos. Además, se hace uso más eficiente del agua al incorporar planes para un mejor aprovechamiento del recurso hídrico suministrado en el riego o proveniente de la lluvia, según el docente Cartagena Valenzuela.

 

“Veremos que la flor da al hombre un prodigioso ejemplo de insumisión, de valor, de perseverancia y de ingeniosidad. Si desplegásemos nuestras energías en levantar las diversas necesidades que nos abruman, por ejemplo, las del dolor, de la vejez y de la muerte, sin duda, ese esfuerzo sería equivalente al que lleva a cabo la más pequeña flor de nuestros jardines”.

La inteligencia de las flores (Maeterlinck, 2007)

 

El antropólogo Bolívar mencionó en la citada publicación de la Alcaldía de Medellín que, con el inicio de las fiestas, se hizo homenaje a las flores y también a la entonces naciente industria antioqueña que ha tomado un rol preponderante.

La floricultura es uno de los sectores económicos que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) en Colombia, con el 11%, y el que ubica al país como segundo exportador y primer proveedor de Estados Unidos, según cifras e información del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Esta es una muestra de que las flores traen ventajas implícitas, además de su contribución a la economía y a la alimentación: “Si no hay flores no hay frutos. Si me tomo un jugo es gracias a que hubo una flor”, comentaTuberquia Muñoz. Su llamado es a generar reflexiones más allá del jolgorio, pues dice que “una flor es mucho más de lo que cualquiera se imagina y tiene un significado muy grande en la historia de la vida de este planeta, la historia natural y en la historia evolutiva y en la historia del ser humano”.

La Feria de Flores exalta la labor de los floricultores, las flores han estado para elogiar y decorar, su belleza ha sido admirada en los jardines y en los poemas, pero según López Álvarez, para comprender y aprovechar de forma sostenible la flora nativa y formas de propagación masiva, hacen falta investigaciones con alianzas entre academia y empresas, pues, aunque existe un gran potencial ornamental, poco se consiguen en viveros y plantaciones comerciales, y aún hay grupos de especies sin describir o a los que no se les conoce sus ciclos biológicos y especies de fauna asociadas como polinizadores o dispersores de semillas.

(FIN/KGG)

5 de agosto de 2024