La propuesta de un mandato de extrema derecha, conservador y populista fueron determinantes a la hora de ganar la favorabilidad del electorado en el país más importante de la región latinoamericana y que cuenta con más de 200 millones de habitantes.
A esto se sumaron polémicas declaraciones y comentarios xenófobos, racistas y sexistas como: "Sería incapaz de amar un hijo homosexual. No voy a ser hipócrita aquí. Prefiero que un hijo mío muera en un accidente a que aparezca con un bigotudo por ahí" o "No es una cuestión de colocar cupos de mujeres. Si ponen mujeres porque sí, van a tener que contratar negros también" le valieron ganarse a gran parte del electorado brasileño.
Son estos mismos comentarios y su gravedad, lo que preocupa a los analistas, pues en lugar de afectar su imagen inclinaron la balanza a su favor.
Así lo manifiesta la profesora del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Sede Medellín, Mónica Uribe Gómez, para quien la elección del ex militar Jair Bolsonaro pone en juego la democracia del país.
“Debemos entender democracia no solo como la participación de las personas en las urnas, sino toda participación, legitimidad y reconocimiento de minorías, grupos étnicos y demás, es esto lo que está en juego en Brasil, son estas personas las que más pueden sufrir un gobierno que manifestó estar en contra de ellos abiertamente”, comentó la docente.
Opinión que corrobora Leonardo García Jaramillo, profesor del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT, quien es consciente de que aunque habrá oposición, el discurso populista de Bolsonaro representa un riesgo.
“La democracia, adjetivada en democracia constitucional está claramente en riesgo, pues el populismo, el clientelismo, la pobreza generalizada y la desigualdad han causado que nuevas clases de poder tengan un alto grado de aceptación y esas patologías anteriormente mencionadas que se han visto en Latinoamérica, en distinto grado, le dan a este tipo de personajes la facilidad para llegar al poder”, indicó el docente García Jaramillo.
Así mismo, el profesor evidencia su preocupación en cuanto a la división de poderes del país y la afectación que esto representa frente a la gobernabilidad.
“Estamos hablando de que puede ser eventual que un régimen domine con alguna mayoría coyunturalmente conseguida a la otra rama del poder público, y eso hace poner en entredicho la democracia como la mejor forma de gobierno”, agregó.
Para los analistas, la preocupación ante la elección de Jair Bolsonaro va más allá de su discurso de odio frente a algunas situaciones o grupos poblacionales, pues es este mismo hecho el que puede trascender fronteras y hacerse protagonista en la región, por tanto cabe aclarar que Brasil es la primera economía de América Latina y la sexta a nivel mundial.
Según el Latinobarómetro, un estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 20.000 entrevistas en 18 países de América Latina, el 57% de las personas consultadas estarían dispuestos a apoyar un régimen autoritario a cambio de obtener algunas de las promesas que la democracia no ha conseguido.
Según la profesora Uribe Gómez, sorprende aún más que en Brasil haya ganado un personaje que abiertamente manifestó discursos de odio frente a algunos grupos poblacionales, teniendo en cuenta que este país es reconocido por su diversidad racial y con amplio sentido hacia los derechos humanos.
“Cuando Brasil recupera la democracia y establece una constitución famosa internacionalmente por destacarse al reconocimiento de los DDHH, el discurso pronunciado por el entonces presidente de la Asamblea Constituyente en 1988, que dictaba ´tenemos odio a la dictadura, este modelo de gobierno ha perdido vigencia´ parece que con el triunfo de Bolsonaro se hubiera borrado y es algo realmente triste”, añadió.
¿Soluciones fáciles a problemas difíciles?
Según la profesora, dada la mayoría parlamentaria que consiguió Bolsonaro, es posible que estén en juego algunos programas sociales y políticas públicas que venían adelantado los gobiernos de Lula y Rousseff del Partido de los Trabajadores.
Pero para el profesor García Jaramillo, los intereses económicos de algunas empresas y la estabilidad lograda por estas, además de alguna presencia de oposición organizada en el Congreso y el Tribunal Constitucional le pondrá las cosas difíciles al mandatario para cumplir lo que prometió en campaña.
“Lo que pasó en campaña con estos comentarios agresivos, xenófobos y racistas tal vez no se vea reflejado en el mandato, pues no solo en Brasil sino en muchos países de Suramérica tenemos institucionalidad fuerte, lo que puede ponerle freno y contrapeso a este tipo de intenciones, pues habrá que ver cómo esta retórica populista puede convertirse en ley”, concluyó el docente del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT.
Los expertos coinciden que los problemas que aquejan a Brasil, al igual que a muchos otros países latinoamericanos, no se solucionarán por arte de magia y que es el trabajo entre sectores y la unión de la sociedad la que posibilitará el avance de la región.
13 de noviembre de 2018