Hace poco, en una clase, el profesor Jorge Iván Tobón, del Departamento de Materiales y Minerales de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, les contaba a sus estudiantes cómo la vida hace cambiar las propias percepciones y precisar conceptos técnicos, pues reconoce que hace unos años era un defensor del asbesto.
Creía de manera fehaciente en el autocuidado y en el uso de equipos de protección personal, porque si bien el mineral está asociado al cáncer, las afectaciones a la salud se presentan principalmente en quienes están directamente expuestos a él.
Este criterio cambió hace un par de años cuando participó en un estudio que una reconocida empresa contrató con la Universidad para evaluar si sus empleados corrían algún riesgo aunque no estaban en una mina ni en ningún proceso de producción de tejas.
En principio la hipótesis fue que no, “pero cuando hicimos el análisis nos llevamos una sorpresa”, recuerda. Antes de detallar los resultados explica que, con el tiempo, los materiales de construcción se empiezan a deteriorar. A medida que eso va pasando, se liberan fibras.
“Encontramos asbesto en el polvo que se acumulaba en suelo, en los techos y en el aire acondicionado. Había entre 70 y 80% de presencia de él en una muestra; una liberación importante que nos llevó a recomendar el incremento del mantenimiento, además de sustituir gradualmente, pero en el menor tiempo posible, todas las estructuras hechas con asbesto - cemento”, dice.
Todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano, según ha explicado la Organización Mundial de la Salud. Esa razón fue determinante en la decisión de los municipios boyacenses Chivatá, Samacá y Tibasosa de prohibirlo, como también lo ordenó en marzo de este año el juez Leonardo Galeano del Juzgado 39 Administrativo de Bogotá, quien mediante un fallo instó a los ministerios de Salud y del Trabajo a implementar en cinco años en el país una política de sustitución.
Morfología de un problema
El asbesto es un grupo de minerales de características fibrosas. Lo realmente importante en la clasificación del asbesto es la longitud de las fibras. Se divide en siete grupos, siendo 1 y 2 las más largas (crisotilos), y 7 las más cortas (anfibólicos).
Las fibras del asbesto pueden tener tamaños diminutos, por lo que pueden ser respirables debido a que son partículas de menos de tres micrómetros.
El profesor de la Universidad CES, Carlos Federico Molina Castaño, médico toxicólogo y doctor en Epidemiología, explica que “las fibras ingresan al pulmón, entran en contacto con los alvéolos y no son eliminadas en la respiración. Se depositan y establecen reacciones inflamatorias a largo plazo que inicialmente no tienen síntomas”.
El peligro que representa no ha tenido el eco que debería. “Todavía hoy en Colombia estamos discutiendo su uso cuando hay países que desde hace 70 u 80 años lo tienen prohibido”, cuestiona el profesor.
La exposición al asbesto es causa de cáncer de laringe, ovario y pulmón, además puede originar otras enfermedades como la asbestosis, la cual padece el exbracero de Eternit, Álvaro Enrique López, quien vive en Yumbo (Valle del Cauca), donde estaba la sede de la empresa.
Él, más o menos en 1966 cargaba y descargaba vagones con asbesto. “Soy el que más enfermo ha salido de ese negocio”, le contó al diario El País (de Cali). Le parece que la prohibición del mineral por parte del Juzgado 39 Administrativo de Bogotá “es muy bueno porque en realidad hay cantidad de gente que se está muriendo. Es bueno que acaben con eso”.
Los síntomas de la asbestosis son similares a los de la Enfermedad Obstructiva Crónica (Epoc) que son dificultad para respirar o para realizar ejercicio, explica Molina Castro. El mesotelioma es otra afectación, un cáncer pulmonar que ataca la pleura, membrana que recubre las paredes de la cavidad torácica y los pulmones.
Sobre esta enfermedad se registraron 12 consultas en 2016 y 39 en 2017, de 2018 aún no está consolidado el dato, informa Alberto Aristizábal, director de Factores de Riesgo de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia.
El funcionario explica que la información está asociada a instituciones prestadoras de salud de segundo y tercer nivel en el valle de Aburrá. “No tenemos reporte, específicamente, de los municipios de Campamento o Yarumal”, comenta.
En Colombia, en las cordilleras Central y Occidental están las rocas propicias para que se haya dado la formación del asbesto, es en el municipio de Campamento (norte de Antioquia) donde está el yacimiento más importante del mineral en Colombia. Allí los pobladores se han resistido a la sustitución, que no es algo sencillo de implementar, explica el profesor Tobón.
Con las fibras largas de asbesto, denominadas hilables, se pueden hacer tejidos como la indumentaria de los bomberos, mientras que las fibras cortas son utilizadas en frenos de vehículos o como material de refuerzo para cemento, entre otros usos que se han desarrollado por las características del material, el cual es durable y resistente a ácidos, ambientes alcalinos o altas temperaturas, por lo que se puede utilizar incluso en pinturas corrosivas.
Reemplazo
Si bien hay opciones como fibra de vidrio o de PVC, estos materiales también son objeto de estudio “y los médicos son los que tendrán que aclarar varias cosas porque algunos dicen que si igual son fibras también van a causar problemas en caso de ser pequeñas”, asegura el profesor Tobón.
Así que no se podría dar un veredicto al respecto pero tampoco quedarse sin explorar alternativas. Lo urgente, finaliza el docente, es “no esperar demasiado como ya lo hemos hecho porque es la salud de los colombianos la que está en juego”.
6 de mayo de 2019