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Entre otros temas, la educación es un motivo de expectativa durante la época electoral. ¿Qué viene y cuáles son los retos que deben asumir en esa materia los nuevos gobernantes de la ciudad y del departamento? Algunos académicos lo analizan.

El profesor Juan Carlos Ochoa Botero, director académico de la UNAL Medellín, se refiere al logro que ha significado el hecho de que en las últimas décadas en la ciudad se haya incrementado la cobertura en educación media, pero plantea que ahora el reto es insistir en la calidad en pro de la equidad.

Sobre la educación superior menciona que la nueva administración de Medellín deberá hacer un esfuerzo por incrementar cupos para atender la demanda, lo que se puede dar mediante inversión en universidades existentes o una oferta nueva concertada con el sector productivo que defina el tipo de formación y empleo que necesita la ciudad, es decir si se requieren más profesionales o tecnólogos, por ejemplo.

Un aspecto clave para Ochoa Botero es la formación en inglés, teniendo en cuenta la internacionalización de los currículos y la transformación de Medellín como ciudad que oferta servicios y es sede de empresas multinacionales y de eventos. En ese sentido, asegura que “a la próxima administración de Medellín le corresponderá articular esfuerzos para consolidarla para Cuarta Revolución Industrial”.

Con respecto al rol que debe desempeñar la Gobernación de Antioquia el decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Sede, Miguel Ángel Ruiz García, expone que son cuatro líneas estratégicas las que se deben tener en cuenta.

La primera tiene que ver con la calidad a la que se refiere el profesor Ochoa Botero, pero en este caso el docente Ruiz García manifiesta que en ella se debe trabajar incluso desde preescolar a fin de convertir “la escuela en un laboratorio para que los niños y jóvenes exploren el mundo y puedan tener una relación más reflexiva y comprometida con el medio”.

Lo segundo que debe tener en cuenta el próximo Gobernador de Antioquia es apoyar procesos de formación de los educadores en maestrías y doctorados, así como mejorar sus salarios.

Además, propone formular estrategias para transformar las escuelas en “semilleros de convivencia social”, como una manera de mitigar la violencia escolar y enseñar sobre normas básicas de convivencia y las ventajas de la solidaridad y el respeto mutuo.

La última línea tiene que ver con la articulación entre el nivel básico y medio con la educación superior. “Todo debe obedecer a un programa estructurado en torno al desarrollo de paz y del posconflicto, de manera que los acuerdos no se queden en un artificio político y económico sino que realmente se convierta en la enseñanza de un arte de vivir en comunidad”, asegura.

Precisamente, preparar desde el ser debe ser una apuesta para las próximas administraciones de la ciudad y el departamento según Carlos Builes, director de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), para quien la educación debe tener dos condiciones: La primera es que sea para el libre pensamiento, el análisis y el pensamiento crítico, y la segunda, ir en la vía de las capacidades laborales, sociales y productivas de una nación.

“No creo que haya una dicotomía entre las dos. Generar riqueza humana y productiva debe ser un camino que recorre la educación en nuestro país como un elemento de la construcción de la equidad y la democracia”, concluye.


UNAL busca fortalecer presencia en Antioquia

En lo que respecta a la UNAL Medellín, hay un gran desafío, según el vicerrector de la Sede, Juan Camilo Restrepo Gutiérrez, quien desea “que haya un reconocimiento. Lo hay, pero para efectos de ciertas estrategias resulta que no existimos”.

Para ejemplificarlo se remite a un caso, pues cuenta que en una ocasión una entidad de la Alcaldía de Medellín trabajó en un proyecto para entregarles a universitarios carnés de sus instituciones articulados con la tarjeta Cívica.

Cuando se enteró de la estrategia quiso vincular a la Sede al proyecto, pero aunque se buscó apoyo, finalmente esa intención no fue respaldada, no le fue otorgado el dinero que costaban las identificaciones porque la UNAL Medellín no aparece en el Plan de Desarrollo de la ciudad.

Ante el panorama, el directivo afirma que se debe hacer un gran esfuerzo para garantizar que la UNAL Medellín sea visible ante la Alcaldía de Medellín y el Concejo Municipal, pues lo ocurrido con los carnés, asegura, puso en alerta a la Institución.

El Vicerrector llama la atención, en el sentido en el que “la Universidad Nacional de Colombia lleva 132 años en la ciudad y en la región, e invertimos un presupuesto que no es nada despreciable: más de $300.000 millones cada año. Adicionalmente, el 50 % de nuestros estudiantes de pregrado son de Medellín, el 43 % de municipios del área metropolitana del valle de Aburrá y los demás del resto de Antioquia y del país”.

La labor de la Institución en el departamento, dice, obedece además a la estrategia impulsada por la Rectoría, que establece que “la Universidad se debe a las regiones y si no está para apoyar ese trabajo, no cumple su labor. Es claro que la Institución está en todo el territorio colombiano a fin de ser el proyecto cultural y colectivo de nación, así que también se debe a las regiones”.

La UNAL Medellín ha trabajado en investigación y extensión en proyectos importantes y estratégicos para la región como el Plan de Ordenamiento Departamental de Antioquia (POD), el diseño de un proyecto habitacional para el traslado de Murindó o el Plan De Ordenamiento Territorial Agropecuario (POTA), entre muchos otros.

Actualmente apoya estrategias para fortalecer los municipios acogidos a los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en el Nordeste antioqueño, Bajo Cauca, sur de Córdoba y parte de Urabá, y en un futuro espera desarrollar dos centros de excelencia en la Estación Agraria San Pablo, ubicada en Rionegro, para consolidar la Sede Oriente.


Otros temas por atender

Adicional a la educación hay otros escenarios y sectores que requieren la atención de las nuevas administraciones, tanto de la ciudad como del departamento, y el medio ambiente es uno de esos asuntos relevantes.

Según el profesor Luis Jairo Toro Restrepo, director del Instituto de Estudios Ambientales de la UNAL Medellín, la conectividad ecológica de las coberturas vegetales, la calidad del aire y la conservación de la biodiversidad deben ser temas prioritarios, así como el agua, por lo que argumenta que se deben promover pequeños distritos de riego.

Para contribuir a una mejor calidad del aire, el próximo gobernador, según el docente, debe tener en cuenta que la provisión de un combustible más limpio debe llegar a todo el departamento con el propósito de disminuir el material particulado que generan las industrias y el transporte. Asimismo, asegurar recursos para la protección del suelo y procurar la protección animal.

Reducir las muertes en accidentes de tránsito, consolidar un transporte público de calidad, promover los viajes a pie y en bicicleta, además de construir y mantener la infraestructura vial son los principales desafíos, según el profesor Jorge Eliécer Córdoba Maquilón, del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín.

Por otra parte, para la profesora Mónica Uribe Gómez, del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Sede, la tarea pendiente con respecto a salud es: “Que más allá de seguir insistiendo en que el único problema del sector es financiero o que las ganancias de los cambios se ven reflejadas en el número de personas con aseguramiento, se deben encontrar salidas para hacer efectivo el derecho a la salud integral para toda la población, y disminuir las enormes brechas que hoy tiene el Sistema en materia de desigualdades en el acceso a servicios oportunos y de calidad”.

La infraestructura, la seguridad y la cultura son otros ejes en los que los próximos gobernantes deberán trazar acciones, y para los que la academia está lista a prestar su concurso.

21 de octubre de 2019