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Ha causado preocupación en todo el mundo e incluso en el Urabá antioqueño por la presencia de ciudadanos chinos. Los casos sospechosos aumentan en países lejanos del continente asiático, donde surgió la epidemia. Hasta el viernes 31 de enero de 2020 el coronavirus ya alcanzaba todo el territorio chino y había dejado 9.720 casos de infección y 213 muertos.

Aún se desconoce la forma cómo se dio origen al contagio que por primera vez se registra en personas, pero es atribuido a murciélagos, de los que usualmente proviene y que afecta principalmente a aves y a mamíferos. En seres humanos los síntomas del coronavirus son neumonía, dolor de cabeza, fiebre y tos.

El médico infectólogo y profesor del Departamento de Medicina de la UNAL Bogotá, Jorge Alberto Cortés Luna, explica que además del virus responsable de la epidemia que se comenzó a registrar en diciembre del 2019 y al que se le denominó 2019-nCoV, hay cuatro coronavirus que sí son comunes y otros dos que aparecieron en los últimos 20 años (en el 2002 el Síndrome respiratorio agudo severo [SARS, por sus siglas en inglés] y el síndrome respiratorio de oriente medio [MERS], registrado hacia el 2015).

La situación asociada al coronavirus 2019-nCoV actualmente se divide en dos etapas: una es el contagio que ocurre en China, de donde se cree que el virus pasó de un animal a un segundo hospedero al que, afirma el infectólogo, se le llama intermediario.

Explica que para que el Virus sobreviva y pase de una célula a otra debe usar unos receptores, que son como brazos que les permiten pegarse a ellas y mantener su ciclo de vida.

Los virus tienen receptores específicos para los murciélagos y también para un hospedero intermediario que en el caso del coronavirus 2019-nCoV en China se cree que puede estar relacionado con serpientes, pese a que no se ha confirmado. Según el especialista, tras el registro de la enfermedad en seres humanos, ahora se conoce que el Virus también tiene receptores para adherirse a células de sus aparatos respiratorios.

La segunda etapa corresponde a la transmisión entre personas, sobre lo que indica el profesor aún no se conoce toda la información. Además, dice el docente, los datos de las anteriores epidemias de SARS y de MERS demostraron que, dado que no son virus humanos, estos tienen una transmisión muy eficiente, por lo que era difícil que sucediera de un ser humano a otro.

En el caso de que la trasmisión del actual coronavirus 2019-nCoV sea “muy eficiente”, puntualiza que no se comportará de la misma manera que el SARS o los demás de su tipo, sino como virus usualmente existentes: el de la gripa o la influenza, por ejemplo.

Prosigue con que, “en ese escenario, como muy pocas personas han tenido la infección, el resto de la población está en riesgo de adquirirla, por lo que se puede diseminar. ¿A qué velocidad? Todo va a depender de cuántos virus es capaz de producir un individuo infectado y cuánto tiempo lo esté, qué tan fácil es detectar la infección y qué tan buenas son las medidas de control que las instituciones de los países hagamos”.

En ese sentido, en la medida en la que la transmisión no sea muy buena, se detecten los casos y se logre prevenir la epidemia en China, no habrá una mundial y probablemente no llegarán casos a Colombia.

Si por lo contrario el número de infectados sigue creciendo, y aunque el Ministerio de Salud y Protección Social descartó un caso en Cali, el profesor dice que en algún momento llegará al país como ocurrió con el virus de la influenza en 2009 y, eventualmente, una porción de la población puede enfermarse. Al respecto llama la atención: “en este momento todos somos susceptibles”.


¿Epidemia o pandemia?

Hasta ahora lo que existe es una epidemia, que es precisamente el surgimiento de una enfermedad y el aumento del número de casos, según el médico virólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, Francisco Javier Díaz Castrillón, quien aclara que “para llegar a pandemia tendría que ser que ya hubiese focos de transmisión autóctona en los diferentes continentes, no casos importados, como lo que hay actualmente en países diferentes a China”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunió dos veces hace unas dos semanas para decidir si declaraba la alerta global por el coronavirus, lo cual finalmente no se hizo ante la división de sus miembros, fue hasta el pasado jueves (30 de enero de 2020) cuando declaró la emergencia internacional.

No se sabe exactamente lo que vaya a pasar, pero basado en episodios de epidemias anteriores, el virólogo Díaz Castrillón cree que se puede extender durante este año y que “el Virus termine desapareciendo de la población humana, quedando el reservorio en los murciélagos, en los que normalmente está, aunque no se tiene certeza porque no se sabe, por ejemplo, si los cuatro coronavirus que circulan normalmente en el humano tuvieron en algún momento un comportamiento epidémico”.

Por otro lado, en medios internacionales se ha hablado de la creación de una vacuna, lo que en términos coloquiales “es carreta”, afirma el infectólogo Cortés Luna. “Lo que significa en la práctica real es: sí podemos querer desarrollarlas pero si no sabemos si funcionan con los coronavirus antiguos, menos con los nuevos. Más allá de haber un interés, no hay actualmente información que nos diga si sería efectiva”, agrega.

Según su criterio, es tal vez mejor usar un producto que no se haya usado lo suficiente o que no sea tan seguro, pero que dé la posibilidad de disminuir el número de muertos que está produciendo la enfermedad. Lo argumenta teniendo en cuenta lo ocurrido con el brote de Ébola registrado en la República Democrática del Congo en 2018, cuando se emplearon una serie de medicamentos que no habían cumplido todas las fases de desarrollo e investigación, pero que tenían evidencia de una probable efectividad.

Para el caso del virus del Ébola, la vacuna se empezó a desarrollar en el 2014 y fue hasta el 2018 cuando se comenzó a usar. Hasta este momento Wuhan sigue siendo el foco de la infección y hasta la fecha no hay un tratamiento comprobado para atacar la infección.

La preocupación que ha generado la epidemia de coronavirus se ha traducido incluso en la economía, en la cual ya se han notado repercusiones. Johanna Vásquez Velásquez, docente del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, expone que si la población china se enferma y está confinada en ciudades, lo que se afecta inicialmente es el consumo.

Para la docente, las economías que tienen una relación comercial estrecha con China y cuyas balanzas comerciales (registro de importaciones y exportaciones) dependan del consumo que allá se haga van a estar muy afectadas.

El coronavirus, menciona, aparece en una “mala época: es el comienzo del año chino entonces se espera migración de turistas a la celebración, lo que se toma como exportación de un servicio que se genera dentro del país generando muchos dólares”.

En la zona donde se dio el brote, dice la profesora, se fabrican autos y acero. “Cuando los bienes se vuelven escasos el precio empieza a subir”, añade.


Llamado a la calma

La presencia de ciudadanos chinos en Mutatá que conviven en el campamento de la empresa China Harbour Engineering Company, encargada de construir la Autopista Mar 2, alertó a la comunidad del Urabá antioqueño.

La secretaria de salud de Mutatá, Donny Mayo, informó recientemente que se hará acercamiento y entrevistas en la empresa para proseguir con las inspecciones, a las cuales asistirán médicos y epidemiólogos.

De manera previa Lina Bustamante, secretaria de salud de Antioquia, manifestó que entre las medidas que ha tomado el Departamento se activaron protocolos en los aeropuertos José María Córdova y Olaya Herrera.

Por su parte, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, anunció la creación de una mesa técnica para conocer el estado viral en la ciudad y efectuar control en terminales de transporte.

Ante la situación de la epidemia por coronavirus 2019-nCoV, el profesor Cortés Luna hace un llamado a no alarmarse: “en este momento no está acá (Colombia), no hay nada que hacer. La alarma no es para gente del común sino para las autoridades sanitarias y sistemas de viajes que detecten pacientes que puedan venir de esas zonas del mundo”.

De confirmarse casos de coronavirus en el país, la recomendación del virólogo Díaz Castrillón para quien tenga fiebre o tos es mantenerse en la casa, usar tapabocas para que el virus no se propague por el aire y tener un pañuelo en la mano para toser con él. Para quienes no presenten los síntomas, es evitar las aglomeraciones y mantenerse a distancia de aproximadamente un metro de otras personas.

3 de febrero de 2020