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Dos días después de posesionarse como alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle propuso eliminar el Pico y Placa y reemplazarlo por estrategias que contribuyan a mejorar el tránsito vehicular y la calidad del aire en la ciudad. La intención, que ha sido polémica, es analizada por expertos en movilidad.

Desde el 3 de febrero de 2020 se aplicaron cambios a la rotación de la medida. Actualmente rige entre 7:00 y 8:30 a.m. y 5:30 a 7:00 p.m. para vehículos particulares y motocicletas de dos tiempos. El horario de 6:00 a.m. a 8:00 p.m. es de restricción para taxis.

El Pico y Placa se empezó a implementar en Medellín desde el primer semestre de 2005 con un máximo de restricción del 20 % del parque automotor de vehículos particulares, tras realizar estudios técnicos y notar en la ciudad una congestión generalizada que se comenzó a registrar en 2004 y que en horas pico alcanzaban su límite.

El 2008 una investigación académica advirtió que “a tres años el Pico y Placa será obsoleto para el caso de las restricciones del 20 % y a ocho años, en el caso de restricciones mayores, por lo que puede concluirse que es una medida temporal y que por sí sola no soluciona el problema de fondo de la movilidad”.

Se trató del Análisis del Pico y Placa como restricción a la circulación vehicular basado en volúmenes vehiculares, realizado por el profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín, John Jairo Posada Henao; Viviana Farbiarz Castro, consultora de Steer Davies Gleave y Carlos Alberto González Calderón, profesor del Programa de Ingeniería Civil de la Universidad de Antioquia.


La propuesta tiene antecedentes mundiales

Doce años después del estudio, Quintero Calle plantea implementar un impuesto ambiental para mejorar no solo la movilidad sino la calidad del aire en Medellín y demarcar carros según su nivel de contaminación.

Esta propuesta, según el profesor Iván Sarmiento Ordosgoitia, del Departamento de Ingeniería Civil, es una medida que se ha aplicado en Singapur desde 1975, en Londres en 2003 y en Suecia en 2007.

“Es la que más aceptación tiene a nivel académico y de países desarrollados, aunque no todos la han aplicado. Ha llegado a una madurez en el sentido en el que ya se tiene la tecnología para hacer cobro a cada vehículo según la congestión o contaminación que genere, lo que puede variar según el modelo y la hora del día”, asegura.

El recaudo, explica el profesor, se haría mediante sensores o cámaras que controlen el paso de vehículos y que serían ubicadas en especies de pórticos. La iniciativa se asocia con la apuesta de la actual administración municipal de convertir a Medellín en innovadora y en la ciudad del valle del software.

Para los vehículos que no son del departamento y que ingresan a él podría aplicarse una medida instaurada en Chile, la cual consiste en que, mediante máquinas ubicadas en estación de gasolina, los conductores pueden pagar los días de circulación aportando la información de la placa del vehículo.

De avalarse la propuesta se ejecutaría en zonas que debe determinar un estudio que según el docente ya se ha hecho para Bogotá, donde tardó un año. El análisis puede costar entre 2.000 y 3.000 millones de pesos, dado que se debe indagar por la disposición y capacidad de pago de cada tipo de usuario: conductores de automóviles según motivo de viaje, trabajo o estudio; de vehículos de carga y motociclistas.

También habría que hacer estudios sociales, jurídicos, ambientales, de tráfico, de parqueaderos, de aceptación pública y socialización, entre otros. El recaudo del dinero tendría que ser utilizado para el fortalecimiento del sistema público de transporte, según el experto.


¿Es viable eliminar el Pico y Placa?

El estudio de 2008 argumenta que para ese entonces el crecimiento de vehículos automotores reduce con el tiempo la efectividad del Pico y Placa, con lo cual está de acuerdo el profesor Sarmiento Ordosgoitia: “sacando carros ya no vamos a obtener mejora”. En ese sentido cree que es un buen momento para repensar las estrategias de manejo de viajes en la ciudad.

Para el conductor Mauricio Londoño Álvarez es descabellada la idea: “la cantidad de motos y carros, el crecimiento del parque automotor en el área metropolitana es demasiado. Los trayectos se hacen muy largos; no veo la medida muy factible, tal vez sí reducir el número de dígitos por ejemplo de cuatro a dos y ampliar el tiempo de restricción de circulación”.

Por su parte, Camilo Saldarriaga Cipagauta, también conductor de vehículo particular, opina que el cobro que plantea Calle Quintero “no soluciona el problema de contaminación. El que tiene carro tiene para pagar más impuestos”. Lo único que funcionaría en movilidad en la ciudad, según él, serían peajes que cambien la tarifa durante el día según la demanda de las vías.

El arquitecto, urbanista y secretario de Movilidad de Medellín entre 2004 y 2007, José Fernando Ángel, cree que si se retira el Pico y Placa “mucha gente va a pedir su regreso. Ya estamos acostumbrados a él y es una medida sana mientras se implementa un real sistema integrado de transporte metropolitano, colectivo y masivo, con tarifas únicas”.

Así, dice, se evitaría la “proliferación” de motocicletas que también incrementan los trancones: “si ya hay, cómo será sin Pico y Placa”, cuestiona. Lo que propone es aumentarlo media hora en la mañana y otros 30 minutos en la tarde.

Un aspecto que se ha criticado desde la academia, la ciudadanía y autoridades de movilidad y transporte es la iniciativa por parte de algunos conductores de adquirir dos vehículos para evadir el Pico y Placa. Para el exsecretario de Movilidad de Medellín, los casos son mínimos.

La solución real que considera es organizar el sistema de transporte público y expone el ejemplo de la carrera 33, en la que hay tres carriles por sentido vial; lo ideal, según él, sería definir el carril izquierdo como exclusivo para buses como los de Metroplús o Transmilenio. Asegura que “con el pudor de no quitarle un carril a los vehículos particulares vamos a tener un colapso total de la movilidad” y para evitarlo destaca la funcionalidad del teletrabajo.

En lo que coinciden tanto el arquitecto Ángel como el profesor Sarmiento Ordosgoitia y el estudio del docente Jhon Jairo Posada de la UNAL Medellín, es que se debe fortalecer el sistema de transporte público con infraestructura adecuada para que sea integral, así como promover las ciclovías, por ejemplo.


10 de febrero de 2020