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La que ha generado la covid-19 es una situación excepcional, aún así analistas aseguran que hasta ahora las medidas han sido positivas y consideran la apertura económica de municipios sin reportes de la enfermedad como una opción adecuada. Además, que los gobernantes tienen como desafío pensar y adoptar medidas para impulsar el empleo de quienes lo perdieron o se dedican al trabajo informal.

En el mundo, al 23 de abril de 2020 había 2’649.680 personas infectadas por covid-19. Al 22 del mismo mes en Colombia se habían confirmado 4.356 casos. Los impactos en la economía también se comenzaron a notar. En China el PIB cayó un 6.8% en los primeros tres meses del año y el desempleo en Estados Unidos afectó a 701.000 personas en marzo, el mismo periodo en que el índice de confianza comercial de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) en Colombia se ubicó en -30.8%. Todos son datos del documento Políticas y estrategias para la reactivación económica gradual, segura y controlada en tiempos de covid-19.

El texto es el resultado de un estudio de la UNAL Medellín y otras universidades: Eafit y EIA, y las entidades: Gobernación de Antioquia, Alcaldía de Medellín, Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia y Proantioquia, las cuales conformaron una mesa técnica para analizar el panorama del Departamento ante la covid-19, entre ellos, los costos económicos de la contención. Al respecto se determinó que un día de cuarentena le cuesta a Antioquia alrededor de 160.000 millones de pesos y, a Medellín, 84.000 millones de pesos. El cálculo se hizo, inicialmente, teniendo en cuenta el primer periodo de aislamiento obligatorio preventivo.

En el imaginario colectivo la “crisis” iría hasta agosto, según el profesor Jairo Espinosa Oviedo, del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Automática de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín, “pero desde el inicio comenzamos a ver que, por las características de expansión del virus, las cosas no iban a ser normales”. Parte importante del Estudio, añade, se basó en modelos matemáticos con los que se buscó identificar los sectores vulnerables.

Para Alejandro Torres García, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Eafit y coordinador académico del Estudio, “si bien la cuarentena es una medida que permite contener el contagio de la enfermedad, hay grandes costos económicos y sociales que pueden terminar siendo contraproducentes si, como sociedad, los volvemos permanentes. Esta medida puede llevarnos a una situación de desempleo muy alto en el departamento e incluso podría terminar con 20 años de trabajo de lucha contra la pobreza”.

En efecto, uno de los principales riesgos que se evidenció fue la pérdida del empleo. Para la primera fase de confinamiento, alcanzó un 40% en Antioquia, según el docente. Los sectores menos vulnerables, complementa el profesor Espinosa Oviedo, “son los de ingreso medio porque pueden migrar relativamente fácil al teletrabajo y los de pobreza extrema son los que más expuestos están porque son aquellos que viven de una economía que no permite reservas”.

La apertura económica durante la cuarentena, asegura por su parte el profesor Mauricio López González, coordinador del Grupo de Investigación Macroeconomía Aplicada de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, debe considerar a los trabajadores informales, pues por el momento “las medidas del Gobierno han estado focalizadas hacia las empresas que tienen un registro o vinculación formal de empleados; hay que pensar en quienes también generan ingresos, pero para sus familias. Ahí hay un gran reto de parte de las administraciones locales, en especial, para buscar los mecanismos idóneos a fin de que estas personas puedan trabajar”.

Una de las propuestas que propone como plan de choque tiene que ver, por ejemplo, con la generación de programas de construcción de obras públicas o viviendas de interés social para que se les pueda ofrecer oportunidades laborales a personas con niveles básicos de estudio que perdieron sus trabajos o que tenían empleos informales.

Ante la pandemia, manifiesta el profesor Torres García, el de la recuperación de las economías es un proceso que no se ha realizado antes en ninguna parte del mundo, por lo que se constituye como “necesario” y de “ensayo y error; no es un capricho empresarial ni de las autoridades”.

Cuando se inició el aislamiento obligatorio preventivo, asegura, el país estaba muy consciente de los retos que había en materia de salud pública, pero ahora se sabe que hay desafíos en cuanto a generación de empleo y de lucha contra la pobreza.

Sin embargo, la reactivación no se está viendo en términos directos, según el profesor Espinosa Oviedo, dado que si bien el Banco de la República (que solo puede prestar dinero por medio de la banca) bajó las tasas de interés, los bancos no lo han hecho y siguen exigiendo las mismas garantías.

“El Estado debe garantizar ese soporte, pero sin coartar las iniciativas públicas”, dice. Para él se deben avalar también las privadas. Lo ideal, expone, es que puedan operar ambas, como por ejemplo sucede en el caso de las pruebas para diagnóstico de covid-19.

Medidas graduales de reactivación económica

Hasta ahora las disposiciones del Gobierno nacional han sido reactivar sectores de manera gradual. Primero el presidente Iván Duque Márquez anunció la reactivación de los sectores de construcción y manufactura, y después autorizó la venta de carros y de muebles al por mayor, también la atención en locales comerciales de librerías, papelerías y lavanderías.

Para el profesor Torres García, hasta ahora la medida ha sido acertada. Asegura que se ha ganado un 60% en la reactivación de empleos. Sin embargo, advierte que sostener esto en el tiempo depende principalmente de dos factores. Uno es abrir sectores “realmente críticos” que generan empleo, pero que pueden representar riesgo como es el caso del comercio minorista o de restaurantes. El otro es de cómo se comporta la demanda a futuro. “Las empresas pueden estar abiertas pero si no hay un comprador final, se van a tener que detener”, agrega.

Otra de las disposiciones anunciadas por Duque Márquez fue la reactivación económica de municipios sin casos confirmados de covid-19. Eso es viable, según el profesor López González, y con ello se podrían suplir requerimientos entre unos y otros, por lo que desempeñarían un rol importante los intercambios comerciales, teniendo en cuenta que no todos producen lo que sus habitantes demandan.

Según el docente Torres García, en municipios sin casos confirmados de covid-19 y con densidad poblacional relativamente baja, las restricciones no deben ser tan estrictas. Los retos son, expone, hacer control en fronteras, sensibilizar a la población para que tome medidas de autoprotección durante las actividades cotidianas y verificar constantemente quiénes ingresan y salen de esos sitios.

Aquellos que sean cercanos a otros donde hay gran actividad económica y movilidad de personas tienen más riesgos de que, en la apertura, deban enfrentar un caso de covid-19 y volver a cerrar, como pasó en Apartadó. “Sin embargo esto es un proceso de aprendizaje y se trata de mejorar las medidas”, plantea.

Para la profesora Johanna Vásquez Velásquez, del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, la crisis por covid-19 evidenció vacíos en diferentes sectores económicos. No obstante, cree que puede ser un aliciente para encontrar otras maneras de producción “como la ocupación inteligente en el sector hotelero o la organización de ciudades y regiones.

Los analistas coinciden en que la reactivación económica es un asunto necesario y, sobre todo, que requiere de pedagogía y atención, pues según el profesor Espinosa Oviedo, al tratarse de un problema que afecta no solo a unos cuantos sino en general a la sociedad, “hay que ver cómo lograr una recuperación y cómo reaccionar para que ciertos sectores tengan menos vulnerabilidad”.

El profesor Torres García, por su parte, enfatiza en que “el éxito no depende de las medidas que tome el Gobierno nacional sino de las que asumamos nosotros como ciudadanos: de los cuidados que tengamos en el transporte público, en el hogar y en nuestros sitios de trabajo”.


26 de mayo de 2020