Escudo de la República de Colombia
A- A A+


La directora del Museo de Arte de Moderno de Bogotá (MAMBO), Claudia Hakim, reflexiona sobre la situación de los museos ante la pandemia y da una mirada, junto con otras analistas del tema, a los desafíos que asumen y a los que tendrán que enfrentar a partir del 1 de junio. Coinciden en que el cumplimiento de un protocolo será fundamental y también, en que uno de los principales retos y aprendizajes es dar más cabida y reconocimiento, en general, a la cultura.

“Ayúdanos a construir un mapa de las necesidades más inminentes de los museos de Iberoamérica”, titula el programa Ibermuseos en una nota en su página web con la que anuncia una encuesta para conocer la situación actual de los museos y diseñar estrategias de apoyo al sector ante el cierre, como medida preventiva, para evitar la propagación del COVID-19.

‘Reinvertarse’ es un término que ha aparecido en varios medios para referirse a la adaptación que deben tener, en este caso los museos, ante el panorama incierto que traza la pandemia. Los recorridos virtuales se han convertido en iniciativa de varios de ellos. Algunos: el Metropolitan Museum of Art (MET), ubicado en Nueva York (Estados Unidos); el Museo del Prado, en Madrid (España) o el Museo de Louvre, en París (Francia).

En Colombia le han apostado a esa estrategia, por ejemplo, el Museo de Arte Contemporáneo en Bogotá, que mediante plataforma virtual facilita observar obras como Formas para copiar la luna, de David Manzur; Supermercado de la Séptima, de Santiago Cárdenas o exposiciones como El Colgado, del Chanoir, un artista colombo-francés. También lo hace el Museo Casa de la Memoria, de Medellín. Las exposiciones que permite visitar son Geografía de la verdad, ¡Paz, creer para ver!, Colombia paraíso despojado y Medellín(es) 70, 80, 90.

Lo que hizo la pandemia, según Paulina Arango Herrera, coordinadora de la Red Cultural de la UNAL Medellín, fue “poner de manifiesto la fragilidad de la realidad a la que veníamos acostumbrados”. Por ahora, agrega, se están tomando protocolos para que el sector se recupere, “aunque estamos caminando un poco a tientas”.

La Sede cuenta con cuatro museos: el Micológico, el Entomológico Francisco Luis Gallego, el Herbario Gabriel Gutiérrez Villegas (de la Facultad de Ciencias) y el de Geociencias (de la Facultad de Minas). En cuanto a este espectro, según Arango Herrera, plantearse nuevas comunicaciones con el público es una realidad que invita a pensar la virtualidad, y de manera urgente, “porque es la herramienta que tenemos en este momento”.

La de un recorrido virtual es apenas una intención que ha nacido para exhibir las colecciones del Museo de Geociencias, cuenta su directora, la profesora Marion Weber Scharff, quien manifiesta que cuando inició la cuarentena se adelantaba Itinerantes, un proyecto de cocreación con estudiantes de pregrados como Artes Plásticas y Ciencia Política, cuyo fin era ser interactivo. Esta característica debió ser ajustada por protocolos de seguridad ante la COVID-19 y por ahora han debido preparar cartillas digitales.

La premisa, sin embargo, varía un poco en el sentido en que, asegura, el propósito de esa idea de un recorrido virtual es incluir público que no pueda visitar el Museo físicamente. En el caso de estos espacios universitarios, agrega, hay tranquilidad, de alguna manera: “nuestra preocupación es por nuestro gremio. Nosotros estamos en una situación privilegiada porque estamos en función de la Universidad. Ese espacio no va a acabar, va a seguir existiendo aun con pocos recursos”.

Más respaldo a la cultura

“Hay museos”, agrega la docente Marion, “que reciben recursos de municipios u otros que se sostienen por el valor de los ingresos. Eso es angustiante. Algunos tal vez no puedan sobrevivir a esta situación. En este momento en Medellín hay, en revisión, un plan de desarrollo con una baja en presupuesto para cultura y eso los impacta directamente, así que hay una preocupación en ambos sentidos”.

Arango Herrera no desconoce que la prioridad es cuidar la salud de la población. Sin embargo, manifiesta que uno de los principales desafíos que deja la pandemia a los gobernantes y a la sociedad es cambiar la concepción, pues “el tema cultural ha sido visto siempre como uno que puede esperar, que no es importante ni vital, pese a que es la manera que tenemos de pensarnos frente a la realidad que vivimos”.

De hecho, “al leer ciertos decretos” del Gobierno Nacional sobre el Estado de Emergencia, dice Ana Lucía Llano, directora del Museo La Tertulia, de Cali (Valle del Cauca), “en ninguno sale la palabra museo y la palabra cultura, de pronto, aparece por ahí una que otra vez”.

El director del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia, Óscar Roldán Alzate, expone en una nota que escribió para el portal de noticias Las Dos Orillas, que específicamente el decreto 593 del 24 de abril no tuvo en cuenta a los museos. En el texto cuestiona el hecho de que los adscritos al Ministerio de Cultura “sobre los que el Estado tiene deber como garante, es de solo catorce. Cinco de ellos ubicados en Bogotá, los demás en ciudades secundarias o municipios históricos. Sin embargo, la mayoría de museos, deben ser más de setecientos según estimaciones del propio Ministerio”.

Ese artículo fue publicado seis días antes de que el Ministerio anunciara la destinación de 3.000 millones de pesos para los museos del país. El apoyo económico fue una solicitud de la Mesa Nacional de Museos y podrá ser usado para solventar gastos de funcionamiento, protección del personal y apoyo en procesos de adaptación ante la pandemia por COVID-19 en museos públicos o privados de categoría uno y dos registrados ante ese gabinete del Gobierno nacional en el orden municipal y departamental.

Llano reconoce que es un esfuerzo, pero dice que dada la cantidad de museos se necesita un mayor espaldarazo, tanto por parte del Gobierno nacional como de las administraciones locales. Por su parte, Claudia Hakim, directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), dice que fue una sorpresa que se tuviera en cuenta una clasificación en la que este no sería incluido este por ser nivel tres. “Todos”, afirma, “somos museos, los más chiquitos no son ni más ni menos; cada uno tiene una actividad diferente en las funciones, entonces quedamos un poco desconcertados”.

Acogida virtual y los desafíos del regreso

El Museo La Tertulia por el momento no realiza recorridos virtuales y ante la situación ha acudido a videos y a conferencias que difunden por redes sociales. En el 2019 registraron, dice Llano, 130.000 visitantes. El número de asistentes varía de acuerdo a los meses. Hay más afluencia, según ella, cuando llegan más turistas a la ciudad, ya sea durante el Festival Petronio Álvarez que se realiza cada segundo puente festivo de agosto o durante la Feria de Cali, a finales de diciembre.

La actual manera de operar, según Llano, no les ha facilitado hacer ese monitoreo. “no tenemos suficientes herramientas para conocer ahora quiénes son los usuarios que nos están siguiendo y cuánto dura la interacción”, afirma. Es distinto para el MAMBO, y aunque no cuenta con un recorrido virtual completo, según Hakim, ha habido un incremento en el público.

El momento de reabrir las puertas de los museos será el 1 de junio, según el Decreto 749 del 2020 que los exceptúa del nuevo periodo de aislamiento obligatorio preventivo que irá de esa fecha al 1 de julio. De acuerdo con Carlos Uribe, director de Curaduría del Museo de Antioquia, el Ministerio de Cultura es el encargado de aprobar el protocolo y las alcaldías deben dar autorización.

Para la apertura en La Tertulia, según Llano, se ha trabajado con la Alcaldía para implementar protocolos necesarios, pues cree que si bien el Museo debe jugar un rol en la distensión ante el estrés y la incertidumbre que trae la pandemia, ahora su función más importante es precisamente “ser un espacio para aprendernos a comportar, a encontrarnos aún en el distanciamiento social y tomar las medidas que debemos para evitar que un virus tan contagioso como este se propague. De manera tranquila y divertida también somos un lugar para el conocimiento y ese es nuestro anhelo”, asegura.

“No nos gustan los museos vacíos”, dice, por su parte, Hakim. Ella cree que el desafío primordial está en seguir cautivando al público y darle confianza para que acuda cuando pueda estar presente. Lo que va a ser diferente es la recepción: las personas tendrán que entrar en grupos pequeños, no habrá visitas guiadas, las boletas se deberán habilitarse por horarios y su compra deberá ser a través de la página web.

No cree que ‘reinventarse’ sea precisamente un término exclusivo para el contexto de pandemia, pues ocurre en cada exposición y expresión con cada artista.

1 de junio de 2020