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Para el segundo y tercer día sin IVA se dispusieron las ventas en línea. Foto: Pixabay.com


La medida no es tan efectiva como se considera, según académicos, quienes coinciden en que los cambios estructurales son la ruta real para recuperar la economía.


El 19 de junio se cumplió el primer día sin IVA impulsado por el presidente Iván Duque Márquez. En las afueras y al interior de almacenes de cadena se aglutinaron personas que buscaban hacer sus compras sin mantener el distanciamiento social y, en varios casos, sin usar tapabocas.

Por el caos que se generó en ese momento el Gobierno pasó de permitir las ventas físicas a prohibirlas y a autorizar solo las virtuales para las jornadas siguientes previstas para el 3 y 19 de julio.

El primer día sin IVA, cuando las compras por internet no aplicaron, se registró un crecimiento del 158% de las ventas, las cuales superaron los $5 billones, según José Andrés Romero Tarazona, líder de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN).

Durante las primeras horas del segundo día sin IVA, el 3 de julio, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) anunció que según reportes de Credibanco con corte a las 9:00 a.m., se registró un aumento del 18.2 % con respecto al mismo horario de la primera jornada. Tres días después informó que durante esa segunda jornada los compradores gastaron 324.550 millones de pesos, lo que significó una variación de -12,2 % con respecto al primer día sin IVA.

Tras aceptarse la virtualidad para las transacciones, ¿se puede garantizar que el nivel de consumo se mantenga? La respuesta es no, según el profesor Alexánder Bastidas Marulanda, del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín.

Explica que además de que las páginas web colapsan, “como se evidenció en el primer día sin IVA, el mecanismo puede generar insatisfacción, pues el disfrute del producto no es instantáneo y la población mayor de 40 años es más reacia a comprar por este medio”.

Quien tampoco cree que la virtualidad supere las ventas del 19 de junio es el profesor Remberto Rhenals Monterrosa, de la Facultad de Economía de la Universidad de Antioquia. Para él, el crecimiento no será de la misma magnitud.

Considera también que “es posible que esta vez la gente, incluso, prefiera comprar ropa y otras cosas que no entraron como dominantes en la primera jornada sin IVA”.

Por su parte, lo que considera el profesor Andrés Zambrano, de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, es que si bien pudo haber una cantidad notable de ventas durante el segundo día sin IVA, “ya para el tercero no serán las personas del común las que probablemente hagan esas compras”.

Seguramente, agrega, sí lo podrá hacer “gente que tenga capacidad de almacenar para revender en un futuro. Ellos tal vez sí y por eso se tendrán que implementar medidas como permitir comprar solo un televisor, pero cada vez se va a ver menos el efecto de aumento en el gasto”.


¿Es cierto que los días sin IVA pueden reactivar la economía?

Los días sin IVA fueron estipulados por el Gobierno con el argumento de “recuperar la economía y los empleos”, como lo mencionó Romero Tarazona al cumplirse la primera jornada de exención del Impuesto. Sin embargo, no lo consideran así los académicos.

El profesor Bastidas Marulanda asegura que la puesta en marcha de la estrategia solo les sirvió a las empresas de comercio para identificar las preferencias de los compradores.

Añade que, como los productos a los que se les eliminó el IVA son bienes de consumo durables, es decir, que responden a un incentivo, funcionan solo para una activación momentánea, no para recuperar la economía colombiana, y lo explica a continuación con el ejemplo de la compra de un televisor.

Ese electrodoméstico “y todos los componentes que requiere, en realidad no se producen en Colombia, así que con adquirirlo no se activan empresas locales sino un circuito internacional que termina impactando a grandes superficies comerciales que cuentan con logísticas de importaciones”, dice.

El Gobierno, según él, está considerando la economía en términos de lo que se denomina estímulos a la demanda agregada, la cual es empleada para que los ciudadanos no reduzcan el consumo. Hasta ahora “no está pensando en políticas lentas de implantar, pero que son de transformación productiva”, añade.

El profesor Zambrano tampoco ha estado de acuerdo con los días sin IVA, incluso desde el momento en que se planteó la medida, cuando ni siquiera se pensaba en la ocurrencia de una pandemia.

Lo que sucederá, expone, es que sin el IVA el Gobierno va recaudar menos impuestos para lograr una redistribución o proveer bienes públicos y con esto también se genera una cultura del no pago de impuestos.

Otra razón por la que no aprueba los días sin IVA es porque las transferencias, que se deben hacer por el desempleo, se están pagando con deuda pública. Dice que “vamos a tener que pagar intereses luego, por eso la medida no tiene sentido”.

El IVA, explica, afecta más a la población pobre, porque al aumentar el impuesto a los alimentos, por ejemplo, el porcentaje de ingreso que gasta es más alto que el de “los ricos”.

Teniendo en cuenta esto y que desde el año anterior el Gobierno tenía la necesidad de aumentar el recaudo tributario, lo que consideró en ese entonces fue tomar el mecanismo más sencillo que es aumentar el IVA.

“Pero como a la gente ese impuesto no le gusta, se inventaron otras opciones para tratar de distraer la atención, como ocurre con los tres días sin IVA que son, básicamente, una estrategia populista”, agrega.


Debe primar la salud

Los docentes Zambrano y Rhenals Monterrosa son enfáticos en que la reactivación económica es importante, pero debe hacerse teniendo como prioridad proteger la salud.

El profesor de la Universidad de los Andes cree que el Gobierno debe invertir más en salud, mientras que el docente de la Universidad de Antioquia sugiere que el propósito de la recuperación de la economía debe ir acompañado de una política pública sólida de seguridad y salud en el trabajo.

De no hacerse así, considera, la reactivación puede fracasar: “en otros países están echando atrás la apertura de varias actividades. El caso chileno fue promocionado como el éxito en el manejo de la pandemia, pero ya se mostró que no era sostenible. Después de una propagación de contagios y de muertes, volvió a la cuarentena total”.

Para el segundo y tercer día sin IVA el Gobierno nacional recomendó suspender la venta presencial de electrodomésticos en grandes superficies. Al respecto también se pronunció la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) que pidió a los compradores cumplir las normas de bioseguridad.


Pensar medidas estructurales, asunto clave

El docente Zambrano plantea que para aliviar las cajas de las empresas lo realmente pertinente para el Gobierno sería acudir a otros medios como recaudar el dinero y otorgar subsidios más altos a las nóminas de las empresas.

Otro de los analistas, el profesor Bastidas Marulanda, argumenta que la próxima discusión debe girar en torno a la dependencia del modelo de desarrollo económico colombiano del esquema de globalización.

“No porque se deba satanizar la palabra, sino porque al construir una economía a partir de comercio exterior, que es lo que se da en el país, afloran los problemas en situaciones como la actual, ante la que otros países cierran la actividad”, explica.

En ese sentido, para que la economía de la nación se reactive, debe cumplirse primero en los países a los que Colombia les compra.

De los días sin IVA, coinciden los académicos, se ha aprendido que no son exactamente una opción para reactivar la economía, una tarea que, enfatizan, se debe desarrollar de manera paulatina, propendiendo por el cuidado de la salud y buscando alternativas estructurales para superar la crisis.

(FIN/KGG)

13 de julio de 2020