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El proyecto de Ley contempla promover la enseñanza de lengua de señas a niños y profesores. Foto: tomada de cutt.ly/cf89hxP

 

Un proyecto de ley lo plantea como paso para la inclusión social. Analistas destacan la iniciativa y reflexionan en torno a la población sorda en Colombia.

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Daniela Vargas es sorda y en la escuela donde hacía la primaria los demás niños se burlaban de ella por no entenderles. Dice: “tampoco podía comunicarme con nadie y era una situación muy difícil”. Ahora es estudiante de Zootecnia de la UNAL Medellín, donde dictó clases de lengua de señas.

El 23 de septiembre, Día internacional de las lenguas de señas, el representante a la cámara Wilmer Leal Pérez radicó un proyecto de ley para la enseñanza de esta forma de expresión en Colombia. El propósito es que sea impartida en los grados escolares de la primaria y en los pregrados universitarios relacionados con pedagogía y licenciaturas.

Según él, solo el 11% de niños sordos en el país asiste al colegio, y ese fue su aliciente para hacer la propuesta. Además, porque durante el estudio previo encontraron que la posibilidad de laborar de jóvenes y adultos es limitada y queda relegada a cargos mal remunerados que no les permiten desarrollar sus capacidades.

“Lo que busca el proyecto de Ley es garantizar la inclusión efectiva de esta población. Se puede hacer de varias maneras, pero entendimos que la mejor forma de integrar a la sociedad dentro de la solución de este problema es, sin duda alguna, a través de la educación”, afirma.

Vargas cree que el hecho de incluir la enseñanza de la lengua de señas “contribuye mucho al bienestar de la comunidad sorda, ya no nos sentiríamos aislados y tan limitados en el desempeño a nivel social, sería una integración, sin discriminación, a la comunidad”.


Adaptación para la integración

Juan Esteban Ospina Rengifo, es politólogo y hace parte del equipo de revisión a la implementación de la política pública de Discapacidad de Medellín, aprobada en 2019.

Para él, de acuerdo con el trabajo que ha realizado, hay grandes retos en el tema de educación, en la medida en que se entiende la discapacidad como una serie de factores del entorno que imposibilitan que las personas puedan acceder a él.

“Lo mismo pasa acá: nosotros no sabemos lengua de señas, somos los que debemos aprender”, dice. Algo que identificaron, agrega, es que la población sorda es muy unida, en el sentido en que ellos han agrupado a su comunidad no solo para que les reconozcan su manera de expresarse, sino también como minoría lingüística.

El Instituto Nacional de Sordos (Insor), refiere Ospina Rengifo, reporta que en 2019 había en Colombia aproximadamente 554.119 personas sordas. La obtención de información al respecto, dice, es complicada, dado que no existen suficientes opciones. Otra fuente es el Registro para la Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD), el cual se diligencia de manera voluntaria, por lo que no tiene una muestra representativa de datos.

Hay otros que no están vigentes. “El último censo que tenemos sobre discapacidad es el del Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) en el 2005”, expresa.


Iniciativa con propósito de generar un avance

El Representante Leal Pérez, afirma que se deben valorar esfuerzos que se han hecho en Colombia como el proyecto de ley que se presentó en 2018 para la conformación del Consejo Nacional de Planeación lingüística de la lengua de señas y para unificarlas en el país, la cual fue aprobada en 2020.

Sin embargo, reconoce que, en comparación con Chile, por ejemplo, no está tan avanzado. Esa nación es la que más ventaja lleva en Suramérica en la enseñanza de esa manera de expresión.

“Queremos ir más allá para garantizar una inclusión real, que se da cuando los profesores logran incluirla, pero también cuando nosotros como sociedad la aprendemos como formación natural dentro del sistema educativo”, añade.

Para Santiago Parra, intérprete desde hace 12 años, “pensándonos en una sociedad más equitativa, aprender lengua de señas trae muchas ventajas. En hora buena se propone el proyecto de Ley que se debe llevar a la realidad, tal como se hizo en Brasil, cuya experiencia ha demostrado que es una apuesta importante”.


Aciertos y fortalecimiento

Estudios sobre diversidad e inclusión han dejado claro que las instituciones educativas en general tienen una gran responsabilidad, según Diego Leandro Garzón Agudelo, coordinador del programa de Desarrollo docente de la Vicerrectoría de Docencia de la Universidad de Antioquia.

“Cada vez se aclaran más las vías para hacerlo real. Se están construyendo cosas, por ejemplo, para facilitar el ingreso de esta población a la Universidad”, añade.

Él también se refiere acerca del hecho de llevar la formación en lengua de señas a la primaria y a estudiantes de licenciaturas y pedagogía. Al respecto destaca que es, precisamente, acertado.

Destaca que está comprobado que los niños de esas edades (en las que normalmente cursan primaria) están en el momento propicio de aprehensión y aprendizaje. “Es posible que la misma pedagogía nos plantee propuestas interesantes para hacer de esa apropiación de la lengua de señas colombiana algo muy llamativo”.

En cuanto a la formación de profesores el intérprete Parra tiene algunos reparos, dado que considera que se está “desatendiendo a los líderes sordos como primeros dolientes para que ellos entren en estos escenarios de enseñanza. Se está desbalanceando la carga del barco, dándole mucho peso a lo que contiene la comunidad, que es la lengua, pero no a quienes son llamados a cuidar su calidad de vida”.

Propone una evaluación nacional de competencias para educadores sordos en la cual se pueda convalidar cierto tiempo para permitir que ejerzan como docentes, como asegura que se hizo en Brasil.

Por lo pronto, tanto para el representante a la Cámara como para Garzón Agudelo, queda preguntarse: ¿Si se fomenta el aprendizaje de idiomas extranjeros por qué no el de lengua de señas?

(FIN/FGG)

5 de octubre de 2020