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Encicla hace 3.196 préstamos diarios, según el Sistema de Bicicletas públicas. Foto: tomada de cutt.ly/fgdURKP.

 

Dos sucesos recientes ocurridos en Medellín dieron cuenta de la paradoja a la que se enfrentan los usuarios de las bicicletas como medio de transporte. Para conocer cómo está el panorama actualmente en esta materia y los desafíos existentes, especialistas en el tema exponen sus perspectivas.
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De los casi 6’131,727 de viajes por día que se hacían en el área metropolitana en 2017, el 1% eran en bicicleta, según la Encuesta Origen Destino en la que participó la UNAL Medellín. No obstante, la promoción del uso de este medio de transporte ha tenido un auge progresivo.

Una apuesta importante ha sido el sistema de bicicletas públicas Encicla, que precisamente, hace pocos días, celebró nueve años de operación y alcanzó los 13 millones de préstamos, lo que según el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), lo convierte en una alternativa de movilidad que promueve la sostenibilidad.

Según el ente operador, Encicla inició el 9 de octubre de 2011 como un proyecto de grado de tres estudiantes de ingeniería. Fue presentado como el piloto que pretendía conectar la UNAL Medellín con la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), contaba con seis estaciones y 105 bicicletas.

Actualmente “es un proyecto consolidado, gratuito y con 104.174 usuarios activos que viajan diariamente, 1.680 bicicletas y 91 estaciones ubicadas entre Medellín, Sabaneta y Envigado”, cuenta el AMVA en un comunicado. 

El Sistema Encicla, incluso, ha motivado el uso de bicicletas privadas, según Jorge Eliécer Córdoba Maquilón, profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín, para quien, si bien el Sistema es exitoso, no es suficiente. 

Para él “es fundamental: que haya ciclorrutas, que sean continuas y, en lo posible, separadas del tráfico y con señalización que efectivamente protejan a los bici-usuarios”. 

Un factor importante, según Alejandro Álvarez Vanegas, profesor del Departamento de Ingeniería de Procesos de la Universidad Eafit, es la voluntad. Eso “para que la infraestructura sea la apropiada y los espacios suficientes”. Además, porque cree que “las apuestas reales tendrían que ser congruentes con las declaraciones que se hacen”. 

A esa misma idea hace alusión Luis Ángel Villamizar George, usuario de Encicla desde hace seis años y de bicicleta privada, quien percibe un progreso significativo en la ciudad en lo relacionado con el fomento del uso de este medio de transporte. No obstante, afirma que “todavía falta. Las administraciones que han pasado han dicho que van a hacer tantos kilómetros de ciclorrutas, pero hay un trasfondo: la pedagogía”. 


Cultura

El punto que refiere Villamizar George es fundamental, según el profesor Córdoba Maquilón, para quien todos los actores en la movilidad son importantes. Sin embargo, llama la atención acerca de que los conductores de vehículos motorizados deben respetar, por lo menos, la distancia de un metro y medio con respecto de ciclistas.

Aún se nota cierta intolerancia entre actores viales, como se evidenció en un video reciente publicado en redes sociales en el que muestra cómo un taxista realiza una maniobra peligrosa para amenazar con arrollar a un ciclista que se movilizaba por el soterrado de Parques del Río.

Tras conocer el caso, el secretario de Movilidad de Medellín, Carlos Cadena Gaitán, hizo un llamado para la coexistencia en las vías, lo cual, “es vital. Debemos reconocernos como seres humanos. Un día podemos ir en carro, pero al siguiente, en bicicleta. Debemos protegernos los unos a los otros”, dijo.

Villamizar George es consciente de eso y también menciona que los ciclistas tienen deberes, por lo que cree que fortalecer las campañas de pedagogía es necesario para que los recorridos sean agradables y seguros.

Es justo en esa perspectiva que llama la atención el profesor Córdoba Maquilón, quien asegura que se deben ofrecer las condiciones adecuadas para que las personas puedan emplear “los modos activos de transporte”, que son caminar o montar en bicicleta.

Lo plantea porque expone que, asociado al uso de la bicicleta, hay dos tipos de inseguridades: por accidentes o por robos y atracos. El tema de la bicicleta, agrega el profesor, “es muy apasionante sobre el que hay que seguir estudiando y ofreciendo garantías a quienes las usan”.

Añade que hace falta más apoyo gubernamental para este medio de transporte, “así como está la Ley Metro. No solo en regulación sino también en recursos y en orientación a las entidades territoriales”.

El área metropolitana del valle de Aburrá cuenta con el Plan Maestro de la Bicicleta, con el cual se busca construir 500 kilómetros de ciclorrutas al 2030, de los que hay unos 130.

Según el profesor Álvarez Vanegas, ahora, “hace falta la conexión entre norte y sur para tener una visión metropolitana”.

Junto con las nuevas ciclo-infraestructuras, afirma, deben desarrollarse campañas de educación y sensibilización dirigida tanto a ciclistas como a peatones y conductores de vehículos motorizados, otro punto sobre el que cree que se requiere hacer mayor énfasis.

“Mientras no lo hagamos (la pedagogía) va a ser muy difícil porque vamos a seguir teniendo oposición a las transiciones y las personas van seguir aferradas a su carro particular. Si creemos que las soluciones tecnológicas van a enmendar la ignorancia que tenemos en términos de estilos de vida más sostenibles, estamos mal; tendríamos que educar”, enfatiza.

Ambos docentes llaman la atención acerca de que incentivar el uso de la bicicleta requiere de compromiso tanto de los usuarios de las bicicletas creando una cultura efectiva, pero también de los entes gubernamentales garantizando recursos y condiciones propicias.

(FIN/KGG)

19 de octubre de 2020