Escudo de la República de Colombia
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Las vallas fueron instaladas en vías de Cauca y Antioquia a inicios de febrero. Foto: tomada de bit.ly/3bdbZ9k

Si bien es una iniciativa novedosa en Colombia, el grupo que lo promueve está enmarcado en intereses políticos dado que hace parte de un partido tradicional, según analistas. Más allá de que el país logre o no una política alternativa, consideran que puede ser una muestra de que el país espera un cambio.

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A finales de febrero de este año Alejandro Gaviria, exministro de Salud y actual rector de la Universidad de Los Andes, dijo que entre sus planes de vida no está la competencia por el poder. El pronunciamiento lo hizo como respuesta a la proposición de juventudes liberales para lanzarse como candidato presidencial a la contienda electoral del 2022.

“Gaviria di que sí”, se leía en vallas ubicadas desde inicios de febrero en vías de Cauca y Antioquia con las que se buscaba llamar su atención. “Queremos que Alejandro Gaviria sea el presidente. Es un académico que brinda garantías de preparación, de experiencia, honestidad, humanismo, de grandes soluciones para esta crisis de desigualdad e inequidad por la que atraviesa Colombia”, le dijo al diario El Tiempo la codirectora de juventudes liberales, Marla Gutiérrez.

¿Puede ser la iniciativa señal de una búsqueda por consolidar una política y una ciudadanía alternativa? Rainiero Jiménez Martínez, director del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, no lo considera así, de hecho cree que es un acto que se debe tomar con prudencia dado que detrás de eso hay intereses, precisamente por venir de simpatizantes de un partido político específico.

“Tampoco creo que sea tan inocente la posición de Alejandro Gaviria cuando su imagen está aprovechada y son poses de marketing. No se hasta donde sea un juego político para medir fuerzas”, asegura el docente. Además afirma que “en la política mitad es razón y mitad pasión”, y que por parte de las juventudes liberales no se trata de una acción tipo movimiento social sino de un “segmento burgués” que le está cumpliendo un rol al Partido Liberal.

En ese sentido, plantea que el país está lejos de generar fenómenos como los que se han dado a niveles de departamentos y municipios, que son los movimientos ciudadanos que se reconocen como alternativos, toda vez que las formas de hacer política en Colombia conservan las viejas tradiciones.

No obstante, Juan Carlos Escobar Escobar, docente e investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, habla de la novedad de la iniciativa, sobre la que dice es “un tema más o menos inédito, y ejemplo de candidaturas de personajes que vienen de sectores distintos a la política, lo que precisamente hace mediático el hecho.

Este proceder es “el reclamo de un sector del país por no alinearse en los extremos, que es un poco el temor actual. Hay gente a la que no le gustaría la continuación de un gobierno de derecha debido a que hay un desgaste, pero también hay miedo por un cambio hacia la izquierda”. Asegura que parece que la figura de Gaviria puede cumplir ese papel aunque hay una larga lista de personajes.

Para Jiménez Martínez el argumento para la proposición también puede ir en la vía de que las figuras destacadas están haciendo propuestas “que poco leen la realidad de este país en el que se da uno de los periodos más críticos en materia de derechos humanos, inseguridad, amenazas y masacres. El presidente tiene oídos sordos sobre la realidad que vive el país”.

El rol de la juventud

Puede darse un fenómeno interesante en torno a los jóvenes votantes en las siguientes elecciones, según el profesor de la Universidad de Antioquia, dado que expone que el país está en una suerte de cambio de electorado. Para él, hay unos muy activos sobre todo en la izquierda y en el centro. Los que están entrando a la política están diciendo: no queremos lo mismo”.

Justo la población con mayor potencial para un proceso electoral, según el profesor Jiménez Martínez, es la juventud, que a la vez, plantea, es el segmento “más golpeado” en términos económicos, oportunidades de empleo, y en general, de programas que contribuyan al mejoramiento de sus condiciones de vida.

Él cree que hay una cultura política renovada porque los medios y las mediaciones tecnológicas han podido ser un enlace proclive para reconocer que los ciudadanos en Colombia son informados, pero eso, sin embargo, no representa necesariamente que sean altamente participativos.

Nuevas ciudadanías vs. Sistemas políticos tradicionales

Para Escobar Escobar sí hay un voto menos atado a lo tradicional y, por lo tanto, mayor libertad para sufragar más allá de las ataduras partidistas, en lo que según él, marcó una pauta muy importante lo sucedido en 2018 pese a que finalmente el triunfo lo obtuvo un partido de derecha.

Por su parte, el profesor Jiménez Martínez, considera que si bien puede haber intenciones de cambiar el rumbo político del país, expone que el conflicto es un aspecto que ha afectado la formación ciudadana, sobre todo hasta la década de los 90. En adelante, añade, la responsabilidad ha sido de la ilegalidad y la corrupción, por lo que afirma no vislumbra un ejercicio electoral democrático progresista y de vanguardia como sí puede darse en otros países de América Latina.

Si cambia de opinión…

Para la finalización del gobierno de Iván Duque Márquez falta más de un año, y a pesar de ello ya ha comenzado la discusión sobre posibles candidatos. Como el de proponerle a Gaviria una aspiración a la presidencia por parte de juventudes liberales, hay otros actores políticos que han planteado coaliciones y buscan candidato.

Colombia continuará así, porque de acuerdo con Escobar Escobar: en el país el tiempo apremia, como plantea que ha sido, sobre todo, desde que se votó el Plebiscito por la paz. Al respecto recuerda un postulado de Norbert Lechner, un abogado alemán nacionalizado en Chile, que dice que la política se juega cada vez en tiempos más cortos.

Alejandro Gaviria ha rechazado la propuesta de lanzarse como candidato a la presidencia para el 2022, pero si llegara a hacerlo tendría la posibilidad de inscribirse por firmas. Eso, concluye el docente, también crearía problema de identidades, porque a pesar de ser democráticas, “a la larga son complicadas para el ciudadano y para la responsabilidad política que deben tener los mandatarios”.

Dice, además, que la decisión de Gaviria de dar un paso al costado ante la presión para postularse como candidato presidencial es un acto de responsabilidad, “porque de alguna manera pareciera que todo el mundo puede lanzarse a la política, y no”.

(FIN/KGG)

8 de marzo de 2021