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Médicos tratantes de población con inmunosupresión deben dar consentimiento previo a la aplicación de la dosis de refuerzo de sus pacientes. Foto: tomada de bit.ly/3Cjh2jb

 

Mientras países como Ecuador analizan la posibilidad de vacunar a la población solo con una porción del biológico contra la covid-19, hay otros que estudian la aplicación de una dosis de refuerzo en búsqueda de una mayor protección contra la enfermedad, como lo aprobó Colombia recientemente para población específica. La opción, sin embargo, ha sido cuestionada por la Organización Mundial de la Salud que ha solicitado no iniciar esta etapa a fin de propiciar equidad en el acceso a las vacunas. Analistas explican quiénes pueden tomar esa posibilidad.

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Al 8 de septiembre de 2021, en Colombia, según el Ministerio de Salud y Protección Social, se aplicaron 36 835 096 vacunas contra la covid-19 (enfermedad ocasionada por el virus SARS-cov-2), de las cuales hubo 21 358 852 vacunados en primera dosis, 12 680 335 con segunda, 2 795 909 con monodosis y 15 476 244 con esquema completo.

Ha surgido, adicionalmente, la inquietud por la dosis de refuerzo. Para pensar en su aplicación es necesario tener en cuenta tanto aspectos éticos como biológicos, según Pablo Javier Patiño Grajales, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.

El primer asunto, afirma el médico y profesor, tiene que ver con la inequidad existente entre países para obtener los biológicos, pues hay algunas naciones de África, por ejemplo, con menos del 1% de la población vacunada. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recientemente sugirió no iniciar un plan de vacunación de dosis de refuerzo para que los biológicos puedan ser enviados a países pobres, ya que el objetivo es inmunizar por lo menos al 40% de los habitantes de cada país a final del 2021 y al 70%, a mediados del 2022.

Algo más que plantea el profesor Patiño Grajales es la importancia de asegurar una vacunación lo más amplia posible, pues de no hacerlo, “se dan nuevas variantes del virus que puede generar brotes grandes y, por lo tanto, ser riesgo para la salud global”, explica.

La decisión de la dosis de refuerzo, expone, debe estar basada en varios factores como la posibilidad de disponer de ella, el tipo de vacuna, el esquema inicial y, sobre todo, el riesgo de las personas, que es por ahora, lo fundamental y ante lo cual se ha priorizado a la población que puede beneficiarse de ella.

¿Quiénes pueden recibir la dosis de refuerzo? Aquellos que “han mostrado no tener igual respuesta a la vacuna que la población general”, explica Carlos Humberto Saavedra Trujillo, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAL Bogotá y coordinador de la Especialidad en Infectología de la Institución. Se trata de “cierto grupo de personas con inmunosupresión con déficit celulares que incluyen a los pacientes hemato-oncológicos”, agrega. Se refiere, por ejemplo, a aquellos que padecen de leucemias linfoides o mieloides.

Por su parte, el médico y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad CES, Carlos Aníbal Restrepo Bravo, complementa que, entre la población que podría recibir una dosis de refuerzo, están quienes hayan tenido, en los últimos dos años, trasplante de corazón, riñón, páncreas, pulmón, hígado, intestino y médula ósea.

Asimismo, personas que padezcan enfermedades autoinmunes como lupus, esclerosis múltiple o artritis, y que estén en tratamiento con medicamentos específicos que bajan las defensas, entre ellos el Belatacept, Rituximab y Fingolimod. También tendrían prelación los mayores de 70 años, quienes cuentan con menor capacidad de respuesta inmunológica.

Para recibir la dosis de refuerzo es necesario que hayan pasado 30 días después de concluir el esquema completo de vacunación contra la covid-19, según Saavedra Trujillo. Lo ideal, expone, es que se puedan beneficiar de un biológico de RNA mensajero, (aquel que, por decirlo así, induce a las células del organismo a producir una proteína, o una porción de ella, que desencadena una respuesta inmune), como el de Pfizer o el de Moderna.

Según el profesor Restrepo Bravo, el estudio que reportó cómo debe ser la mezcla idónea de las vacunas, usó el de Pfizer como el biológico de RNA mensajero, y AstraZeneca como el de vector viral (que usan el virus genéticamente modificado para inducir a una respuesta inmune). Empleadas de esa manera, demostraron ser eficaces en la protección contra la enfermedad grave. La combinación técnicamente se llama vacunación heteróloga y no es nueva, ya se empleó en la década del 90 para combatir el virus del VIH.

Los detalles generales están condensados en la Resolución 1379 de 2021, mediante la cual se modifican lineamientos técnicos y operativos para la aplicación de vacunas contra la covid-19. La normativa también indica que mujeres gestantes pueden acceder a otros biológicos como el de la influenza sin necesidad de intervalos mínimos tras haber recibido el de la enfermedad ocasionada por el SARS-cov-2.

Más recientemente el Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud) aprobó la dosis de refuerzo para los mayores de 70 años, en cuyo caso la aplicación se hará seis meses después de completar el esquema de inmunización.

 

¿Cómo se hará la vacunación de dosis de refuerzo?

Minsalud ha estructurado la manera en cómo se desarrollará ese plan de vacunación con la asesoría de grupos científicos como el Consenso colombiano de atención, diagnóstico y manejo de la infección por sars-cov-2 covid-19. El ente gubernamental eliminó el registro en Mi vacuna, pero todos los vacunados deben estar inscritos en la plataforma Paiweb.

Aunque aún en el país se analiza el plazo propicio para aplicar el refuerzo luego de completar el esquema de vacunación, lo que se ha recomendado hasta ahora, según Restrepo Bravo, es hacerlo 230 días después, es decir, aproximadamente a los 7 meses y 20 días.

“Como ese tiempo no se ha cumplido para personas de población general, que se vacunaron principalmente a partir de febrero, la posibilidad de un refuerzo se estaría debatiendo para noviembre, más o menos”, asegura. No obstante, esta explicación no aplica para inmunodeprimidos, quienes, en caso de contar con el esquema completo, pueden acceder a él desde el 7 de septiembre, cuando se publicó la Resolución 1379 de 2021.

Para quienes les aplicaron la vacuna monodosis Janssen, “lo más probable es que sí necesite una dosis de refuerzo”, dice el profesor de la Universidad CES. Sin embargo, enfatiza en que aún se debe esperar para conocer más información, pues todavía no está bien claro el tiempo de efectividad de la protección. En el caso de Estados Unidos, cita como dato de contexto, se ha reportado un óptimo funcionamiento de los anticuerpos hasta ocho meses después.

 

¿Por qué la población en general aún no requiere una dosis de refuerzo?

Es probable que en un futuro se requiera una dosis de refuerzo para la población en general, según el profesor Patiño Grajales. Sin embargo, la decisión va a depender de estudios que así lo corroboren. Hasta ahora, manifiesta, se conoce que hay disminución paulatina de la respuesta inmune con el paso del tiempo y después de la vacunación incluso en quienes ya han padecido covid-19.

En este momento y con las variantes reconocidas, “no se ha mostrado que la población general requiera de un refuerzo”, puntualiza el profesor Saavedra Trujillo y afirma que “es un error no considerar la inmunidad celular de memoria que es capaz de reconocer el agente patógeno, lo que significa que, en condiciones normales, cualquier vacuna o sistema de defensa se estimula con la presencia del agente infeccioso, hace que se generen anticuerpos que duran un periodo determinado que puede ser entre seis y 18 meses”.

Explica que, a la par que las células adquieren competencia para reconocer el patógeno, son capaces de evitar que afecte a los individuos. Para el caso de la covid-19, dice, la respuesta inmunológica puede durar hasta 17 años, información que según él se conoce, dado que el virus SARS-cov-2 que produce la covid-19 es similar a otro coronavirus: el SARS-cov, el cual generó la epidemia de síndrome respiratorio agudo grave en 2002, del que se tiene mejor información.

De acuerdo con el profesor, quienes sobrevivieron a la infección de ese entonces, “al enfrentarse al SARS-cov-2 mostraron que habían adquirido respuesta inmunológica que los protegió a partir del reconocimiento celular de similitudes entre ambos virus, de tal forma que existe memoria celular”.

Refiere estudios que algunas variantes del virus SARS-cov-2 con mayor capacidad de replicarse, como ocurre con las variantes Muy Delta. Explica: “Cuando un individuo inmunizado se enfrenta a una de ellas pueden producir infección con manifestaciones leves, pues la respuesta inmune depende de la estimulación de las células para generar anticuerpos suficientes que pueden demorarse en evitar la infección, pero son eficientes para que el virus no invada el cuerpo”.

 

La posibilidad de que la covid-19 se convierta, en un futuro, en enfermedad endémica

El profesor Saavedra Trujillo expone que es probable que el virus pase de ser epidémico a endémico, y generar el mismo tipo de infecciones como el catarro o resfriado común, que tuvieron la misma historia, pero no fueron tan agresivos. En esa medida, sería posible requerir refuerzos, aunque no se sabe aún la periodicidad.

“Considerar un refuerzo es desproporcionado al momento actual, agrega”. Su conclusión fundamental es que lo importante es continuar con los estudios genómicos y el seguimiento a las nuevas variantes virales.

Queda, de acuerdo con el docente Patiño Grajales, seguir la investigación sobre la biología del virus, los tipos de biológicos y desarrollar (a mediano y largo plazo, cuando se tengan más datos) vacunas con miras a establecer una óptima protección “en el sitio de entrada” para producir respuesta inmunológica, particularmente en las vías respiratorias o en el tracto gastrointestinal, a fin de evitar la infección, algo que no es posible con las vacunas actuales, pero que sí funcionan para disminuir el riesgo de la enfermedad grave y proteger contra distintas variantes.

(FIN/KGG)

20 de septiembre de 2021