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Angela Merkel fue canciller federal de Alemania desde 2005. Foto: AFP / Tomada de bit.ly/3l1beFc

 

La salida de la líder alemana de la cancillería federal ha suscitado inquietudes sobre los posibles riesgos que puede acarrear que una líder como ella se haga a un costado. Sin embargo, analistas explican que la discusión debe orientarse a temas más estructurales y profundos, y comentan cuáles son los desafíos de Olaf Scholz, quien la sucede en el cargo.

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Angela Merkel fue la primera mujer en desempeñarse como canciller Federal en Alemania. Fue elegida el 22 de noviembre de 2005 y luego de 16 años en el cargo, en septiembre de 2021 no se presentó a las elecciones.

Inicialmente los opcionados para sucederle fueron: Armin Lashet, representante de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Cristianosocial (CSU); Annalena Baerbok, del Partido Los Verdes, y Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), quien fue el elegido como canciller por el Parlamento la semana anterior.

Según Aaron Tauss, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, aunque los medios han advertido sobre los supuestos riesgos que implica la salida de Merkel, no considera que la estabilidad de la Unión Europea dependa de ella como figura política, exclusivamente.

El docente lo afirma, teniendo en cuenta que Scholz “no es un candidato que pone en cuestión la orientación neoliberal de la Unión Europea o la importancia de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en países europeos. Ve la alianza con Estados Unidos como la más importante y asume una posición crítica frente a Rusia y China. En ese sentido, veo pocas diferencias”, dice.

Él llama la atención acerca de que, “lo que hacen los medios de comunicación y muchos analistas, es personalizar la política, pero en últimas, tenemos que entender que esta tiene que ver con relaciones de poder, que es más compleja y en el capitalismo siempre está arraigada a producciones y propiedad”.

Los temores existen, según Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, porque Merkel tuvo un liderazgo “muy fuerte en Europa”, dado que “superó crisis tras crisis”, algunas de ellas: la del Estado Islámico y la guerra entre Rusia y Ucrania.

En ese sentido, la manera en cómo Merkel lideró durante 16 años generó legitimidad, algo que se construye y que es el desafío para Scholz, de acuerdo con el docente de la Universidad del Rosario.

 

Lo que asumió y significó Angela Merkel

La canciller comenzó su cargo en un momento crítico por la guerra de Irak y la marcada hegemonía norteamericana sobre el Oriente Medio. Su predecesor, Gerhard Schroeder, se había opuesto. Lo que hizo ella fue “hacer contrapeso real a la potencia de Estados Unidos y devolverle un poco el protagonismo a Europa que parecía extraviado, y hoy vemos que es indispensable en temas como el calentamiento global”, dice el profesor Jaramillo Jassir.

Agrega que Merkel, además, superó crisis financieras como las que se dieron en Grecia, Irlanda, Italia y España, y la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que se conoce como el Brexit.

Para él, la excanciller se volvió referente de la garantía de derechos humanos de migrantes, pues incluso antes de la crisis reciente en Kabul, Alemania ha sido el país que históricamente ha recibido a más afganos “y ha liderado la idea de que los europeos tienen responsabilidad sobre los refugiados que han llegado, sobre todo, del Medio Oriente y el norte de África”. En esos aspectos, asegura, “se resume lo que ha significado Angela Merkel no solamente para Alemania sino para el mundo”.

Añade, que fue una líder que construyó consensos con los partidos, y que de no haberlos renovado, no habría permanecido tantos años en el poder. Otro aspecto que destaca el profesor Tauss sobre Merkel es que ella, como figura política, fue importante para “el triunfo de la socialdemocracia, en tanto que lo logró, de manera significativa, al “empujar a su partido un poco hacia la izquierda”.

Tras su retiro, lo más probable que pase, considera el docente Tauss, es que Alemania, por primera vez desde los años 50, realice una alianza política entre los tres partidos y así se teja una “nueva constelación política, lo que sí configuraría un cambio”.

 

Algunos retos

En una esfera más amplia que la Unión Europea, Scholz tendrá que asumir retos en temas en los que Alemania es crucial, según el académico Jaramillo Jassir.

Un ejemplo es la crisis nuclear con Irán, cuya negociación depende en buena parte de Estados Unidos. Durante el gobierno de Donald Trump el país ubicado en el Golfo Pérsico fue acusado de incumplir compromisos establecidos en 2015 y la nación norteamericana se retiró de las negociaciones a las que el actual presidente, Joe Biden, ha manifestado las intenciones de retomar.

“Ahí están los cinco grandes de​l Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, entre los que están Reino Unido, Francia, Rusia y Alemania”, expone. Sholz, entonces, “deberá probar mucha tesón y coherencia, porque la posición europea es más pragmática que la de Estados Unidos”, añade.

 

Un desafío trascendental

Como Tauss, Gabriel Méndez Hincapié, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad Autónoma de Manizales, no cree que haya riesgos que tengan que ver con la salida de Merkel como figura política.

A su criterio, la Unión Europea fue mal construida, en tanto el mecanismo de avance ha sido divisorio y conflictivo: “Las economías más fuertes, que son Alemania, Francia y Gran Bretaña empezaron a oponerse a los demás y lo que hacía Merkel era mediar”.

Quedan, según él, los problemas que Merkel no solucionó, que atañen a qué se va a hacer a futuro con la Unión Europea: “¿Realmente se van a federalizar, a tener una política común exterior de defensa o van a ahondar en la unión bancaria?, porque hay peligro de que Francia o Italia colapsen económicamente y se retiren”.

Plantea que el desafío es más profundo, porque: “Merkel fue una bombera, pero no un arquitecto, y lo que necesita Alemania es uno que repare el edificio, que lo acabe de construir. Ella no resolvió crisis estructurales, sino puntuales”.

(FIN/KGG)

4 de cotubre de 2021