Escudo de la República de Colombia
A- A A+
La reflexión sobre violencias contra las mujeres, cree otra analista, debe ir más allá de íconos como el caso de las hermanas Mirabal, y visibilizar víctimas de la cotidianidad. Foto: reproducción - tomada de bit.ly/30KLKof.

Profesoras especialistas en género y derechos humanos analizaron las vulneraciones que continúan sufriendo las mujeres y los desafíos que existen para asumirlas. Algunas de ellas coinciden en que la reflexión debe trascender a la fecha adoptada por Naciones Unidas para rechazar actos de agresión en contra del género femenino.
---

Cada 25 de noviembre desde 1999 se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con el propósito de denunciar las violencias contra las mujeres y exigir políticas para erradicarlas. Fue la Asamblea General de las Naciones Unidas la que instauró la fecha luego de que el movimiento feminista tomara esta iniciativa en 1981.

En la Resolución 54/134 del 7 de febrero de 2000, a través de la cual se creó la fecha conmemorativa, se entiende violencia contra la mujer como “todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

El documento señala también que la violencia contra la mujer es una manifestación de unas relaciones de poder “históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a que ellos las dominen, discriminen o subordinen, y constituye un grave problema de salud pública y la violación de los derechos humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que entre las múltiples formas de violencia estima que alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y sexual en algún momento de su vida.


¿Instaurar una fecha es importante para crear consciencia?

El 25 de noviembre fue elegido como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para recordar el día de 1960 cuando fueron asesinadas las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes se opusieron a la dictadura del entonces presidente dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

¿La fecha conmemorativa puede ser un agente de cambio? Depende del contexto, según la dominicana Elissa Lister, profesora del Departamento de Estudios Filosóficos y Culturales de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, para quien el hecho de asumir a las hermanas Mirabal como estandarte de las violencias en contra de las mujeres ha tenido un efecto negativo específicamente en República Dominicana en el sentido en el que silencia dos realidades importantes de desigualdad.

La primera, expone, en el mismo contexto en el que ocurrió el asesinato al final de 1960 porque eran mujeres pudientes, de la burguesía provinciana y la violencia la ejerció el dictador. Lo que ocurre, agrega, es que en un régimen así “la gran generalidad de los hombres, sobre todo de la Policía y el Ejército” ejercían violaciones y atentados contra la integridad de ellas. “Todo eso se borra y se ve al alto nivel, pero lo que sufre el conjunto de la población, sobre todo mujeres afrodominicanas, campesinas y de sectores obreros, que fueron torturadas, queda silenciado. Pareciera que el responsable es Trujillo y no toda una estructura social patriarcal, machista y autoritaria”, asegura.

El otro asunto, añade, es que, cuando “se enarbola en el contexto actual al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las hermanas Mirabal y República Dominicana, se podría pensar que ese origen y asociación implica una democratización y respeto a los derechos humanos, pero los de las mujeres de allí están sumamente vulnerados por el Estado y la sociedad”.

Ahora bien, en un contexto más amplio e internacional la docente Lister considera que la declaratoria del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es significativa y espera que ocurra lo mismo que con el 8 de marzo, que ahora tiene “mayor poder” en la medida en que ha habido movilización, pues hasta hace unos cinco años pasaba desapercibido y lo que hacía era regalar rosas y tarjetas. Una cosa, dice, es que las fechas se queden en los formalismos de los escritorios y las efemérides. Otra, que haya apropiación social que movilice y a partir de la cual se cree consciencia.

Para Rosa Emilia Bermúdez Rico, profesora del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad del Valle, y directora del Centro de Estudios de Género, Mujer y Sociedad del mismo plantel de educación superior, en la actualidad sí hay un cambio en la acción colectiva.

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, menciona, sí tiene una dimensión de ejercicio ciudadano, político, de cambio cultural y caracterización de lo que llama un momento histórico en relación con las luchas que se han venido dando en los últimos cinco años en América Latina para tener vidas libres de agresiones.


Entender las violencias

¿Qué significan las violencias para cada quién? Es una pregunta que todos deberíamos hacernos, según Carmenza Sánchez Quintero, profesora del Departamento de Estudios de Familia de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Caldas, y directora del Observatorio en Género y Sexualidades de la misma institución, para quien es necesario comprenderlas. En ese sentido, destaca las posturas de la autora Francesca Poggi, pues recomienda hacerlo en cuatro formas: restringida, medianamente restringida, moderada y amplia.

La primera identifica la violencia física; la segunda está referida, en un sentido amplio, a las amenazas; la tercera, a las humillaciones, por ejemplo; y la última, a la que produce daños físicos, psicológicos o económicos. Para ello, manifiesta, son esenciales los procesos educativos distintos que analicen estas situaciones. Así, agrega, “dejaríamos de naturalizar muchas de la vida cotidiana que se dan en familia y en ámbitos sociales”.

En ese sentido, cree que hace falta vincular a los hombres. “Si estamos hablando de violencias es porque hay alguien que la ejerce y otro que la padece. No obstante, hay una figura que destaca, por su parte, la profesora Bermúdez Rico. Se trata de las amigas, dispuestas “a confrontar e interpelar a la institucionalidad por no garantizar la protección, y una expresión contundente ante el nivel de vulnerabilidad que las jóvenes están viviendo por eso se masifica el performance del colectivo Las Tesis que surge en 2019 y se han vuelto un ícono”.


La tarea pendiente

Para la profesora Lister hay ambivalencia cuando se trata de reflexionar sobre violencias contra las mujeres, y de esto debe quedar una importante reflexión. Manifiesta que hay asuntos en los que se avanza como en la creación de secretarías de mujeres y de género, pero en la misma medida se debe asumir, por citar algunos casos, que la desigualdad en el salario, el acoso sexual y los piropos son parte de un tipo de violencia.

Asegura que el reconocimiento de las violencias y su eliminación debe plantearse desde el Estado como garante de derechos humanos, las instituciones como promotoras y facilitadoras de escenarios para reivindicar la validez de los mismos y, por supuesto, de la sociedad.

(FIN/KGG)

22 de noviembre de 2021