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El Grupo Nutresa se denominó antes Grupo Nacional de Chocolates. Foto: archivo particular – Portafolio / tomada de bit.ly/3DgGmX9

 

Analistas exponen que a pesar de que no están muy claras las intenciones, la operación podría resultar positiva para ampliar el mercado y que para beneficiar a Colombia deberían darse unas reglas de juego. Docentes universitarios explican el caso.

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El 27 de noviembre se comenzó a ejecutar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) que finalizará el 17 de diciembre y con la que Nugil, firma del grupo Gilinski, busca adquirir parte de Nutresa, conglomerado de procesamiento de alimentos, propiedad del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) que vende productos en unos 78 países.

Según Camilo Ignacio Coronado Ramírez, profesor del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín, la pretensión de compra de Nutresa por Gilinski es parte de una tendencia a la oligopolización global, que se ha dado en el mundo desde finales de los años 70.

Los mercados nacionales estaban concentrados desde los años 30 pero con la globalización se han ampliado y Colombia no ha sido ajeno a eso, dice. Particularmente, se incrementó desde mediados de los años 90, cuando la inversión extranjera comenzó a ser representativa en el interés para adquirir firmas a fin de acrecentar los mercados e incidir en precios y tecnologías.

Gilinski lo que está haciendo, afirma el docente, es ingresar en un negocio atractivo de un sector que no es el suyo: “Tomar el control de la firma sería aprovechar una coyuntura importante que hace que se abaraten las acciones para venta en el extranjero, que para el caso de Nutresa y el Grupo Sura han estado bajas en los últimos años. Esta es la opción dorada para adquirir unas empresas que son un diamante”.

El Grupo Gilinski ofreció pagar unos 7,71 dólares por cada acción. Teniendo esto en cuenta, Robert Ng Henao, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Medellín, explica que la OPA es considerada como hostil.

De acuerdo con el docente Coronado Ramírez, “aunque parece muy generosa la propuesta, es realmente muy barata cuando se analiza el valor de la acción en los últimos años, casi que la estaría comprando a precio de mercado. No es, pues, la gran oferta en la que un inversionista inteligente pudiera pensar, a menos de que buscara un negocio a corto plazo”.

Para Carlos Mario Correa Londoño, profesor del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, es posible que Gilinski quiera fortalecer a nivel internacional su organización para cotizar mejor en la bolsa, teniendo en cuenta que se trata de un grupo banquero. Es contradictorio, agrega, que Nutresa sea rentable y bien sostenible, sobre todo en gobierno corporativo, pero que no se refleje su crecimiento en el mercado de valores.

En ese sentido, asegura que la OPA surge de la subvaloración de los activos nacionales, y que es discordante que empresas como Nutresa no reflejen su valor real y es resultado de la composición accionaria que establece el GEA, “ya que la idea de mantener el control del grupo y de las empresas que lo conforman, debilitó el precio de la acción a lo largo de los años”.

Al respecto, el docente de la UNAL Medellín cree que a Nutresa “no se le puede mirar por el precio de la acción hoy en día ni de los últimos cinco años, porque su valor no se expresa en las estadísticas sino en el enorme potencial que se puede disfrutar a partir de capacidades competitivas en materia de innovación, gestión empresarial y la capacidad de aprendizaje que ha demostrado para incursionar en nuevos mercados y desarrollarlos”.

Lo que también contempla Gilinski es adquirir por lo menos el 50,1% de las acciones de Nutresa, máximo de 62,62%, como lo informaron varios medios de comunicación que indicaron que incluso podría quedarse con una participación minoritaria en caso de no encontrar suficientes socios. No obstante, el jueves 1 de diciembre se reportó que hubo 130 socios que aceptaron vender acciones de la multilatina a Nugil.

¿Esa operación podría beneficiar al país? El docente Correa Londoño cree que sí, mientras se sigan respetando las condiciones y haya políticas de crecimiento. “Lo que pasa es que el empresario colombiano no busca mayores oportunidades en el mercado internacional, muchas veces se queda en zonas de confort cuando hay rentabilidad. Lo más estratégico sería que se expandiera a más países. Lo ideal es ampliar esa gran cadena para competir con grandes multinacionales”, expone.

Si Gilinski fomenta políticas encaminadas a un crecimiento, destaca, sería interesante para retribuir, por ejemplo, impuestos locales. El problema, añade, es si el capital no se queda en Colombia, pero, en conclusión, por ahora hay muchos interrogantes.

Por su parte, el profesor Ng Henao, manifiesta que el primer día de la OPA se movieron acciones que no fueron vendidas a Gilinski, por lo que considera que, “de todas maneras, la oferta está agilizando el mercado de valores y podría hacerlo más”.

Añade que es imposible que Nutresa acceda a la venta del 50.1% aunque es vital la decisión de dos fondos de pensiones: Protección (del GEA) y Porvenir. “En ambos hay un 20,4% muy interesante de propiedad que se puede considerar en posibilidad de generar mayor valor a los accionistas. Lo menos probable es que piense vender, aunque generaría beneficios para la economía colombiana y de Antioquia, porque los mayoritarios pueden recibir entre 1.800 y 2.000 millones de dólares que podrían usar para pagar deudas y enfocar recursos en sectores transversales a las razones sociales de los negocios”, agrega.

Por otro lado, con respecto al anuncio reciente del interés de Gilinski en el Grupo Sura para el cual generó otra OPA, el profesor Coronado menciona que Nutresa es una “excelente inversión”, pero “sin lugar a dudas” esa última intención “es parte de la estrategia de un juego más grande: Gilinski quiere llegar como dominante al mercado colombiano y América Latina a través de los seguros y los bancos, de los cuales los mejores están acá”.

Con respecto a la venta comenta que ojalá se pudieran conservar élites empresariales más comprometidas. “No creo que sea el momento de retirarse, si es posible innovar con éxito es en el sector alimentario”, concluye.

Para el profesor Correa Londoño, esta propuesta se puede entender de dos formas. Inicialmente, como el intento por establecerse dentro del GEA y, de esa manera, tomar participación en todas las empresas que lo conforman, “ya que comprar Sura implica comprar parte del grupo Argos, Celsia, Nutresa, Protección, entre otros”.

Asimismo, afirma que puede ser la respuesta al anuncio de Sura por buscar nuevos socios estratégicos y apresuró la OPA “con una prima que se torna muy difícil de rechazar”.

Acerca de lo que pueda representar para la economía colombiana, expresa que esta oferta es muy beneficiosa, en tanto los movimientos corporativos de este tipo hacen más visible a Colombia en el contexto de mercado global.

“Es muy bueno que grandes grupos de inversión miren a Colombia como un escenario factible y traigan flujos de inversión importantes y que se interesen por participar en la producción nacional. El problema en el país es que los grupos empresariales tienen una historia de regionalismo y sectorización del movimiento empresarial y una oferta de este tipo se puede interpretar como la pérdida del sentido de pertenencia”, concluye.

(FIN/KGG)

6 de diciembre de 2021