La decanatura en la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas (FCHE) durante el periodo 2020-2022 enfocó sus acciones en cuatro ejes estratégicos y un eje transversal, que apuntaron a la transformación de las condiciones académicas y sociales de estudiantes, docentes y laborales para el personal de apoyo administrativo.
El primer eje desarrollado en esta unidad académica fue el de cultura del aprendizaje en el marco de la gestión y los procesos académicos; concentrados en el aseguramiento de la calidad de los programas de pre y posgrado, con la migración hacía los nuevos modelos de acreditación a nivel nacional, que empezaron a implementarse en el 2020 con un enfoque en evaluación de impacto y resultados de aprendizaje.
“Esto implicó hacer una lectura a profundidad de nuestros programas a luz de las nuevas normativas, en clave de armonización curricular, para esto se inició con una serie de conferencias y talleres con los docentes de la Facultad, y posteriormente se designaron comisiones que revisaron los Proyectos Educativos de los Programas -PEP-. Descubrimos que estábamos desarticulados, además que los objetivos que se declaran en los programas no están lineados con la oferta de asignaturas, y que tenemos perfiles profesionales y no de egreso, que es lo que podemos asegurar”, afirma Johanna Vásquez Velásquez, decana de la FCHE.
En este primer objetivo se destacan también acciones como la conformación de la Red de Egresados de la Facultad, que busca conocer al impacto en el medio social, político y económico. Además de los procesos de formación y articulación permanente con los profesores, identificando las necesidades para realizar intervención, y la creación del programa de mentores AMAUTA, con la participación total de 200 estudiantes, donde los más avanzados acogen a los de ingreso para ayudarlos en esta nueva etapa. Se restructura el programa de tutorías académicas y se crea la unidad de permanencia y graduación y el programa pregúntame por el trámite, actividades que permiten crear un ecosistema de permanencia y graduación en el marco del Sistema de Acompañamiento Estudiantil -SAE-
Como segundo eje se trabajó en la integración de los procesos de investigación para la creación de conocimiento y la solución de problemas, logrando pasar de 3 mil a 17 mil millones de pesos obtenidos en proyectos de extensión con importantes entidades públicas y privadas de la región.
“Subir esta cifra implicó una ardua gestión, con impacto territorial muy importante en los proyectos que hemos participado, como han sido la creación de los documentos técnicos de políticas públicas para la ciudad en no violencia, participación ciudadana, población migrante y el sistema municipal de cuidados, además de otros procesos importantes con el Área Metropolitana sobre educación ambiental, la Secretaría de Educación con formación de docentes, y la Secretaría de Educación de Medellín con el modelo de simulación de Naciones Unidas para los colegios públicos de la ciudad”, explica Vásquez Velásquez.
Su tercer objetivo estratégico fue el bienestar integral, lineamientos y estrategias para la permanencia y graduación estudiantil, a través de la diversificación de las apuestas desde Bienestar, no solo vistas como algo social sino desde lo académico, como el trabajo de los grupos de investigación y las revistas estudiantiles.
Se destacan en este eje la formación y capacitación interna al personal en violencias basadas en género, charlas sobre plagio, además de actividades para disminuir el riesgo psicosocial en las personas de apoyo administrativo y la inclusión de los catedráticos y ocasionales a diversas estrategias de Facultad.
La gestión académica, administrativa y las comunicaciones también fueron parte de los objetivos propuestos en este, donde se centralizaron todas las actividades de divulgación y de trasferencia de conocimiento por los canales institucionales de la Facultad, con una mayor participación de la comunidad.
“En este cuarto eje buscamos asegurar los flujos de caja para la ejecución de los proyectos de investigación, además de inversión en infraestructura, por lo que logramos que en el plan de acción de la Sede esté el cambio del techo del bloque 46, además de adecuaciones a oficinas de profesores y la propuesta para la creación del Centro de Lectura, Escritura, y Oralidad transversal a las demás facultades y articulador de proyectos como las bibliotecas y centros editoriales”, explica Johanna Vásquez Velásquez.
Equidad, inclusión, articulación y excelencia
Repensar la Facultad desde la igualdad de género conllevó varias acciones que apuntaran a cumplir dicho objetivo, como la promoción y prevención de violencias basadas en género, articulada al protocolo que tiene la Sede en este tema.
“Lo que encontramos es que a nivel nacional se ha concentrado mucho el tema en atención de violencias basadas en género pero pocas actividades relacionadas con promoción y prevención, por lo que desde la FCHE emprendimos diversos procesos que incluyen información para identificar violencias recurrentes, la caracterización en el campus de las diferentes tipologías de violencias y una guía para que estas no lleguen a atenciones, porque creemos que concentrar un protocolo en atención es una violencia simbólica”, agrega Vásquez Velásquez.
En esta misma línea se han realizado diagnósticos de la población LBGTIQ+ y la caracterización de los miembros de la Facultad que tienen necesidades educativas especiales, para conocer su contexto y así trabajar en pro de su permanencia y graduación en programas focalizados
“Los cargos administrativos son interesantes por la posibilidad de transformar ideas en hechos, y lograr cambios reales. En términos generales creo que este periodo de decanatura tuvo mucho énfasis en la permanencia, la graduación y lograr el bienestar de los estudiantes, con un enfoque marcado en género y equidad, a nivel de docentes generar un ambiente armónico y tranquilo y lograr apoyarlos en sus procesos con tiempos de respuesta ágiles”, concluye la decana Johanna Vásquez Velásquez.
(FIN/DQH)
8 de agosto de 2022