El Plan Campus es un instrumento de planificación que permite pensar el crecimiento de la infraestructura de todos los campus de la UNAL Medellín y así tener una guía para el mejoramiento y aprovechamiento de sus espacios físicos y naturales.
Este Plan agrupa diferentes programas y proyectos para la Universidad, enmarcado en las directrices nacionales dadas a partir de la Ley 9 de 1989 y afianzadas en la Ley 388 de 1997, que da origen a los Planes de Ordenamiento Territorial -POT- en todo el territorio nacional.
Estos POT tienen vigencias de 12 años para revisiones y ajustes en su normal estructural, y direccionan el desarrollo de los territorios en términos ambientales y físico-espaciales con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población. Siendo así, el Plan Campus es un instrumento para el ordenamiento territorial, pero a escala de la Universidad, articulado a los lineamientos municipales, y con un horizonte de trabajo específico entre el 2020 y el 2040.
Marco Aurelio Londoño, arquitecto y jefe de la Sección de Planeación Territorial de la Oficina de Planeación y Estadística de la UNAL Medellín afirma que: “un ejercicio de este tipo se ejecuta por medio de un plan maestro que responde a la pregunta de ¿cómo nos estamos soñando nuestros campus a futuro? Debemos hacer lectura de diferentes capas: el entorno natural, la movilidad, la infraestructura, y por supuesto las necesidades de nuestra comunidad. Una vez analizados estos componentes y se llegue a un acuerdo colectivo, el Plan deberá ser validado por el Consejo de Sede”.
La Universidad ha sido pionera en los procesos de planificación de la ciudad y sus propios terrenos. Este año y por requerimiento del Municipio de Medellín, el Plan maestro de los campus El Volador y del Río son los campus con prioridad de revisión. El Plan en el 2020 revisará, actualizará y consolidará un proceso de planeación histórica: “en estos 20 años la idea es que atendamos gran parte de las tareas pendientes, seguir orientando y desarrollando los campus de la UNAL de acuerdo a la visión que se estableció y se sigue discutiendo”, comenta el arquitecto Londoño.
Acciones directas del Plan Campus 2020
La meta general del Plan Campus es planear de forma coherente y ordenada la disposición, construcción y conservación de los espacios construidos (aulas, laboratorios y oficinas) en equilibrio entre los espacios abiertos como plazoletas, andenes, vías y zonas verdes.
Otro aspecto importante de este Plan son las denominadas vocaciones por edificios, donde a través del Sistema de Administración y Gestión de Espacios (SAG) se comienza a medir e inventariar en detalle cada espacio de la Sede. Esta herramienta determina lugares para educación, investigación y administración, así como también las condiciones de infraestructura de los bloques.
Con relación al desarrollo de los proyectos de infraestructura “Nuestra postura es valorar ejercicios que ya se han hecho en administraciones anteriores, identificando como primera estrategia la consolidación del área administrativa del Campus El Volador, la ampliación del Bloque 42A y la redensificación del 42 que puede duplicar la capacidad de personal, lo que permitiría no sólo agrupar en estos edificios las tareas administrativas que liberaría espacios para ser usados como aulas y laboratorios como por ejemplo el Bloque 19”, asegura Londoño.
Para Juan Manuel Muñoz, representante estudiantil del pregrado en Construcción de la Facultad de Arquitectura el Plan es pertinente pues, “busca mejorar el perímetro del Campus El Volador, y establece unas zonas de transición, y de comercio hacía el exterior incluso para comercializar productos propios, creando una mejor dinámica sociedad-universidad”.
Una de las apuestas más concretas del Plan es reducir la huella de carbono que genera la Universidad, identificar y delimitar los elementos básicos del medio ambiente preservando el patrimonio ecológico y cultural. La regulación del uso equitativo y racional del suelo y la organización y coordinación de los recursos públicos también están contemplados.
Dentro de los programas que se vienen estudiando está la consolidación de usos en los edificios según su vocación, el reconocimiento de predios, el campus sostenible y accesible, la revitalización de los Bienes de Interés Cultural (BIC) de la Sede, espacios públicos y escenarios deportivos, y nuevos desarrollos de cara a la ciudad, entre otras iniciativas que se vienen trabajando de la mano de Bienestar Universitario y la Oficina de Gestión Ambiental (OGEA).
El Plan tiene perspectivas diferentes para cada campus de la Sede, sin embargo, hay quienes opinan que debería pensarse más en conjunto, “asignar usos únicos a cada campus, (Del Río, El Volador, Robledo), a mi parecer es desacertado porque no buscan conectar sino aislar. Además, no se tiene en cuenta un plan para proyectar nuevos pregrados o posgrados que se puedan abrir”, comenta Muñoz.
Los recursos destinados para este proyecto serán gestionados por cada administración que tenga la universidad en los próximos 20 años, así como por las decisiones financieras del Ministerio de Educación. Sin embargo, se están buscando metodologías de consecución de recursos distintas, como la formulación de proyectos o a través del Sistema General de Regalías.
“El Plan debe ser una labor continua y debe ser participativo considerando a toda la comunidad universitaria. Lamentablemente la propuesta del nuevo Plan Campus, que fue realizada por la firma externa Javier Vera en 2018, se hizo sin una participación real, y sin tener en cuenta las necesidades y proyecciones de los diferentes estamentos de la Sede. Por ese motivo, se conformó la actual Mesa de Trabajo que tiene un cronograma de discusión, análisis y socialización ya definido para los próximos meses”, comenta Fernando Orozco, profesor de la Facultad de Ciencias e integrante de la Mesa de Trabajo del Plan Campus.
30 de marzo de 2020