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La sección trabaja actualmente con la Vicerrectoría y la Biblioteca en la priorización de estudiantes que tienen problemas para la conectividad y así darles un uso eficaz a los recursos dispuestos para esta coyuntura.

 

Empezar un proceso formativo en la UNAL Medellín implica retos académicos y personales. Por esto la Sección de Acompañamiento Integral de Bienestar Universitario está presta a facilitar programas y herramientas que construyan un tejido social incluyente entre todos los miembros de la Sede.

El artículo 15 del acuerdo 007 del 2010 establece los programas de Acompañamiento Integral, cuyas acciones van dirigidas a los estamentos de toda la comunidad universitaria. Y aunque la naturaleza de Bienestar Universitario es acompañar a los estudiantes, esta Sección en particular, cumple su objetivo trabajando en red con profesores y funcionarios administrativos.

Los cinco programas específicos que maneja esta dependencia han sido fundamentales para la Sede en temas como la promoción de los valores institucionales, la inclusión social a través de acciones para poblaciones vulnerables y el fortalecimiento del potencial humano.

Inducción y preparación para el cambio

Las jornadas de inducción son el acercamiento más real que un estudiante puede tener con su nuevo contexto universitario, por esto deben ser planeadas especialmente, para poder resolver sus dudas, pero sembrando además el sentido de pertenencia necesario para afrontar un pregrado.

El programa de Inducción y Preparación Para el Cambio maneja poblaciones focalizadas como son los estudiantes admitidos en primera matrícula, de movilidad y de reingreso. El saludo de bienvenida para los admitidos del semestre 2020-2S contó con la participación virtual de 1058 estudiantes.

“La asistencia mejoró muchísimo en estas jornadas de inducción virtuales en comparación a las anteriores presenciales. Sin embargo, este proceso de acompañamiento no será de una semana, pues todas las herramientas que los admitidos necesitan se les darán a conocer paulatinamente durante el semestre, ya que los estudiantes han manifestado que con la virtualidad les llega demasiada información, pero no saben cómo usarla”, asegura Nancy Patiño, encargada del Programa.

“Para los estudiantes nuevos como yo, las jornadas de inducción virtuales son demasiado pertinentes, sobre todo cuando no puedo acceder presencialmente a los servicios y espacios de la U, pero aún así necesito hacer uso de ellos desde casa, como prestar un libro en la biblioteca por ejemplo”, afirma Simón Gómez, admitido al pregrado de Arquitectura.


Desarrollo del potencial humano

Atender a personas víctimas de violencias basadas en asuntos de género y vincular efectivamente en todas las dinámicas universitarias a los estudiantes con discapacidad, son los dos frentes de trabajo de este programa, que se piensa y transforma día a día según las necesidades de la Sede.

Para los asuntos relacionados con violencia de género, el enfoque que le da la Universidad está dirigido a toda la comunidad, pues se es consciente que estos casos no solo afectan a las mujeres o a la población LGBTI, sino que transversaliza la vida de todos.

“En el caso de las personas con discapacidad tenemos una ruta de atención que privilegia condiciones de permanencia, garantizando acciones pertinentes para que el o la estudiante pueda contar con todas las condiciones de accesibilidad para su formación profesional, trabajando en sinergia con otras dependencias de la Universidad para que se cumplan las políticas establecidas por la Sede en estos asuntos”, comenta Steeven Otálvaro, psicólogo encargado de este Programa.

Dichas condiciones de accesibilidad a la información consisten en realizar ajustes razonables que van desde un examen de admisión adaptado a la necesidad del postulado, así como un proceso riguroso de acompañamiento psicosocial y académico una vez es admitido.

“El acompañamiento no es solo a los estudiantes si no también a los profes que les enseñan, pues nosotros les brindamos herramientas pedagógicas para garantizar que ellos puedan transmitir su conocimiento sin ningún limitante”, dice Otálvaro. 

Sin embargo, para lograr las mejores condiciones para los 20 estudiantes con discapacidad que se encuentran matriculados en la UNAL Medellín, se han realizado trabajos con dependencias como la División de Bibliotecas, que ahora cuenta con un escáner especial que puede leer cualquier libro, guardando el archivo en audio, ideal para las personas invidentes. También con la Dirección de Ordenamiento y Desarrollo Físico se adquirieron máquinas orugas ubicadas en algunos bloques que no cuentan con ascensor, lo que permitirá a personas con dificultades motoras permanentes o transitorias, desplazarse con mayor facilidad por los campus. 

La virtualidad no ha sido un inconveniente para los beneficiarios de este programa, pues con la digitalización de los documentos, el acompañamiento de los intérpretes en lenguaje de señas y el no tener que movilizarse hasta los campus ha favorecido el desempeño de la mayoría de estos estudiantes, que encuentran en la casa y en la tecnología, los mayores aliados para su proceso formativo.


Gestión de proyectos

Los diferentes grupos estudiantiles de la Sede son la población con la que trabaja este programa que apoya ideas creativas para favorecer la creación de líderes universitarios, a través de proyectos que impulsen el bienestar de la comunidad.

El programa realiza acciones como talleres de liderazgo, trabajo en red, emprendimiento y comunicación asertiva. Además de convocatorias anuales que otorgan recursos para la ejecución de los proyectos. 

“A la fecha se encuentran registrados 48 grupos estudiantiles, con una población total de 693 miembros de la comunidad universitaria. El año pasado por ejemplo se realizó un proyecto con el grupo estudiantil GRAECO en la huerta de la Sede, donde se capacitaron agricultores del Occidente antioqueño y se realizó un intercambio de conocimiento en siembra y cosecha”, dice Catherine Calad, profesional encargada del Programa. 

“En la formación a grupos estudiantiles cada uno de los profesionales de la Sección va y los capacita en temas de convivencia, inclusión y bienestar, que se ven reflejados en sus proyectos, aprendiendo que no solo importa la ciencia, sino que el componente social también es vital”, asegura Dora Cecilia Cardona, jefe de la Sección de Acompañamiento Integral. 


Acompañamiento en la vida universitaria

Si bien este programa realiza un seguimiento psicosocial constante a cualquier estudiante que lo solicite, su población principal es aquella que ha sido víctima del conflicto armado y los que realizan una movilidad nacional entre sedes (PEAMA).

Con diferentes asesorías a nivel individual y grupal, se detectan los riesgos que tienen los estudiantes para su adaptación a la vida universitaria, y con acciones concretas se busca ayudarlos con desarrollo de habilidades que fortalezcan la toma de decisiones académicas y sociales.

Actualmente el programa realiza el Seminario Virtual de Pre-movilidad por medio de Meet o de Whatsapp, a aquellos estudiantes que están en su lugar de origen, pero pertenecen este semestre a la Sede Medellín. Y como comenta Lina Marcela Palacio, psicóloga del programa: “la virtualidad ha sido para nosotros una oportunidad de crecer, aprender e innovar, saber trabajar con lo que tenemos, tolerando al otro en sus dificultades en la conectividad”.

Acompañamiento en la vida universitaria brinda atención psicosocial y psicopedagógica a 447 usuarios aproximadamente, y atiende a 640 estudiantes PEAMA, y 64 víctimas del conflicto armado.


Convivencia y cotidianidad

Ocasionalmente en la Sede se presentan situaciones de orden público que pueden afectar el desempeño de las actividades en los campus, por esto, el programa de Convivencia y Cotidianidad vela por el cumplimiento de unos objetivos que involucran temas como mediación de conflictos, derechos humanos y estrategias de seguridad dentro de la Universidad.

Su público objetivo son los estudiantes, administrativos y docentes, con los que realizan un acompañamiento en situaciones delicadas, brindando espacios de escucha, catarsis, aplicando la guía de análisis de riesgo y gestionando con otras instituciones la atención de casos particulares que lo requieran.

El programa de Convivencia y Cotidianidad también realiza acciones de prevención para las prácticas y salidas de campo, que se realizan en sinergia con las facultades y los docentes, asesorándolos en la normativa que engloba esta actividad académica.

“trasladar estos formatos a la virtualidad para que la propuesta de información siga vigente ha sido un reto de aprendizaje interesante, de innovación y crecimiento profesional. Y ver cómo algunos estudiantes han mejorado su calidad de vida en cuarentena por el trabajo de la Sección es muy gratificante”, comenta Camilo Escobar, psicólogo encargado de este proceso.

“Todos los programas de Acompañamiento Integral generan una arquitectura dentro de la Sección que permite desarrollar muchas actividades dentro del campus universitario, pero también por la coyuntura, en sus casas, así garantizamos el seguimiento de casos especiales que requieren nuestra atención, trabajo y acciones, y además una reinvención constante por parte de nuestros profesionales”, concluye Sergio Andrés Restrepo, director de Bienestar Universitario.

(FIN/DQH)

18 de agosto de 2020