Durante un año en el que el bienestar de las personas se vio alterado por la pandemia y la incertidumbre económica, esta dependencia asumió los retos con una gran capacidad de transformación, llevando su gestión a la comunidad universitaria.
El sistema de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín durante el 2020 se enfrentó a la premisa de atender dificultades humanas por medios virtuales, lo que lo obligó a pensar diferentes estrategias para que cada una de sus cinco secciones tuviera el alcance y la proyección esperadas.
“Este año nos ha demostrado que todo lo que intentemos construir como proyecto social y colectivo a cualquier escala está destinado a no funcionar si no hay sistema que garantice el bienestar humano. La pandemia puso en evidencia que Bienestar Universitario es el telón en el cual se puede pintar el resto del proyecto institucional”, asegura Sergio Andrés Restrepo, director de esta dependencia en la Sede.
Con unas necesidades específicas expuestas por la pandemia, el grupo de profesionales encargados de darle vida a los programas de Bienestar Universitario enfrentaron la situación con mucha creatividad, decisión y entrega, conservando la esencia del trabajo en grupo, pese a la distancia y la incertidumbre social y económica.
Secciones y programas, en busca de un mejor panorama
Las diferentes acciones de Bienestar Universitario han contribuido directamente a que muchos estudiantes no desertaran de sus procesos formativos durante los periodos académicos desarrollados en el 2020.
De la población estudiantil de la Sede, más del 80% son estrato 0,1,2 y 3, lo que hace que los programas de Bienestar Universitario tengan una alta demanda, que se acrecentó por las diversas situaciones que ha afrontado el país este año.
Debido a esto algunos programas tuvieron una reforma en su marco normativo, que dispuso estrategias para la captación de nuevos estudiantes y mantener los cupos de los que ya son beneficiarios.
En el caso de la Sección de Gestión y Fomento Socioeconómico, una de estas nuevas posibilidades fue la creación de un comité para la entrega rápida de apoyos socioeconómicos a estudiantes en condiciones de alta vulnerabilidad, que no son beneficiarios oficiales de los programas pero requieren la atención primaria.
Esta Sección en su programa de Gestión Alimentaria recibió la totalidad del apoyo financiero que se necesitaba para el 2020-2, pero hubo una disminución en el número de estudiantes, pues algunos regresaron a sus regiones de origen; en un acto de madurez y responsabilidad dijeron no necesitar el beneficio porque estaban en casa.
Actualmente las ayudas alimentarias se entregan por medio de bonos redimibles en supermercados del área metropolitana o en todo el territorio nacional. Bajo el acompañamiento de la Sección se vela por la compra de alimentos adecuados.
En los diferentes alojamientos que dispone la Sede se han mantenido los cupos durante el 2020, incluso se han admitido nuevos estudiantes de alta vulnerabilidad que no tenían este beneficio, pero por la pandemia se les brindará el espacio hasta final de año.
Aunque la Sección de Salud dejó de prestar labores presenciales desde marzo, las consultas y atención virtual se han convertido en la manera de hacer seguimiento a diferentes anomalías médicas que presenta la comunidad estudiantil, tanto físicas como psicológicas.
Por su parte, los trabajos de la Sección de Actividad Física y Deporte en su niveles formativos, competitivos y recreativos también se reconfiguraron para operar desde la virtualidad, como por ejemplo en la Semana Universitaria, en la que se realizaron diferentes competencias deportivas desde casa.
La Sección de Cultura logró fijar también una amplia programación desde diferentes plataformas digitales, que siguen enriqueciendo y construyendo la proyección cultural que tiene la UNAL Medellín y que se fortalecerá con la implementación de la Red Cultural.
En temas de Acompañamiento Integral, las diferentes jornadas de inducción tanto de pregrado como de posgrado se han adelantado desde la virtualidad, teniendo incluso mayor asistencia que las jornadas presenciales. También, esta Sección ha desplegado desde sus programas de atención psicosocial estrategias de contacto y comunicación constante con sus beneficiarios.
Como programa adjunto del Sistema de Bienestar Universitario, la Escuela UN también siguió operando normalmente desde la virtualidad, con la necesidad de estrechar lazos entre directivas, profesores y estudiantes ya que durante el año se vivió un cambio en la dinámica familiar.
Relacionamiento con otras dependencias
Por su labor, Bienestar Universitario depende de la gestión y acompañamiento de otras dependencias para lograr un accionar más directo, por lo que durante este año se trabajó fuertemente con dependencias como:
· Programa de Egresados: campaña de captación de recursos para Bienestar, 100 millones en donaciones.
· Dirección Académica: identificación de estudiantes con alta vulnerabilidad.
· División de Bibliotecas: entrega a estudiantes de tabletas y paquetes de conectividad.
· Direcciones de Bienestar de otras sedes: cambios en las normativas de entrega de beneficios.
· Dirección Financiera y Administrativa: planeación y reacomodo presupuestal y contratación
“Realmente creo que trabajamos con todas las áreas y dependencias. La Institución se demostró así misma que es un sistema bien integrado, con muy buena voluntad por parte de los colegas, que gracias a nuestra capacidad individual y colectiva hemos mantenido a flote el proyecto de Universidad Nacional”, comenta Sergio Andrés Restrepo.
Tejer juntos el 2021
Los planes y estrategias para trabajar por el bienestar humano de la comunidad universitaria durante el próximo año van de la mano de las decisiones que se toman en el Comité Nacional de Crisis, reunión semanal presidida por la Rectora de la UNAL, Dolly Montoya, algunos decanos y los directores de Bienestar Universitario de todas las sedes. Este encuentro es asesorado por epidemiólogos, para conocer el desarrollo de la pandemia.
La modalidad de alternancia y la consolidación de quienes realmente pueden realizar el trabajo en casa son el panorama que se plantea en el Comité para la Universidad en el 2021, directriz a la que se acoge Bienestar Universitario.
“Hace varios meses se ha pensado en introducir la idea de ir retornando a los campus paulatinamente. La dependencia ha trabajado en la construcción de protocolos de bioseguridad para cada área y cada sección, buscando una reincorporación plena pero segura. Sin embargo, la asistencia masiva a eventos o la entrega de los casi 700 almuerzos diarios en las cafeterías de El Ágora puede que no retorne casi hasta el segundo semestre del 2021”, pronostica Sergio Restrepo.
Una de las preocupaciones de las universidades públicas son los temas presupuestales, que se ven afectados en la medida que la economía del país lo esté. Para el 2021 se espera un año complejo, pero como lo asegura Sergio Restrepo: “el Vicerrector ha expresado su intención de mantener un sistema de bienestar robusto, funcionando bien, que pueda prestar los servicios necesarios para contener las necesidades que los estudiantes están enfrentando”.
Algunas de las cifras de gestión de Bienestar Universitario durante los periodos académicos del 2020.
(FIN/DQH)
19 de octubre de 2020