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El Laboratorio de Fuentes Históricas realiza desde 2020 actividades presenciales bajo estrictos protocolos de bioseguridad. Foto: Unimedios.

 

Durante el semestre 2021-1s la FCHE ha encaminado su trabajo a la organización académica pensada desde la transformación pedagógica y el diálogo conjunto con estudiantes, docentes y administrativos.

Para consolidar un periodo académico exitoso, el primer reto que tuvo la Facultad fue la programación del semestre, pues la brecha de oferta y demanda de cupos en los cursos era amplia, debido a las altas cancelaciones y a que estas no repercuten en pérdida de créditos.

“Normalmente ofrecemos las asignaturas según la capacidad de las aulas, pero como ahora no estamos en ellas, el asunto debe ser pensado diferente. Por lo que hicimos una proyección de demanda de cupos tomando el número de cancelaciones del semestre anterior, preguntándole a cada profesor cuántos se habían retirado hasta noviembre del 2020, cuáles eran los porcentajes de inasistencia, además aplicamos una encuesta de intención de matrícula que fue respondida por el 50% de los estudiantes”, explica Johanna Vásquez Velásquez, decana de la Facultad.

Con esos insumos, se anticipó cuáles asignaturas debían tener más de un grupo y se definió que cada una tendría un máximo 50 estudiantes, esto se reflejó en una matrícula sin inconvenientes, garantizando mínimamente a todos acceder a materias básicas de su nivel académico.

“Lo que queríamos era aprovechar este semestre para cerrar la brecha y normalizar las matrículas, por lo que tuvimos apoyos importantes de la Dirección Académica para la contratación de docentes ocasionales para 30 cursos en los cuatro departamentos y de 34 estudiantes auxiliares, que es el número más alto que hemos tenido en la Facultad, lo que les ha ayudado a mitigar el efecto económico producto de la pandemia”, dice Vásquez Velásquez.

Virtualidad, academia, gestión y deserción

Desde la Vicedecanatura Académica de esta Facultad se ha realizado una serie de conferencias de capacitación y formación docente en armonización curricular y resultados de aprendizaje, para entender qué significa la migración pedagógica que ha traído la virtualidad y cómo se evaluarán los resultados de estos aprendizajes.

Durante este periodo, las áreas curriculares continúan con el proceso de evaluación y actualización de los proyectos educativos por programa (PEP) que obedecen al perfil, perspectiva y planes de mejoramiento de los pregrados.

En pro de construir una mejor relación académica con otras sedes de la Universidad, la FCHE está generando convenios para la oferta de posgrados en conjunto, “actualmente se están ofreciendo dos especializaciones en Ciencia Política en cooperación con la Sede Bogotá, con una muy buena acogida. Para el siguiente semestre se ofertará la especialización en Economía de la Cultura en conjunto con la Maestría en Gestión Cultural de la Sede Manizales”, comenta la profesora Vásquez Velásquez.

En temas de deserción, la Facultad prepara un estudio sobre determinantes del abandono, que se realizará en el segundo semestre del 2021, cuando los estudiantes que han ingresado en época de pandemia cumplen su cuarto semestre en virtualidad.

“El mayor índice de abandono ocurre en estos semestres, por lo que tendríamos toda la información sobre estos niveles en la pandemia y antes de ella, analizando además el comportamiento de los estudiantes con el cambio del sistema de admisión, que ahora es con pruebas Saber PRO”, sostiene Johanna Vásquez Velásquez.

En marzo de este año la Facultad publicó el informe de gestión 2020 y a partir de ahí se está construyendo el plan de acción basado en cuatro ejes: docencia; administración y extensión; bienestar; y gestión administrativa y financiera, con jornadas de discusión por estamentos de las que salieron ideas y propuestas para cada uno.

Además, la FCHE está participando en dos pilotos de Sede, uno con la Unidad de Servicios Compartidos en temas administrativos y financieros, con buenos resultados en eficiencia de manejo de proyectos de investigación externos. Y otro relacionado con prácticas y pasantías.

Con los procesos de extensión, la Facultad finalizó contratos externos que faltaban por liquidar y está recopilando información desde el 2018 para saber el impacto que genera los procesos de investigación en la Facultad, visto desde un enfoque social, sabiendo cuántos grupos poblacionales fueron alcanzados, en qué sectores, cuántos cursos de formación se realizaron y cuántos empleos directos e indirectos se generan.

Por una Facultad sin brecha de género

Desde la oficina de Bienestar de la FCHE se está realizando el proceso de socialización del Protocolo para la prevención y atención de violencias basadas en género, además de la construcción de una mesa de trabajo en sinergia con las Secretarías de la Mujer de la ciudad y el departamento.

Además, se realizó un análisis de la participación femenina en todos los ámbitos en la Facultad, “lo que encontramos es que a pesar de ser un centro de estudios humanos y económicos, donde se supone que las brechas de género no son tan amplias, la población matriculada es 40% mujeres y 60% hombres. Significa que nos falta aún mucho trabajo en pro de la paridad”, afirma Vásquez Velásquez.

En el caso de las plazas docentes, solo el 30% son ocupadas por mujeres frente a un 70% de hombres, sin embargo, las profesoras son las mejores calificadas en los sistemas de evaluación, pues todas tienen formación doctoral.

Como lo recalca la Decana, estos análisis asociados a la desigualdad de género son importantes para acciones futuras de paridad, “porque si no sabemos cómo estamos, no encontraremos estrategias para cerrar estas brechas”.

Tejer vínculos estudiantiles

En busca de propiciar más encuentros entre pares, se inició el Programa de Mentorías (AMAUTA) que busca que los estudiantes avanzados acojan a los recién admitidos para ayudarlos en el proceso de adaptación académica, social y cultural a la vida universitaria.

“Es un programa voluntario, que cuenta con 32 alumnos mentores a los que se les reconoce su labor con créditos adicionales en su matrícula. No es una monitoria ni una tutoría, es un cargo más amplio pues se está acompañado de docentes por departamento que velan porque sea un proceso informado”, explica la profesora.

La Facultad además adelantó la contratación de practicantes de psicología y de pedagogía para realizar un acompañamiento más cercano a los estudiantes, generando remisiones oportunas a Bienestar Universitario. También se están realizando diversos talleres para crear hábitos de estudio, con conferencias en torno a la permanencia y graduación estudiantil, para evitar la deserción.

Próximamente se realizará una campaña comunicacional para presentar a todos los grupos estudiantiles, lo que hacen y sus impactos. “Hay que desmitificar que los estudiantes solo se reúnen a hacer paros, sino que también realizan alianzas de aprendizaje que impactan positivamente a la Facultad”, dice Vásquez Velásquez.

Desde la decanatura, se adelanta también una propuesta piloto de alternancia que se espera pueda realizarse finalizando este semestre, con el objetivo de entender el modelo antes de ser implementado posiblemente en el segundo semestre del 2021.

“Así conoceríamos sus dificultades y bondades, y podemos ajustar el protocolo que se diseñó para la Facultad, con temas como el tamaño de grupos, cámaras, aulas espejo, cuánto van a durar los recursos de protección, la población priorizada para alternancia y cómo vamos a realizar las distintas modalidades de asignaturas, con estrategias pedagógicas y de evaluación particular”, concluye Johanna Vásquez Velásquez.

(FIN/DQH)

3 de mayo de 2021