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Según académicos debe haber garantías para la protesta. Foto: tomada de bit.ly/3gcUnNe

 

Docentes de la UNAL Medellín propusieron alternativas de cambio en los encuentros Diálogos convergentes, realizados en el marco de la estrategia Convergencia por Colombia mediante la cual se gestó una plataforma para fomentar la participación ciudadana. Reflexionaron sobre el rol de la academia e hicieron sus aportes sobre las apuestas que desde allí se pueden hacer.

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“El estallido social que estamos viviendo en este momento no es generado por incumplimiento a los movimientos del 2018. Sin duda alguna son problemas que vienen de unas profundas inequidades en el territorio colombiano desde hace mucho tiempo”, dijo Juan Camilo Restrepo Gutiérrez, vicerrector de la UNAL Medellín, durante una de las sesiones.

Profesores de la UNAL Bogotá y Medellín disertaron y aportaron ideas a fin de buscar soluciones. Entre las reflexiones que se dieron estuvo la del vicerrector, quien se refirió a que analizar la situación es también tener en cuenta que a veces los esfuerzos que se dan, como el proceso de paz, “no se logran materializar”. En ese sentido planteó que las raíces son múltiples, antiguas y muy profundas. Aparte de la escucha, consideró él, es necesaria la voluntad política para generar transformaciones en los territorios en términos de pacto social.

Adicionalmente, es fundamental la pedagogía constitucional para jóvenes, reivindicaciones y acciones afirmativas, garantías para la movilización, promoción de participación efectiva y coordinada de comunidades locales, que según Juan Antonio Zornoza Bonilla, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Sede, son opciones que puede aportar la UNAL Medellín.

El docente planteó tanto acciones de fondo como de forma, que tienen que ver con coordinar la intermediación de la academia para evitar atomizarla, priorizar la negociación de temas urgentes del corto plazo como la cooptación de la Fiscalía y la Registraduría y focalizar asuntos importantes de largo plazo.

Adicionalmente, manifestó que generar espacios de negociación académica descentralizada, es primordial, dado que “en las capitales, pero también en el territorio profundo hay unas necesidades muy sentidas que a veces son invisibilizadas desde Bogotá”.

Para el profesor Alejo Vargas Velásquez, del Departamento de Ciencia Política de la UNAL Bogotá, otra manera de contribución que debe hacer la academia, es la socialización de la producción académica y conectarse con los problemas nacionales, como lo refirió Zornoza, quien como última acción propuso apoyar a los “jóvenes digitales”.

El acercamiento de la Institución debe ser estrecho, sobre todo, con comunidades rurales, planteó el profesor Sergio Andrés Restrepo Moreno, director de Bienestar Universitario de la UNAL Medellín. La necesidad viene, según Édgar Ramírez Monsalve, del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Sede, ante “una élite que le ha importado muy poco el territorio, pero que le interesa aún menos la nación entendida como la población, a la que utilizan para una democracia de papel en los procesos electorales”.

Así, además de las propuestas, hubo espacio para preguntas y planteamientos sobre los que debatieron los docentes. El profesor Ramírez Monsalve, por ejemplo, recordó que hace varios años hizo parte de un proyecto para la transformación de la Policía Nacional de Colombia cuando Rosso José Serrano ejerció como general de esa institución (entre 1994 y 2000).

El programa fue exitoso, según el docente, mientras hubo compromiso de un grupo de generales, pero conforme llegaron nuevos gobiernos, “se echó en el olvido”. Al citar ese ejemplo expresó una preocupación que extrapola a la situación actual y específicamente al riesgo de que la transformación de la Policía que se propone ahora sea un paliativo y no una política pública que continúe independientemente de los regímenes políticos.

En ese sentido expresó que uno de los grandes problemas que ha tenido Colombia es la legitimidad de reformas y transformaciones. Si bien dejó claro que el conocimiento y la experticia de investigadores de la UNAL podrían contribuir a realizar cambios en instituciones mediante análisis técnicos, “la gran pregunta es: ¿cómo mantener una actividad permanente en el tiempo de esa inteligencia comprometida?”.

El diálogo como opción primaria

Con respecto a la inquietud del profesor Ramírez Monsalve, y a que en las protestas se ha visibilizado el resurgimiento de expresiones paramilitares o parapoliciales, a Rodrigo Uprimny, profesor del Departamento de Derecho de la UNAL Bogotá, le surgió otra pregunta: “¿qué hace uno?”. “La única alternativa democrática a la crisis”, respondió, “es el diálogo y la construcción de acuerdos que permitan una salida. Lo otro, la violencia y las salidas autoritarias, generan degradación y deterioro, que es también lo que hemos vivido”

Por su parte, el profesor Vargas Velásquez, consideró que la preocupación de Ramírez Monsalve es una ratificación de que la Universidad tiene mucho por aportar en varios campos del conocimiento.

Además, comparte con el profesor de la UNAL Medellín “que un problema del Estado colombiano y de nuestra sociedad, es el adanismo: que cada responsable crea que con él empieza el mundo. Cada gobierno, hemos visto desafortunadamente, no tiene una idea de continuidad y de construir sobre lo construido. Eso hace que buenas iniciativas que requieren de mediano plazo se abandonen”.

“Una cosa es ser pragmático para identificar la realidad, pero eso no lo tiene que llevar a uno, necesariamente, al pesimismo”, dijo el profesor Juan pablo Duque Cañas, decano de la Facultad de Arquitectura de la UNAL Medellín, quien aseguró que debe haber una visión de optimismo para creer que “es posible un nuevo país, y para eso hay que restablecer un mínimo de confianza ante las actuaciones gubernamentales”.

Si no se encuentra una salida democrática al estallido social que hay en Colombia los riesgos pueden ser regresión autoritaria e incremento de la violencia, según Uprimny Yepes. En un ambiente polarizado como el que se vive en el país, la UNAL es un espacio de cooperación académica y de discusión, además de una de las pocas instituciones del Estado por las que jóvenes, “quienes han sido protagonistas de las protestas, sienten credibilidad, lo que es una gran responsabilidad de no pasar agachados ante esta crisis”, dijo.

Aunque la UNAL es parte del Estado, planteó, tiene un nivel de independencia que le permite actuar como instancia mediadora. Proveer insumos para las discusiones, ser espacio de escucha y liberación o plantearse como garante del cumplimiento de los acuerdos puede ser alguna de las acciones y ese es el contexto bajo el que la rectora Dolly Montoya Castaño convocó a distintos centros de pensamiento y profesores a involucrarse en la iniciativa y plataforma Convergencia por Colombia.

Apuestas previas

Según Vargas Velásquez, durante las conversaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC para lograr un acuerdo de paz, la UNAL jugó un rol muy importante en el sentido en que, a través del Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz y junto con la Oficina de Naciones Unidas en Colombia, se encargó de organizar foros de participación ciudadana acerca de los distintos temas de la agenda.

La UNAL invitó a expertos nacionales e internacionales y luego, ante el acompañamiento de la Conferencia Episcopal, seleccionó a las 60 víctimas que viajaron a La Habana a reunirse con los integrantes de la mesa de conversaciones y acompañar el ejercicio. Para el profesor Vargas Velásquez, “todo eso que el país conoció fue importante para el éxito del diálogo, sin significar que la Universidad fuera parte de la negociación. Es eso lo que creemos que se puede hacer ahora”.

La UNAL, dijo el profesor, puede aportar desde su conocimiento y capacidad de análisis serio y ponderado con la reflexión académica para proveer elementos a fin de ofrecer puntos de vista y contribuir con propuestas alternativas de solución. Es, para él, una responsabilidad que tiene como primera universidad del país sin pretender interferir o reemplazar a otros actores.

Es además una urgencia, teniendo en cuenta que la crisis viene de las movilizaciones del 2018 y 2019, que se acentúan con la pandemia y que, “sin duda, requieren de la mejor salida posible, no solo para seguir la ruta de superar estos problemas, que son cada vez más graves, sino también porque debemos estar preocupados porque el sistema democrático se fortalezca”.

Los videos de las sesiones de Diálogos Convergentes en las que se dieron estas reflexiones están disponibles en el canal de YouTube de la Sede: https://www.youtube.com/user/UnMedellin

(FIN/KGG)

15 de junio de 2021