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El Comité de Ética tiene en cuenta la reglamentación vigente para dar aval ético a los proyectos de investigación. Foto: Unimedios.

 

Se trata del Comité de Ética y del Comité Institucional para el Cuidado y Uso de los Animales (CICUA), que es pionero entre las sedes de la UNAL. Ambos instrumentos propenden por el adecuado desarrollo de los proyectos de investigación, tanto con respecto a asuntos éticos como legales, y guían a quienes buscan ejecutar los estudios a realizar sus análisis teniendo en cuenta estos aspectos. Docentes que dirigen los procesos o hacen parte de ellos, los explican.

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El Comité de Ética es un órgano consultor y asesor en investigación, extensión, innovación tecnológica y creación artística que se encarga de revisar la viabilidad de proyectos, tanto de convocatorias internas como externas, en cuanto al componente legal y valores éticos, y además hace seguimiento. Ahora es presidido por la directora de Investigación y Extensión de la Sede, Claudia Patricia García García, los vicedecanos de investigación y extensión de cada una de las facultades y un invitado externo experto en el tema.

Entre “las consideraciones éticas que se tienen en cuenta para las evaluaciones está asegurar que la investigación se fundamente en los principios básicos de responsabilidad y honestidad, se respeten las contribuciones de los diferentes autores, velar por mantener la integralidad académica de cada uno de los miembros del equipo, no omitir resultados que contradigan las hipótesis planteadas y no publicar la información sin las debidas citas y referencias consultadas”, resalta la profesora.

Además, “que se reporte adecuadamente el conocimiento previo, que cuando haya trabajo con comunidades se respete lo que concierne a su cultura y la relación con ellos que guarde confidencialidad sobre datos si se requiere, que si se trabaja con microorganismos se garantice que el uso que se les dé en los laboratorios sea el indicado, que los desechos que resultan de las investigaciones, cualquiera que sea, tengan disposición adecuada de acuerdo a la norma”,agrega.

Según García García, los conceptos sobre los avales éticos se estructuran dependiendo de lo que se requiera analizar con personas afines al tema. Es decir que, si en determinado proyecto de investigación los dilemas están más asociados, por ejemplo, a microorganismos, los vicedecanos de las facultades de Ciencias y Ciencias Agrarias, más afines con dicha temática, ilustran al comité y constatan, de acuerdo al conocimiento que tienen en el tema, que no sean peligrosos para la salud, que dentro de la propuesta se les dé el manejo adecuado o que los laboratorios cumplan con normas de bioseguridad, entre otros.

Es claro que, como ella dice, el del Comité de ética “no es un tema trivial. Es una responsabilidad grande porque somos el garante ante la sociedad de que los proyectos de investigación se trabajan con todos los preceptos éticos”.

En el sitio web investigacionyextension.medellin.unal.edu.co/investigacion/comite-de-etica.html están disponibles los formatos que los investigadores deben diligenciar hasta 15 días antes de que el Comité se reúna para discutir el tema el último miércoles de cada mes entre 2:00 y 4:00 p.m. Allí, además del documento correspondiente según el tipo de proyecto, hay disponible otro de consentimiento informado que el docente debe utilizar en caso de requerirlo. Si se deben hacer correcciones, explica la docente, se devuelven y se hace retroalimentación para retomar el proceso cuando los ajustes estén listos.

Los logros del Comité de Ética son del día a día, según García García, pero es destacable que este se mantenga en el tiempo y actúe con responsabilidad. En un contexto "en el que el enriquecimiento ilícito es el pan de cada día o en que las personas no ven en ciertos comportamientos faltas a la ética porque son comunes, es muy importante reforzar valores en la universidad tanto en el estamento estudiantil como profesoral. La ética es una cuestión de principios y, nosotros, además de profesionales, debemos formar seres humanos éticos por nuestra obligación con la sociedad”, concluye la docente.

Los retos son vincular personas especialistas o con experiencia en ética en investigación, que no necesariamente deben hacer parte de los funcionarios de la UNAL Medellín, sino aquellas que ad honorem deseen aportar a la Sede en este sentido.

La labor de salvaguardar el buen uso y cuidado de animales desde la investigación

Otro mecanismo existente en la UNAL Medellín es el CICUA, conformado por nueve miembros, el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias o su delegado quien lo preside, cuatro miembros internos (director de investigación, director de laboratorios, profesor del Departamento de Producción Animal y director de Estaciones Agrarias) y algunos profesionales externos que son: un representante de la autoridad ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, otro del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y uno más de una sociedad protectora de animales, quienes están acompañados de un abogado de la Oficina Jurídica de la Sede.

La acción del CICUA va más allá de ámbitos de investigación y experimentación. Ariel Marcel Tarazona, profesor del Departamento de Producción Animal de la Sede es uno de los integrantes de este estamento que en la Sede cumple funciones de comité de ética, salvedad que hace porque afirma que, por lo general, se encargan de velar por el buen trato y bienestar de todos animales que se relacionan con la comunidad universitaria, como por ejemplo los perros usados para vigilancia, que es algo que ya no se emplea en la UNAL Medellín.

En ese sentido, explica que el CICUA en la UNAL Medellín no solo tiene que ver con ratones, insectos o animales de granja usados en investigación, docencia y extensión, sino incluso “con las palomas de la biblioteca, los gatos ferales que hay por ahí, las zarigüeyas, abejas y los zorros perro que habitan el Campus El Volador”.

Albeiro López Herrera, profesor del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Sede y presidente designado del CICUA, explica que en esos casos se deben realizar planes de manejo y que las recomendaciones que ha hecho el Comité con respecto a los gatos es efectuarles exámenes de salud y esterilizaciones.

Los manejos son distintos de acuerdo a cada caso. En sistemas de producción: avicultura, porcicultura y de lácteos, hay un profesor encargado y responsable tanto de los protocolos de cuidado de los animales como de cumplir con las debidas certificaciones de calidad. Son varios los requisitos que se deben cumplir, por lo que en el CICUA, explica el docente, también participa uno de los miembros de las estaciones agrarias.

Como el Comité de Ética de la Sede, el CICUA tiene entre sus funciones la revisión de aspectos éticos de los proyectos, en este caso, relacionados con el buen manejo de los animales. Por ejemplo, si un profesor va a investigar sobre uso de alimentos para vacas en la estación Agraria Paysandú, se debe garantizar un manejo óptimo de acuerdo con la normativa nacional vigente acerca de protección y bienestar animal, un tema en el que la UNAL Medellín es pionera. El investigador principal que someta su propuesta de estudio debe diligenciar un formulario en el que se compromete a hacer buen uso y adecuada tenencia de los seres vivos que analizará, y el cual, además, debe firmar un médico veterinario o un entomólogo experto si la investigación es con insectos.

La de Medellín es la única de las sedes de la UNAL que cuenta con un CICUA, por consiguiente es referente para otras instituciones, y eso es uno de los grandes logros, según el docente Tarazona. Con él coincide el profesor López Herrera, quien además expone que la Universidad hace parte de la Red de Comités de Ética en la Investigación en Antioquia (Red CEIA), lo que es de gran importancia en la medida en la que se estandarizan los requisitos con el propósito “de evitar trashumancia de solicitudes de aval. Es decir, que si un investigador manda su solicitud de aval para un proyecto a una institución de educación superior y esta se lo niega, no lo pueda enviar a otra por considerar que las exigencias son más blandas”.

Las grandes satisfacciones y los desafíos pendientes

Para el profesor Tarazona, “el tema de la ética en la investigación está tomando mucha relevancia en el mundo, las exigencias son cada vez más altas y necesitamos, como cuerpo docente e incluso con estudiantes de posgrado, mantenernos actualizados en lo que se debe hacer ahora”, llama la atención. La ética, agrega, “es fundamental y hay que reivindicarla”.

Un logro del CICUA en la UNAL Medellín, según el docente López, ha sido “cambiar la mentalidad de los investigadores en general”, pues afirma que han pasado de ser considerados como “una piedra en el zapato” a “unos amigos” que los orientan con el fin de evitar problemas legales. Asimismo, implementar el seguimiento que se hace a los procesos cada seis meses, aunque hay excepciones de proyectos de investigación que requieren revisiones más frecuentes.

Para él, un desafío es que la comunidad conozca mejor cuales son las funciones del CICUA, para ampliar la visión general de que el Comité solo se dedica a procesos relacionados exclusivamente con uso de animales en investigación. También apoya el uso de cualquier tipo de animales en la institución sea para docencia, extensión, producción o tenencia (como el caso de la población de gatos y palomas de la Sede Medellín). Uno más es fortalecer el seguimiento, para lo que según él se requiere ampliar el personal y el presupuesto para llevar a cabo trámites logísticos como los de desplazamiento.

Lo fundamental, enfatiza, es “que como institución universitaria debemos tener en cuenta que los animales son seres sintientes y debemos tratarlos como tal”.

(FIN/KGG)

21 de julio de 2021