Lo afirma el profesor Juan Antonio Zornoza Bonilla, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la UNAL Medellín. Él y otros académicos analizan el tema y plantean cuáles son los desafíos y las maneras adecuadas de formular políticas públicas que puedan ser exitosas, teniendo en cuenta los comunes recortes presupuestales a las diferentes carteras, uno de los principales riesgos que sufren, sobre todo, las relacionadas con temas sociales.
Recientemente el Gobierno colombiano anunció un recorte presupuestal para la cartera del deporte para el próximo año. Pasará de $1,3 billones en 2024 a $460.000 millones en 2025, como lo dijo la ministra del Deporte, Luz Cristina López. El hecho, además de la indignación de deportistas, suscita reflexiones acerca de cómo deben diseñarse y ejecutarse las políticas públicas para evitar que se debiliten y se pongan en riesgo.
A propósito, “el diseño y la implementación de políticas públicas tradicionalmente se ha considerado como algo burocrático y un hecho consumado, no parte de considerar la complejidad de los sistemas que hay en las interacciones entre lo político, lo económico, lo social y lo cultural, y de que la realidad no es lineal”, afirma Zornoza Bonilla. Para él, es necesario asumir cada política pública como un escenario de aprendizaje, colaboración y adaptación, sobre todo. En ese sentido, señala que es fundamental considerar y configurar sistemas de gobernanza participativos con la población objetivo, de lo contrario, el resultado será precario.
Hay ejemplos de lo que no ha sido efectivo y uno de esos es la política pública del Acuerdo de Paz que “era lo suficientemente sólida para transformar el sistema político colombiano”, particularmente la Reforma Rural Integral diseñada en 2016, de la cual, menciona, se publicó en 2017 la normatividad para su implementación, pero a partir de 2018 “quedó guardada”.
¿Por qué fracasan las políticas? Esa es una pregunta recurrente y clave en su análisis, según Juan Esteban Lopera Morales, profesor del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. Una de las razones de la inadecuada estructuración se relaciona con que no se anexa evidencia empírica sobre la expresión del problema que se quiere superar o las relaciones causales que se buscan desactivar. No obstante, hay otras reflexiones que indican que el problema radica en que no se inscriban los intereses de los diversos actores.
El inconveniente de las políticas públicas no eficaces es un asunto que se da en el mundo, no solamente en el Sur global, de acuerdo con el docente de la Universidad de Antioquia, para quien son pocas las experiencias que muestran un impacto virtuoso en la resolución de problemas a partir de políticas públicas que, por lo general, se han centrado más en su gestión.
La brecha de implementación es objeto de análisis cuando se trata de políticas públicas, en el sentido que “una cosa son los costes de los consensos que suele co-construir el Estado y los actores y, otra, las capacidades de las instituciones para cumplir con ellos”, explica. La eficacia se puede medir de modo sencillo: “Se podría asumir que, a mayor brecha, mayor efectividad y respaldo de los actores, y viceversa”, añade.
Cuestión de voluntades políticas
Es común que las políticas públicas se apalanquen desde las voluntades políticas, lo que hace fácil o difícil la labor de sacarlas adelante. Al respecto, el profesor Zornoza Bonilla pone como ejemplo el Ministerio de Igualdad, “que después de mucha oposición política logró aprobarse y lo más probable es que se acabe en dos años que finalice el periodo presidencial, por una maniobra para echar abajo una necesidad sentida de las poblaciones vulnerables”.
Por su parte, el docente Lopera Morales habla sobre la tensión existente entre el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro. En ese caso llama la atención sobre la probabilidad de que políticas territoriales que no cuenten con los recursos suficientes y no estén inscritas en el Plan de Desarrollo, no se implementen.
¿Cómo debe ser creada una política pública para que sea eficaz?
“No existe, como tal, un recetario consolidado, y lo mismo ocurre en los contextos territoriales. Cuando revisamos la realidad en departamentos, municipios y distritos, casi que cada entidad territorial es la encargada de formular ese paso a paso. Por eso, una de las fallas es que en Colombia no hay una idea consolidada o ampliamente aceptada de cuáles son los momentos o condiciones necesarias para formular políticas públicas, y ese es un desafío, porque queda a merced de cada gobernante”, llama la atención Juan Camilo Arroyave Ocampo, profesor de la Facultad de Estudios Sociales y Empresariales de la Universidad Autónoma de Manizales.
Sin embargo, hay unos mínimos como que, además de orientarse a largo plazo, una política pública debe incluir varias condiciones principales, de acuerdo con el docente Zornoza Bonilla. Estas son: asumir la complejidad, adaptarse a las condiciones de cada contexto e incluir a las comunidades. Así mismo, que responda a un problema social que se pueda inscribir en la agenda pública para evitar la corrupción y que le sea destinado presupuesto público (con excepciones como las de infraestructura y mineras que actualmente recurren a concesiones del sector privado).
Los temas más vulnerables
Los académicos coinciden en que las políticas públicas relacionadas con los asuntos sociales y los derechos humanos son los más susceptibles de ser abandonados o modificados. No obstante, para el profesor Lopera Morales son afirmaciones complejas de defender porque existen también factores institucionales y técnicos claves: los problemas son intrincados, que es el dilema, en la medida que pueden integrar, a la vez, varios componentes como el social, el económico o el cultural. “Además, las soluciones no suelen ser sencillas y requieren de una cantidad ingente de recursos de todo tipo. La pregunta es: ¿contamos con los necesarios para resolver?
Se trata, entonces, de complejizar esa mirada porque, como ejemplifica el académico, durante la primera década de los 2000 las políticas públicas se presentaron como la posibilidad de resolver los problemas, así como en la del 80 y 90 cuando se promovió la idea de que se haría con los planes de desarrollo. Ambos instrumentos han mostrado tanto posibilidades como limitaciones en su implementación, planteando un nuevo dilema sobre cómo integrarlos ahora que suelen coincidir en el Gobierno.
De acuerdo con el docente Arroyave Ocampo, generalmente, los recursos destinados originalmente para políticas públicas son los mismos de inversión, entonces, dice, alcaldes y gobernadores se mantienen en una encrucijada para promover o resolver asuntos locales, máxime cuando las políticas son del largo plazo, de 8 a 12 años de duración, y los mandatos de cuatro años. De ahí que prefieran, por ejemplo, invertir en mejorar la planta física de instituciones educativas o escenarios deportivos que en políticas públicas.
Otro riesgo en la eficacia de las políticas es, según el profesor Zornoza Bonilla, cuando se da el caso de “que llegan como policy maker personas que no han trabajado en el área de políticas públicas y en documentos pegan párrafos de teorías que no tienen forma de ser implementadas”.
Los gobiernos, afirma, tienen demasiadas herramientas a su disposición para poder diseñar políticas que sean exitosas y “aunque evidentemente el mundo lleva a que todo sea confuso y contradictorio, la cultura política en Colombia nos ayuda mucho a que se formen consensos”.
(FIN/KGG)
16 de septiembre de 2024