Resignificar lo cotidiano y promover relaciones de cuidado a través de prácticas artísticas fue el objetivo de Celebracciones, una investigación-creación de la Maestría en Artes Plásticas y Visuales que lanza una mirada crítica a los paradigmas impuestos por el capitalismo, el patriarcado y el antropocentrismo; a su vez, propone narrativas alternas desde una dimensión ritual del cuerpo, como espacio de resistencia, y la celebración. A través de experimentaciones sonoras, herramientas audiovisuales, intervenciones espaciales y encuentros colectivos, la autora enuncia la capacidad que tienen las personas desde sus prácticas cotidianas para incidir en las circunstancias políticas, sociales, culturales y ambientales del mundo.
El vínculo cuerpo-territorio, el cuerpo como territorio y espacio de resistencia y los efectos del cuerpo sobre el territorio que habita, fueron los puntos de partida de la investigación Celebracciones, revoluciones silenciosas de la vida cotidiana, una experiencia que explora nuevas actitudes, modos de hacer, relacionarse y habitar, entendiendo este último como sinónimo de cuidado.
“El propósito de esta investigación-creación fue propiciar, cultivar y explorar relaciones de cuidado en el lugar que habito: la vereda El Arenal en San Rafael, en el Oriente antioqueño. Gracias a esas licencias que me da el arte, me adentré en la exploración para aprender a construir con mi propio cuerpo distintas formas de relacionarme con el entorno y, a partir de ahí, rehacer hábitos, desaprender y preguntarme cómo está el resto de los seres con los que interactúo y cómo mis acciones les afectan”, explica Clara Gómez Jiménez, autora de la tesis y egresada de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.
Clara expresa una profunda preocupación por cómo cada acto y elección personal están teñidas de una ideología implícita, lo que la impulsó a cuestionar las narrativas preestablecidas. A través de este cuestionamiento de patrones de conductas sociales y culturales, "Celebracciones" busca propiciar reflexiones que permitan reconocer la existencia de estas prácticas y, fundamentalmente, su maleabilidad.
“Estamos experimentando una época sin precedentes en cuanto a desafíos culturales, políticos, sociales, económicos, ecológicos, éticos y científicos que se están presentando hoy para la humanidad. Resulta necesario y apremiante cuestionar los modelos imperantes que se han arraigado en nuestros hábitos y costumbres. Cuestionarnos a nivel ético es uno de los procesos fundamentales para realizar cambios que controviertan dichas estructuras; en este sentido, hoy, más que nunca, estamos pudiendo evidenciar la capacidad de las prácticas artísticas contemporáneas para repensar nuevas vías, lenguajes reorganizados, tácticas de lucha y resistencia social que intervienen, transforman y responden concretamente a problemas fundamentales en contextos específicos”, señala la artísta plástica y magíster en Artes Plásticas y Visuales.
Esta preocupación ética, política y afectiva es el eje interdisciplinario de la indagación que explora y comparte un repertorio de gestos, acciones, hábitos y rituales que promueven el cuidado como valor central.
"Celebracciones" es la modificación de la palabra celebración, cuya "c" adicional hace énfasis en la acción desde el proceso de investigación, la acción desde un ánimo de celebrar, de honrar la existencia. También está íntimamente conectada con la ritualidad y la posibilidad de llevar a cabo rituales que celebren la vida y la cuiden, sobre todo con acciones contundentes, expone la autora.
“Empecé a cuestionar un montón de formas en las que nos enseñaron a vivir y a desplegar nuestra vida cotidiana y, desde ese cuestionamiento, empecé un ejercicio de reflexión y acción para modificar esas conductas por unas alternas a lo que nos ha propuesto el capitalismo y el antropocentrismo. En relación con eso apareció también el espacio de mi casa, cuyo nombre es Casa Energía Absoluta, un laboratorio de reflexión para transformar y cocrear modos de habitar, desarrollar las ecologías de la existencia y realizar rituales en torno a acciones cotidianas como el menstruar, cocinar, el cuidado de sí, entre otras. Además de encuentros grupales que potenciaran la experiencia compartida, buscaba algo que nos permitiera pensar lo vivo desde unas formas más amplias a partir de actos como mingas para la siembra, encuentros de danzas, entre otros”, puntualiza Gómez.
La investigación se estructura en tres momentos: el reconocimiento del entorno y la consideración del cuerpo como el primer territorio, a través de una cocreación colectiva y de carácter ritual, para sanar violencias en la relación con el propio cuerpo y el pasado violento del territorio. Le sigue la creación de tácticas para habitar y ordenar el mundo con otras lógicas, explorando rutinas domésticas y prácticas cotidianas como punto de partida para generar diálogos entre el cuerpo, la casa y el entorno, documentados a través de archivos fotográficos y audiovisuales.
Por último, aborda un ejercicio de subjetivación y exploración desde la etnografía vivificante, documentando un modo de habitar desde la escucha, explorando la potencia de lo sonoro, el poder vinculante de la música y los encuentros colectivos. También, se indaga en las memorias de violencia y duelo contenidas en el "calvario", un objeto-práctica popular ritual de la vereda El Arenal.
Entre los objetivos del estudio se destacan la activación del hogar de Clara como la "Casa Energía Absoluta", un laboratorio de reflexión-acción para ella y la comunidad; la visibilización de la fuerza de lo micro en las transformaciones cotidianas y la propiciación de encuentros grupales a través de la música, la danza y la siembra.
El cuerpo como primer elemento del territorio
La experiencia frente al espacio cotidiano y cómo construye morada y lugar, así resume esta tesis el profesor de la Facultad de Arquitectura, Álvaro Hernán Acosta Páez, director de la misma, quien destacó, además, los aportes del co-director Jairo Augusto Solórzano Ariza en esta construcción.
“El territorio desde mi cuerpo y de qué manera mi ritual, mis rituales y mi relación en mi cuerpo con ese contexto es capaz de sanar y de cuidar de sí y de cuidar del otro”, es el eje de la creación desde el cual construye sus preguntas y hace sus descubrimientos, comenta el docente.
“Es importante partir de la idea de que estamos hablando de investigación-creación. En nuestro contexto pensamos que la investigación tiene ese sentido analítico y deductivo que se origina en las ciencias, pero en la investigación-creación hay unos procesos que Clara desarrolló, que me parecen muy potentes y que fuimos construyendo: descubrir e inventar. Estos descubrimientos son una especie de micropoéticas que va elaborando a partir de habitar el territorio y, esa habitación, implica reconocer en su entorno, a través de una serie de situaciones de la vida cotidiana, que con sus acciones y microacciones poéticas va erosionando, va resignificando, tratando de mostrar en ese proceso distintas maneras de aproximarse, de entenderlas y de vivirlas. Y es en ese contexto donde aparecen y surgen un poco de preguntas, de las cuales Clara comienza a proponer ya unos hallazgos y un descubrimiento, digamos, desde el arte, desde lo performático, desde la memoria del territorio inclusive”, señala Acosta Páez, doctor en Teoría y Construcción de la Arquitectura.
La "revolución silenciosa" se convierte en otro concepto transversal que unifica todas las prácticas desarrolladas en la tesis. En este marco, los rituales cotidianos son vistos como una táctica para resignificar lo cotidiano como un fértil campo de desobediencia, impulsando procesos de reflexión, cuestionamiento y exploración tanto a nivel individual como colectivo.
Un habitar consciente y colectivo
Una artista urbanita, que emigró de la ciudad para habitar en el campo, así se sitúa ella en El Arenal, lugar donde vive. Un territorio profundamente marcado por la violencia.
“A raíz de este proceso hice una etnografía pasada por mi propio cuerpo. Ese interés empieza en el conocer un poco más a dónde estoy llegando y por reconocer y agradecer profundamente el hecho de que al desescalar el conflicto yo estaba teniendo el privilegio de poder habitar este territorio. Sentía que era un acto de responsabilidad saber qué había pasado y así empiezo mi práctica artística. Al estar considerando mi cuerpo como primer territorio, también empiezo a reconocer todas esas dinámicas por las cuales está tejido ese territorio que estoy habitando. El ritual viene a ser el medio a través del cual empiezo a resignificar, con mis acciones, formas de honrar y de crear, quizás, nuevas memorias desde esas violencias anidadas en el lugar con el cual me estoy relacionando, para la sanación de este pasado violento del territorio como cuerpo común”, destaca Clara Gómez Jiménez.
El artista como agente social
La propuesta se enmarca en un contexto de crisis y transformación del arte, donde la noción de artista está mutando hacia un rol de agente social. Se busca desmarcar las prácticas artísticas de un goce estético exclusivo para conectarlas con los problemas fundamentales del mundo. "Celebracciones" enfatiza la importancia de que la investigación-creación abra nuevas formas de conocimiento, incluso aquellas que no encajan en nuestra comprensión actual.
“Desde esta exploración buscaba evidenciar la capacidad que tienen las prácticas artísticas en estos momentos para permitir abrir nuevas líneas de discusión y de reflexión en muchos temas; creo que eso ahí es muy importante. Esta investigación abre las puertas a nuevas formas de conocimiento, muchas de las cuales no encajan en nuestra comprensión actual de lo que el conocimiento puede ser. Mi tesis estuvo mucho en esa línea de equilibrio, encontrando cómo los rituales, por ejemplo, pueden ser una forma de conocer y un mecanismo de cuestionamiento, reflexión y acción”, expresa la egresada de la UNAL Medellín.
En ese sentido, este proyecto reivindica el arte como una herramienta ético-política, capaz de generar procesos de autodeterminación y reflexión individual y colectiva.
Clara Gómez concluye que este trabajo es una reflexión e invitación al arte de la paz, al respeto incondicional, a aprender a respetarnos mientras nos ponemos de acuerdo. A habitar desdes el cuidado y el reconoicmiento de los vínculos de interdependencia con todos los seres, humanos y no humanos.
(FIN/JRDP)
14 de julio de 2025